El Parlament catalán ha aprobado este lunes el inicio del proceso de independencia y constituyente de un nuevo Estado para Catalunya, con una declaración aprobada con los votos afirmativos de 72 diputados contra 63 en contra. El proceso de “desconexión”, tal como lo llama la declaración, insta al Govern de la Generalitat a mantener obediencia exclusiva a las normas y leyes emanadas del Parlament y, por tanto, desobediencia al Tribunal Constitucional.
A la declaración, propuesta y votada a favor por Junts pel Sí y la CUP, se le añadió el pasado viernes un anexo en el que se concretan los temas para los que proponen la desobediencia al TC, como son el decreto de pobreza energética, la ILP de vivienda, el acceso universal a la sanidad, paralizar la reforma educativa o la renegociación de la deuda, entre otros. El anexo también ha sido aprobado por el pleno.
El texto ha sido defendido por Raül Romeva, por parte de JxSí, y de Anna Gabriel, de la CUP, dos intervenciones que han abierto la legislatura por parte de dos debutantes en la Cámara. Según Romeva, la declaración da inicio al proceso de construcción de un nuevo estado que debe servir para “dar las herramientas para garantizar más y mejores oportunidades”. Romeva, que ha considera que reclamar un referéndum al Estado está “superada por los hechos”, ha defendido que la declaración es la forma de “ejercer el derecho a decidir”.
Gabriel, por su parte, ha realizado un discurso de marcado acento social, repasando el anexo a la declaración con las áreas concretas de desobediencia. “Esta resolución no es una DUI, no todavía, pero para nosotras es un acto íntegro de soberanía y por tanto un acto de ruptura”, ha explicado la diputada. Gabriel ha defendido las medidas del anexo como de mínimos. “Estas no son medidas salidas de nuestro programa anticapitalista, ni siquiera del transformador”, ha asegurado, “son medidas de urgencia, que sirven también como espejo para decir: este es el país que tenemos”.
El resto del pleno, en contra
En contra de la resolución se han mostrado el resto de los portavoces de los grupos. El primero en tomar la palabra ha sido Joan Coscubiela, de Catalunya Sí que es Pot, que ha considerado que el texto parte de una “interpretación tramposa” de las elecciones del 27-S donde, a su entender, no se dio mandato para iniciar este proceso. “Antes de este pleno lo que podría haber hecho CiU era no dar apoyo a las privatizaciones, a los recortes o a la ley de la austeridad”, ha reprochado Coscubiela a los diputados de Convergència.
El líder del PP, Xavier García Albiol, ha considerado que “este proceso de ruptura es un proyecto de salvación personal de CDC y Artur Mas”, un argumento que ha sido repetido por Ciutadans en palabras de Inés Arrimadas, para quien es “demasiada casualidad” que los miembros de Convergència se hayan “convertido en independentistas cuando han salido los casos de corrupción”. “Esta declaración dice que los gobernantes ya no tendrá que cumplir con la ley”, se ha quejado Arrimadas.
En último lugar ha tomado la palabra Miquel Iceta, del PSC, que ha asegurado que esta propuesta de resolución nunca debería haber entrado en el pleno. Iceta ha negado que haya una mayoría independentista, a tenor de los resultados electorales, y ha recordado que para cambiar el Estatut se necesitaría una mayoría de dos tercios que el independentismo no tiene. Además ha considerado que la declaración caerá en saco roto por no haberse elegido nuevo gobierno: “No tiene sentido aprobar mandatos a un presidente y un gobierno que no existen”, ha afirmado.
Declaración de CSQEP
Por su parte, el grupo de Catalunya Sí que es Pot había presentado otra resolución en la que instaba a priorizar un plan de rescate ciudadano y el inicio de un proceso constituyente, texto que ha sido rechazado por la mayoría del pleno, reuniendo solo 11 votos afirmativos, correspondientes al propio grupo. “Sin un referéndum, la ciudadanía de Catalunya no se habrá pronunciado”, ha exclamado Coscubiela en el turno de los alegatos finales, en defensa de su declaración.
Una vez aprobada la declaración independentista, los diputados del PP han enseñado banderas españolas y catalanas, mientras que los de CSQEP han hecho lo propio con carteles en los que se reclamaba un referéndum.