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Roger Torrent: “Si la mesa de negociación es cosmética, se acaba la legislatura en España”

Roger Torrent, en el Parlament de Catalunya

Neus Tomàs / Arturo Puente

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Hace tres años era prácticamente un desconocido, pero Roger Torrent (Sarrià de Ter, 1979) ha acabado siendo uno de los protagonistas de esta legislatura. El presidente del Parlament ha estado bajo el foco cada vez que los tribunales han tomado decisiones sobre diputados de la Cámara, y ha navegado entre la acusación de Ciudadanos de poner la institución al servicio del independentismo y los reproches de sus socios de JxCat, que le empujaban a la desobediencia. “He tenido la sensación de que se quería desgastar a ERC a través de mí”, asegura el presidente del Parlament para resumir la batalla que su formación y JxCat han mantenido, con especial crudeza, en la Mesa del Parlament.

Pero en este momento Torrent tiene la mirada puesta en una mesa muy diferente: la que debe sostener la negociación entre la Generalitat y el Gobierno central en unas semanas. Un diálogo sobre el que el dirigente republicano advierte al PSOE de que deberá tomarse en serio o, de lo contrario, dar por acabada la mayoría en el Congreso.

¿Qué pensó cuando escuchó a Torra acusándole de “desproteger” la presidencia de la Generalitat?

La denuncia evidentemente debe ser contra la Junta Electoral y el Tribunal Supremo, que son los que han limitado los derechos del president Torra. Lo que hemos hecho en el Parlament de Catalunya y yo como presidente es defender estos derechos cuando interpusimos un recurso al Supremo para combatir la injusticia de esta decisión.

¿Han hablado de ello a solas, usted y el president?

Hemos hablado de muchos temas, sobre todo de temas personales, ya saben que ha vivido una situación familiar complicada, y no hemos hablado a solas de esta cuestión específicamente.

¿El hecho de que al final Torra no intentase ejercer su voto en el Parlament significa que en la práctica le estaba dando la razón?

Nosotros proponíamos una alternativa que nos parecía que era la más inteligente, la que nos permitía preservar todos los intereses positivos que había en juego. Nuestra propuesta era que, atendiendo a la imposibilidad de poder aplicar los acuerdos que se tomaban en el Parlament y por tanto a que se podía poner en riesgo la efectividad de las decisiones de los diputados y diputadas en cosas como los Presupuestos de la Generalitat, la mejor opción era preservar los acuerdos de la institución no contabilizando el voto del president Torra.

¿Es por eso que decidió no desobedecer a la JEC?

Es que no es una cuestión de obediencia o desobediencia, insisto, es una cuestión de tomar decisiones que nos permitan no solo avanzar sino preservar todos los objetivos que tenemos sobre la mesa, y uno son los acuerdos del Parlament, que son absolutamente necesarios. Fíjese si son necesarios que el propio president Torra ha dicho que primero Presupuestos y después elecciones, porque es consciente de la necesidad de medidas prácticas como unos Presupuestos para hacer política social.

Pero usted no desobedeció.

A veces nos perdemos en discusiones terminológicas sobre qué es desobediencia.

¿Qué es desobediencia?

Es una muy buena pregunta, y una todavía mejor es preguntarse para qué sirve. Esa es la que nos debemos de hacer siempre. La desobediencia no es buena o mala 'per se', no es una cuestión de concepto, es buena o mala en función de su utilidad. Por tanto nos tenemos que preguntar si es útil o no es útil. Es evidente que la desobediencia, particularmente la social, ha servido en muchos momentos de la historia para transformar la sociedad. Y desde este punto de vista es evidente que es positiva. Pero cualquiera de nuestros actos debe responder a una pregunta previa: ¿A qué escenario nos lleva? ¿Vamos a una situación mejor, sí o no?

El president Torra ha sido condenado por un delito de desobediencia. ¿Por qué no permite que grupos como Ciudadanos le llamen delincuente desde el atril?

