Romeva deja ICV porque considera insuficiente el avance en la ambición nacional de la formación

Raül Romeva ha puesto fin a una etapa de diez años como dirigente de Iniciativa por Catalunya. El ex eurodiputado (2004-2014) ha anunciado este lunes en un comunicado en su blog que abandona la militancia ecosocialista al no compartir la estrategia del partido respecto al eje nacional. La retirada de Romeva llega ocho meses después de su renuncia como diputado en Bruselas, un periodo en el que se ha hecho más palpable a nivel público -en tertulias y artículos- su sensibilidad abiertamente independentista, que por otra parte siempre admitió como natural dentro de ICV.

De poco ha servido la Convención celebrada este fin de semana en Sabadell, donde ICV esclareció algunos aspectos sobre el rumbo de la formación. Y es que si bien la propuesta programática de los ecosocialistas seguía enmarcada en el confederalismo -se establece que la relación con el Estado debe ser “de igual a igual”- no se cerraba la puerta a una posible independencia en base a dos premisas: si así lo desea la mayoría de los catalanes y si el Estado “persiste en el cierre a modificar la situación actual”, según versa el texto. La convención nacional de la formación también avaló la construcción de estructuras de estado y el incumplimiento de la legislación española que se considere lesiva.

Un argumentario que no satisfizo a miembros del sector independentista de la formación -que a pesar de ser minoritario ha ido tomando fuerza en los últimos tiempos-, donde Romeva era una de las máximas expresiones. De hecho, algunas enmiendas de la convención reflejan el escaso peso de los postulados más nítidamente independentistas. Es el caso de una eventual declaración de independencia unilateral como alternativa automática por si la negociación con el Estado no fuera satisfactoria. Esta propuesta se asomó durante la Convención gracias a la aportación del diputado Jaume Bosch, y fue rechazada por el 73% de los delegados.

Sea como sea, desde el punto de vista de Romeva, no basta con los pasos realizados por ICV para tratar de generar un espacio de encuentro entre todas las posiciones.“La Convención de ICV ha puesto rumbo a una Catalunya dentro de España. Mi compás náutico hace tiempo que marca otro rumbo”, dijo Romeva para justificar su decisión. “Si no resolvemos de forma urgente y satisfactoria la situación paralizadora que supone el debate nacional, poco podremos hacer en todas las demás cuestiones”, sigue el texto.

Sobre el encaje de un Estado catalán dentro de una España plurinacional, Romeva ha explicado que no cree que “sea posible y a estas alturas ni siquiera deseable”. Según él “se ha intentado, quizás demasiado, y no lo hemos conseguido”. Por el contrario, el ex eurodiputado expresó creer “mucho más en la voluntad colectiva de construir, por la vía democrática, un nuevo marco de relaciones entre Cataluña y España que nos permita transitar hacia una nueva etapa”.

Tras las declaraciones de Romeva, la portavoz de ICV-EUiA en el Parlament, Dolors Camats, ha salido al paso de la noticia y ha afirmado, en un contacto informativo con los medios, que el partido “respeta y lamenta” su decisión . Camats, una de las otras voces soberanistas de la formación -votó Sí-Sí en la consulta del 9N- ha tratado de suavizar lo que supone la baja de un activo como Romeva y ha puesto en valor su trabajo como diputado en el Parlamento Europeo. A pesar del tono conciliador de la diputada, ha querido dejar claro que la marcha de Romeva -de la que ICV se ha enterado a través de los medios- no eclipsa la apuesta inclusiva de la formación del sector más soberanista y ha recordado que ICV “no cierra las puertas a la independencia” en un futuro.

El 87% de los cerca de 700 delegados de la convención nacional de ICV dieron por buena la propuesta redactada por la dirección del partido, que hace hincapié en la necesidad de fijar una relación de igualdad entre Catalunya y España, a través de un órgano que se llamaría Consejo Bilateral. En concreto, la propuesta pasaría por implicarse en un doble proceso constituyente; uno en clave estatal -donde ICV velaría por el derecho a decidir, y encontrar alianzas en este sentido, como ya hizo con IU- y otro en clave catalana -donde se insta a redactar Constitución propia, no subsanable por instituciones españolas-.