El número dos de Turull y alcalde de Albinyana no aclara dónde votarán sus vecinos
Entre los ayuntamientos que mantienen el interrogante respecto a la petición del Govern para que cedan locales para la celebración del referéndum del 1 de octubre sorprende el caso de Albinyana (Tarragona). No es por su tamaño (tiene 2.300 habitantes), sino porque su alcalde es el secretario de Presidència de la Generalitat, Quim Nin, uno de los cargos más destacados en el organigrama del Ejecutivo catalán y mano derecha del conseller Jordi Turull.
El grupo del PSC en este ayuntamiento tarraconense ha preguntado formalmente cuál es la respuesta que el alcalde ha dado a la petición que vía carta les enviaron el president, Carles Puigdemont, y el vicepresident, Oriol Junqueras. Y, según la portavoz socialista, María Jesús Sequera, se les ha informado de que “no consta” ninguna comunicación a la Generalitat.
Nin ya tuvo que declarar ante la Guardia Civil por los preparativos del referéndum, que investiga el juzgado de instrucción 13 de Barcelona. Además, cabe recordar que el alcalde, como el resto de ediles catalanes, está apercibido por el Tribunal Constitucional (TC) para que no colabore en la celebración del referéndum.
De ahí que tal vez haya optado por no dejar por escrito su respuesta a Puigdemont y Junqueras. Nin ha declinado dar su versión de los hechos consultado por eldiario.es.
En Albinyana los tres locales que habitualmente actúan como colegios electorales son municipales. Pero en el 9-N se optó por situar los puntos de votación fuera de la escuela de primaria y no en el interior del centro. De cara al 1 de octubre se baraja la posibilidad de habilitar el centro de asistencia primaria, que depende de la Generalitat, como espacio de votación. De esta manera, el ayuntamiento no cedería ningún local.
El PDECat gobierna este consistorio con su mayoría de seis concejales. El PSC dispone de 4 representantes y ERC tiene uno. Curiosamente y pese a que el alcalde es un alto cargo del Govern, este ayuntamiento no está adherido a la Associació de Municipis per la Independència. De hecho, cuando el 2 de octubre del 2015 Esquerra planteó esta posibilidad en un pleno, el PDECat dio libertad de voto a sus concejales y el alcalde se abstuvo.
Según fuentes municipales, solo un 30% de la población es independentista y eso condiciona también la estrategia del equipo de gobierno. “Hasta el último minuto esperaremos a que haya locales municipales para poder votar”, concluye el concejal republicano Joan Enric Nin.