Porque hay una cuestión no solo de rigor sino sobre todo de cortesía parlamentaria y de respeto a las instituciones exigible en toda la legislatura.

¿No es un contrasentido decir que se debe garantizar la libertad de expresión de los diputados para permitir que se debatan mociones de todo tipo y, a la vez, no permitir que se le llame delincuente a un condenado?

Son dos debates que no tienen nada que ver. Nosotros obviamente no vetamos ningún debate en el Parlament, no hemos vetado ninguno ni lo haremos nunca, porque en el Parlament se debe poder hablar de todo, siempre que se hable con respeto. Con respeto institucional y personal. Porque lo que no puede ver la ciudadanía es que el Parlament entre una dinámica de degradación de la institución. Porque al final procuramos ser el reflejo de lo que vive, piensa y siente nuestra sociedad. Por eso no podemos permitir que se falte a la cortesía parlamentaria. Y sobre todo que se intenten atacar ideas políticas legítimas mediante la descalificación personal.

¿Tampoco aceptaría que se le llamara corrupto a una persona condenada por corrupción?

Que se le llame corrupto directamente en el Parlament de Catalunya, no. Nosotros marcamos una línea roja que me parece de sentido común, que es: se puede hablar obviamente de todo, sin entrar en la descalificación o el insulto personal. Creo que es de lógica y que vale para cualquier otro ámbito de nuestra sociedad, particularmente el Parlament de Catalunya, que debe representar lo mejor de nosotros mismos.

El Parlament votó a favor de pedir un mediador en la mesa de negociación con el Gobierno central. ¿Debe ser una condición 'sine qua non'?

¿El mediador es una figura positiva? Sí. ¿Que se ha de controlar la efectividad de los acuerdos a los que se puedan llegar en la mesa de negociación? Sí. ¿Que el mediador podría ser ese mecanismo de control? También, y de hecho nosotros lo hemos defendido. Dicho esto, lo que es prioritario es que la mesa de negociación comience a caminar, trabaje y consiga el objetivo que se ha propuesto.

Por lo tanto, no es una condición 'sine qua non'.

Desde nuestro punto de vista, lo que es prioritario es que la mesa comience a trabajar.

Hace un año en cambio ERC votó 'no' a los Presupuestos de Sánchez después de que el Gobierno no aceptara un relator. ¿Por qué entonces un mediador era tan importante como para tumbar una legislatura y ahora ya no lo es?

Porque en aquel momento no había una mesa de negociación, que hemos conseguido ahora. Ahora sí que tenemos una mesa, que es una oportunidad única. No solo desde las perspectiva de las instituciones que la forman, no solo desde la óptica de los partidos políticos que lo han conseguido, sino que yo diría que es una oportunidad desde la óptica de todos los partidos políticos que entienden que el diálogo y la negociación es la única vía para resolver el conflicto. Tenemos una oportunidad histórica que debemos aprovechar y por tanto tenemos que ser muy conscientes de lo que tenemos entre manos. Inhabilitar la mesa de negociación, inhabilitar el diálogo, puede significar inhabilitar un método que es el que hemos reclamado históricamente el independentismo.

¿Teme que Torra esté buscando excusas para dinamitar esta mesa de negociación?

Digámoslo en positivo: creo que todo el mundo debe ser consciente de la importancia de este instrumento, que no es de utilización partidista. ERC lo pone en la negociación sobre la investidura para ofrecerlo al país y a las instituciones, y de hecho quien la debe liderar es el president Torra. Él ya ha dicho que la quiere liderar y nosotros celebramos esta actitud proactiva del president. Pero al mismo tiempo decimos otra cosa, que es que si la mesa de negociación es cosmética, se acaba la legislatura.

¿Se fía del PSOE?

Somos escépticos. No solo por los precedentes históricos sino por lo que hemos visto últimamente respecto a la actitud del PSOE, que ha ido cambiando en función de las circunstancias electorales. Por tanto es evidente que nosotros abordamos con escepticismo y con la necesidad, compartida con todo el independentismo pero también con la mayoría de la sociedad catalana, de acudir a la mesa con todas las prevenciones.

