Puigdemont recupera a su núcleo duro para diseñar la lista del 21D
Carles Puigdemont no quería encabezar una lista de partido y así se lo hizo saber a los responsables del PDeCAT. La candidatura que está diseñando no será todo lo transversal que deseaba porque ERC y la CUP le dieron calabazas, pero será una lista que el president cesado habrá diseñado a su medida. Para conseguirlo ha recuperado a su equipo de confianza en el Palau de la Generalitat, que esta semana se desplazó a Bruselas para configurar la candidatura y empezar a diseñar la estrategia de campaña.
Puigdemont se ha rodeado de dos de sus colaboradores más estrechos en el Palau de la Generalitat. Una es la directora de Coordinación Interdepartamental, Elsa Artadi, que durante su etapa en el Govern se convirtió en una de sus personas de máxima confianza e interlocutora habitual con los consellers. El otro es el director de la Oficina del president, Josep Rius, mano derecha de Puigdemont y que fue quien interlocutó con el jefe de Gabinete de Rajoy, Jorge Moragas, para negociar el acuerdo frustrado para que el presidente de la Generalitat convocase de las elecciones.
Además de Artadi y Rius también han estado en Bruselas el director de Comunicación del Govern, Jaume Clotet y el exdiputado y alcalde de Valls, Albert Batet, que es un dirigente bien considerado en el PDeCAT y amigo de Puigdemont. Este, descontando los consellers que están en la cárcel, será uno de los pocos nombres destacados del partido que estará en la candidatura.
Arañar votos a ERC
Este es el núcleo duro que ha dibujado una candidatura cuya principal baza es la de tener como número dos al presidente de la Assamblea Nacional Catalana, Jordi Sànchez, que lleva un mes encarcelado en Soto del Real. Sànchez, persona afín a Artur Mas, da la pátina de transversalidad que Puigdemont buscaba para la candidatura de Junts per Catalunya. El todavía líder de la ANC abandonará la presidencia de la entidad para poder concurrir al 21D.
La cúpula del PDeCAT no está participando directamente en las negociaciones de los nombres y ha dejado las manos libres a Puigdemont para que haga la lista que quiera. O la que pueda. El objetivo es visualizar que es la 'lista del president' y no la del partido y así intentar arañar votos independentistas a ERC, a quien todos los sondeos sitúan en primera posición.
El president aspira a contar también con exdirigentes socialistas que hace tiempo dejaron el PSC descontentos con la estrategia del partido. Una de ellas es la exconsellera en el gobierno tripartito Marina Geli, que no está dispuesta a volver a la primera línea de la política pero que, en agradecimiento a la oferta de Puigdemont, ocupará puestos de cierre en la lista de Junts per Catalunya.
Otro nombre es el de Ferran Mascarell, exconseller con Pasqual Maragall, que fue fichado por Artur Mas para ocupar la cartera de Cultura en 2010 y desde el año pasado delegado de la Generalitat en Madrid hasta que fue cesado en virtud del artículo 155. En el caso de Mascarell se da por hecho que sí estará en la lista.
Puigdemont ha dirigido personalmente las negociaciones para cerrar la candidatura sin prácticamente intervención de la cúpula del PDeCAT. Pero en cambio quiere que la dirección de la campaña recaiga en alguien con un perfil netamente político. Uno de los nombres que baraja es el del exconseller Francesc Homs, quien ahora está apartado del núcleo que toma las decisiones pero es de los que conocen cómo funciona la maquinaria del partido.