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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Rajoy y Puigdemont se emplazan a negociar todo lo que no sea el referéndum

Durante los casi dos años que han tardado en volver a reunirse el presidente del Gobierno español y el president de la Generalitat catalana muchas cosas han cambiado. Entre otras, quién ocupa el segundo cargo. Carles Puigdemont ha acudido a Moncloa este martes, cuando se cumplen poco más de 100 días desde su nombramiento, y ha presentado ante Mariano Rajoy un documento con 46 puntos para negociar, el doble de los que llevó Artur Mas en junio de 2014.

Tal como había avanzado, las peticiones hechas por Puigdemont a Rajoy se agrupan en cuatro grandes ejes: el proceso soberanista, las políticas sociales y fiscales con las que el Govern considera que el Estado le perjudica, incumplimientos legales del Estado con la Comunidad Autónoma catalana y, por último, un capítulo llamado “judicialización de la política” en el que el Govern se queja de las leyes catalanas paralizadas por el Gobierno central por la vía del recurso ante el Tribunal Constitucional.

Según ha explicado Puigdemont en la rueda de prensa posterior al encuentro, Mariano Rajoy se ha negado con rotundidad a hacer cualquier concesión respecto al primer epígrafe, el correspondiente al proceso soberanista, en el que el Govern reclama “como mínimo” un referéndum vinculante. Sin embargo, el presidente español sí habría accedido a que los vicepresidentes de ambos gobiernos, Soraya Sáenz de Santamaría y Oriol Junqueras, programen encuentros para hacer un seguimiento respecto a aquellas medidas en las que hay “margen para el acuerdo”.

Casi al mismo tiempo que el president comparecía ante los medios en la librería Blanquerna, sede de la delegación de la Generalitat en Madrid, Rajoy lo hacía en La Moncloa por sorpresa, ya que no se había confirmado si sería él o su número dos. “Me parecía que era un buen momento para salir en rueda de prensa, espero que nadie me lo reproche”, ha bromeado Rajoy. Acto seguido, el jefe del Gobierno en funciones ha insistido en su oposición a que se celebre un referéndum vinculante en Cataluña porque “Cataluña es España”.

“Espero que en España se cumpla la ley y no lleguemos a una situación que nos obligue a tomar otro tipo de medidas, pero no hemos llegado a ese extremo”, ha precisado Rajoy. En lo que sí se ha mostrado dispuesto es a avanzar en el resto de asuntos “que necesiten de colaboración leal”.

Así, Sáenz de Santamaría y Junqueras podrían comenzar a tratar asuntos como la financiación de la ley de dependencia, la devolución a la Generalitat del 0,7% del IRPF destinado a fines sociales, el reparto del límite de déficit entre autonomías o los recursos de inconstitucionalidad previstos contra normas como la ley catalana contra la pobreza energética y los desahucios. “He pedido a Rajoy que no pongamos en peligro a la gente por discusiones competenciales entre gobiernos”, ha asegurado Puigdemont en referencia a esa última ley, promovida por la PAH y sobre la que pende la amenaza de ser paralizada en el Constitucional.

Puigdemont ha asegurado que llegaba a Moncloa “con la voluntad de dejarse sorprender” y, pese a que ha asegurado no haberse sorprendido, sí ha valorado que el presidente Rajoy “haya querido escuchar a un president independentista y que está dispuesto a llegar hasta el final”. Según ha explicado, el líder catalán también ha trasladado a Rajoy su “perplejidad” por la situación de los refugiados, recordando que diversas comunidades se han mostrado dispuestas a ser acogedoras.

De las 23 peticiones de Mas a las 46 de Puigdemont

El gesto de llevar exactamente el doble de asuntos que los llevados por Mas hace dos años, de 23 a 46, tiene un evidente contenido simbólico. Desde su sorpresiva llegada a la Generalitat, Puigdemont ha buscado remarcar un perfil continuista del de Mas pero que da una vuelta de tuerca en la línea independentista respecto a éste. El president ha acudido a la cita con el líder español en funciones con el claro objetivo de exponer el importante cambio en la composición política que ha ocurrido recientemente en Catalunya, con el primer Parlament de mayoría independentista de la historia.

El memorial que este miércoles ha entregado Puigdemont va un paso más allá de las demandas de hace dos años al incorporar elementos del proceso soberanista, que Artur Mas excluyó de forma deliberada para dar a entender que aún había un pacto posible antes de comenzar a andar la vía independentista. Puigdemont considera que la negociación entre ambas partes, que considera “obligatoria”, ya solo puede estar basada en un referéndum vinculante sobre la independencia. 

El mes pasado, cuando el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se abrió a aceptar “muchas” de aquellas propuestas, CatalunyaPlural analizó cómo habían evolucionado estos asuntos durante los últimos dos años.