¿Y se fía de JxCat?

Yo me fío de todos los que forman parte de esta mayoría social y política en Catalunya que quiere dos elementos esenciales, como son la amnistía y la autodeterminación. Y evidentemente JxCat es un actor importantísimo desde este punto de vista.

No le pregunto si es importante sino si se fía.

Nos fiamos de los compromisos que suscribimos todos juntos, evidentemente.

El Constitucional ha pedido esta semana por segunda vez que la Fiscalía abra la vía penal contra usted. Si la Fiscalía acaba querellándose contra la Mesa, ¿el Govern debe continuar en la mesa de negociación?

Hay una oportunidad de oro de desjudicializar la política. Es lo que reclama no solo el independentismo, sino un 80% de los catalanes y catalanas, que piensen lo que piensen sobre el futuro de Catalunya no quieren ver cómo se judicializan decisiones que son políticas. Esto conecta con el gran consenso de la sociedad catalana, donde no solo hay votantes independentistas sino también del PSC. Y por lo tanto el PSOE, en esta mesa de negociación, tiene la oportunidad de atender este clamor mayoritario de la sociedad catalana. Insisto con lo que decía antes: si la mesa es puramente cosmética, si no se la creen, no habrá legislatura. Es el PSOE el que debe decir qué quiere hacer con la mesa de negociación, que es tanto como decir qué quiere hacer con esta legislatura.

Le preguntaba concretamente sobre si cree que el Govern debe continuar en la mesa de negociación si la Fiscalía abre la vía penal contra usted.

Creo que las voluntades se deben demostrar con hechos. Y los hechos respecto a la desjudicialización de la política pues son los que nos podemos ir encontrando en las próximas semanas y meses. Es evidente que el PSOE debe responder sobre esta voluntad y sobre esta necesidad. Porque al final compartimos que la resolución debe ser política y por tanto es absolutamente imprescindible acabar con las querellas y la persecución judicial, no solo del presidente del Parlament sino del conjunto de las instituciones y liderazgos políticos.

Es imprescindible acabar con las querellas. Pero si no pasa, si hay una querella de la Fiscalía de aquí a un mes, ¿qué hará el Govern y los partidos independentistas?

Insisto, al final hay varias patas en esta mesa: hemos hablado del reconocimiento mutuo e institucional, de reconocer que existe un conflicto político y sobre todo sacar la política de los tribunales. Eso le corresponde al PSOE y deberá demostrarlo en el seno de esta mesa y en sus actuaciones concretas. Por tanto, a través de decisiones de este tipo, veremos si se cree o no cree en esta mesa.

Tal y como están las cosas, ¿después de que se aprueben los Presupuestos tiene sentido mantener la legislatura más allá del verano?

En primer lugar, la convocatoria de elecciones es una potestad del president de la Generalitat. También es cierto que en un Gobierno de coalición lo más normal es que una decisión de este tipo se consensúe con los socios. Lo que es importante, de entrada, es que se aprueben los Presupuestos. Después, como ha dicho el propio president, hay una evidencia, que es que la legislatura está agotada. No da más de sí. Desde esta perspectiva, creo que se debe encontrar esta fecha para las elecciones que sea acordada en el seno del Govern.

¿Y lo lógico es que esa fecha sea antes del verano?

Veremos, en todo caso habrá seguro criterios desde todos los puntos de vista y deberá ser el Govern quien lo decida, atendiendo a todas las opiniones que son representadas.

Si el Supremo confirma su inhabilitación, ¿el president Torra debe ser destituido?

Siempre hemos dicho que el reglamento del Parlament y la ley de la presidencia de la Generalitat son muy claros en esto sentido. Es muy claro lo que marca nuestro marco jurídico en relación a esta situación y por lo tanto la sentencia firme, cuando se produzca, es uno de los supuestos que marcan el Estatut y la ley de presidencia.

