La secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha tratado este lunes de redoblar la presión al PSC para que se desbloquee una hipotética investidura del candidato socialista, Salvador Illa, antes de las vacaciones. Rovira ha amenazado con que su formación se “levante de la mesa” si no hay un “preacuerdo” antes de que acabe este mes.
“A finales de julio tenemos que saber si hay agua en la piscina”, ha señalado Rovira. “Es importante. Si a finales de julio no vemos las bases clave que deben permitir que el país avance, nos levantaremos de la mesa de negociación”, ha advertido en rueda de prensa tras presidir presencialmente, tras seis años y medio, la reunión de la ejecutiva de partido tras su regreso desde Suiza el pasado viernes.
Rovira ha asegurado que su partido quiere evitar a toda costa “un escenario de negociación de último minuto” y que se les acabe atribuyendo la culpa de una posible repetición electoral. El plazo para investir a un nuevo president antes de que se convoquen las nuevas elecciones de manera automática acaba el 26 de agosto.
Rovira se ha mostrado “algo más pesimista” que la semana pasada sobre el estado de las negociaciones con las socialistas y ha lamentado que “el buen ritmo” de las conversaciones no vaya “acompañado” de “un poco de sustancia”.
En caso de que no se observen progresos durante las próximas dos semanas, Rovira ha asegurado que su formación invitará al PSC a buscar apoyos en Junts o bien con el PP y Vox, opciones con muy pocas posibilidades de prosperar.
Respecto a la crisis en el seno de ERC por la implicación de la cúpula del partido en los carteles difamatorios contra Ernest Maragall, Rovira ha insistido en que en su formación “no hay estructuras paralelas” y que todas las campañas de activismo que salen de la formación “se hacen desde el departamento de comunicación”.