¿Junts per Catalunya coincide con este criterio? ¿Lo han hablado?

No se trata de una coincidencia o no de criterios. Lo que marcan nuestras propias leyes es muy evidente.

Esta legislatura ha sido una batalla casi constante entre JxCat y ERC, especialmente en el Parlament. ¿Podrían gobernar juntos la próxima legislatura?

Antes de la próxima legislatura y de ver la aritmética del nuevo Parlament hay unas elecciones, que son fruto de las circunstancias y no estaban previstas, pero están ahí. Ya que habrá elecciones, creo que tenemos que aprovecharlas desde un punto de vista constructivo. Las elecciones deben servir para confrontar proyectos, estrategias y poner sobre la mesa ideas porque la gente nos pide política, no reproches ni que intentemos atacar sistemáticamente a los compañeros de trinchera.

Nosotros no participaremos de una dinámica tóxica que al final lo que hace es favorecer al adversario. ERC tiene una estrategia muy clara de hacia dónde tenemos que caminar la próxima legislatura. Espero que el resto de actores independentistas, más allá de intentar desacreditar al otro, pongan sobre la mesa una propuesta estratégica concreta, podamos debatirla y que la gente decida a través de las urnas.

Pero ustedes ya han dicho que no pueden gobernar con algunos partidos. ¿Con un partido con JxCat, que es su socio de Govern pero con el que no han dejado de pelearse esta legislatura, podrán gobernar?

Con JxCat nos tendremos que entender seguro la próxima legislatura. Otra cosa es en base a qué proyectos estratégicos. Y por eso son importantes estas elecciones, porque podremos hacer lo que no hemos hecho esta legislatura. Estas discrepancias evidentes entre los partidos que forman la mayoría parlamentaria independentista en buena medida se deben a que esta legislatura no hemos debatido honestamente y saludablemente el fondo de las distintas opciones estratégicas y no hemos sabido encontrar los consensos y los elementos de cohesión para superar las discrepancias. Como no lo hemos hecho esta legislatura, y seguro que no queremos que en la siguiente se vuelvan a producir estas circunstancias, tenemos que aprovechar las elecciones para hacer este proceso que no hemos hecho en los últimos meses. Y luego, evidentemente, estamos obligados a entendernos.

Su modelo es el denominado 'independentismo pragmático'. ¿Qué diferencia hay entre esta estrategia y el autonomismo de toda la vida?

Mi modelo, que es el que representa ERC, es el del independentismo que quiere ganar y que toma las decisiones más oportunas en cada momento para conseguir este objetivo. El autonomismo de toda la vida, que yo sepa, no era independentista ni republicano. ERC es independentista y republicana, y quiere conseguir que Catalunya sea una república y hará todo lo necesario para conseguirlo.

Por lo tanto no tiene nada que ver con la estrategia que tenía en su momento Convergència, que también tenía independentistas dentro del partido.

Si los tenía, no se manifestaban, y en todo caso no era el criterio general del partido. ERC, desde un punto de vista programático e ideológico, es el partido más claro de Catalunya.

¿No le gusta el concepto pragmático?

No me parece mal. Si pragmático es sinónimo de hacer todo lo que está en nuestras manos para avanzar y conseguir los objetivos que nos marquemos, es una etiqueta que no me molesta. Yo lo que quiero es conseguir mi objetivo político, por lo tanto haremos todo lo que haga falta, más allá de las etiquetas que se nos intenten adjudicar desde un punto de vista periodístico o de los partidos que quieren confrontarnos.

'Independentista pragmático' no es una etiqueta que le quieran adjudicar los adversarios, es el título del libro que presentará Pere Aragonès.

No digo que sean etiquetas que no nos pongamos nosotros mismos, digo que hay partidos que aprovechan estas etiquetas para intentar desacreditar al rival. En cualquier caso, pragmático se entiende desde el punto de vista de querer ganar.

Han insistido en que no gobernarán con el PSC. ¿Aceptarían un apoyo parlamentario de los socialistas sin que estuvieran en el Govern?

Hay que desconocer mucho la realidad de ERC y del país para pensar que nosotros podemos gobernar con el PSC. No lo haremos. Las circunstancias son las que son y un partido que ha aplaudido que nuestro líder esté en prisión no puede formar parte de la ecuación de Govern de la próxima legislatura.

¿Pero y si el PSC les ayuda desde fuera del Govern?

Insisto, nos presentamos a unas elecciones con un objetivo político y un programa y unas posibilidades de pacto posterior a las elecciones en que no entra el PSC.

¿Por qué no pueden compartir Govern con quien aplaude que su líder esté en prisión pero sí pueden hacerlo en el Área Metropolitana de Barcelona?

Hemos dicho en todo momento que no plantearemos un proyecto político en el Parlament con quien no comparta una agenda republicana. Y el PSC es evidente que no la comparte. Pero es que además el PSC ha aplaudido y ha participado de la aplicación del 155. Es cierto que el PSC ha llegado a acuerdos políticos en Catalunya como el de la Diputación de Barcelona, donde gobierna con JxCat. Pero para nosotros en el próximo escenario político en el Parlament de Catalunya no habrá un acuerdo de ERC con el PSC.

En las próximas elecciones se da por hecho que el candidato de ERC será Pere Aragonès. ¿Usted se presentará a las primarias del partido para escoger al cabeza de lista?

El mejor candidato para nosotros es Oriol Junqueras, y no lo digo de manera ingenua. Estamos trabajando para que Oriol Junqueras pueda ser eurodiputado y por lo tanto pueda tener inmunidad y ser el candidato de ERC a las elecciones al Parlament. Y si esto no es posible y Pere Aragonès es el candidato, me tendrá a su lado para lo que haga falta. Pero en todo caso, no me presentaré a las primarias.

¿Quisiera repetir como presidente del Parlamento la próxima legislatura?

Las circunstancias políticas en el Parlament de Catalunya no se pueden avanzar, vete a saber cómo serán. Yo soy president del Parlament después de que me lo propusiesen un día y medio antes del pleno de constitución. Obviamente, vistos los antecedentes, no me he planteado qué pasará en la próxima legislatura más allá de ser útil a mi partido.

La pregunta es si le gustaría.

No me lo he planteado, de verdad. Primero lo que me gustaría es acabar esta legislatura y ser útil a la institución. La política en los últimos años si algo nos ha enseñado es a no hacer previsiones más allá de unos meses.

¿Se imagina una nueva legislatura como presidente con Josep Costa como vicepresidente?

Insisto, no me he imaginado nada para el futuro y en todo caso la aritmética parlamentaria, que es la que finalmente da la composición de la Mesa, puede cambiar mucho.

¿Por qué ha sido tan mala la relación entre ustedes?

Seguramente, más allá de las personas, la Mesa del Parlament es donde se ha evidenciado más esta actitud para mí muy equivocada del independentismo de mirar de reojo al otro partido y de haber confundido el adversario. En la Mesa del Parlament es donde eso ha sido más claro. Y donde ha trascendido más. Justo por eso ha quedado esta imagen que transmitimos.

¿Cuando dice el independentismo quiere decir Junts per Catalunya? ¿Quién ha confundido el adversario?

Yo creo que en algún momento u otro, es evidente que diferentes actores políticos del independentismo, no solo los que están representados en la Mesa, pero especialmente los que están en la Mesa.

¿Ha tenido la sensación durante la legislatura de que le querían liquidar políticamente?

He tenido la sensación de que se quería desgastar a ERC a través de mí.

Esta próxima semana Pere Aragonès presenta libro, Puigdemont también sacará uno para Sant Jordi, muchos de los presos lo han hecho. ¿Usted tiene previsto sacar un libro?

No. Ni me lo he planteado hasta que me lo ha preguntado.

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