El proceso soberanista pasa factura a ICV en forma de corriente interna

  • El adiós del ex eurodiputado Raül Romeva y la marcha de Teresa Mira de la ejecutiva nacional expresan la incomodidad del sector independentista, que la nueva corriente cuantifica en más de un 30% de la militancia

La próxima semana se presentará públicamente una corriente nítidamente independentista dentro de Iniciativa. La noticia llega pocos días después de la última Convención Nacional de la formación, celebrada en Sabadell el pasado fin de semana, donde se aprobó con una amplísima mayoría una hoja de ruta que apuesta por una “Cataluña libre” dentro “de Estado plurinacional”. A pesar de que la fórmula —refrendada con un 87% de los votos— no cierra la puerta a la independencia, una parte de la militancia esperaba más ambición nacional en el texto definitivo.

“Uno de los problemas es la velocidad”, explica en una conversación con eldiario.es, Teresa Mira, portavoz accidental de esta corriente interna tras dimitir de sus responsabilidades en la Ejecutiva Nacional de ICV. Mira destaca una “gran evolución” del partido de Joan Herrera en la reivindicación de los derechos nacionales de Cataluña, pero lamenta que “el ritmo sea demasiado lento en comparación al que lleva el procés”. La misma sensación es la que ha llevado al ex eurodiputado Raül Romeva, que siempre se declaró independentista, a poner fin a su etapa en el partido.

La baja de Romeva, sin embargo, no se prevé que sea la primera de una larga cola. Al menos así lo esperan desde ICV y así lo confirma la misma Mira, que confía en que la creación de la corriente interna sirva para ampliar la mirada nacional de la formación. “Queremos influir desde dentro, somos muy tozudos y tenemos muy claro que ICV debe ser el referente de todos aquellos ecosocialistas que sean independentistas”, explica la portavoz, que desde el año 2010 había formado parte de la ejecutiva de ICV a través de la sectorial de Fet Nacional.

¿Cuántos independentistas hay en ICV?

¿Cuántos independentistas hay en ICV?De la misma forma que es cierto que ICV nunca ha sido una formación independentista, también lo es que entre su militancia hay un sector “agotado” -en palabras de Mira- de la vía federal o confederal. La duda está en la cuantificación. Según la portavoz crítica, más de un 30% de los delegados que participaron en la Convención de Sabadell son favorables a una ruptura con el Estado. Mientras que otras fuentes de la formación, próximas a la dirección, hablan de una corriente “muy minoritaria”.

El porcentaje que defiende Mira se basa en una de las enmiendas presentadas durante el conclave ecosocialista, en concreto por el también soberanista Jaume Bosch, que forma parte del grupo impulsor. Hasta un 73% de los delegados que asistieron al encuentro rechazaron una eventual declaración unilateral de independencia (DUI) como alternativa automática en el supuesto que la respuesta del Estado, tras el 27-S, no fuera satisfactoria. El resto, casi un 30%, serían los partidarios de la independencia a los que apunta Mira, que insiste en afirmar que en la votación “no participó toda la militancia”, y pronostica un mayor porcentaje de simpatizantes independentistas.

Preguntado por esta cuestión, Bosch coincide con Mira: “A pesar de la marcha de Romeva, la Convención de Sabadell no impide que en ICV puedan seguir conviviendo sensibilidades independentistas”. Para Bosch hay que esperar a los resultados de las elecciones generales y valorar si con el gobierno saliente se puede encontrar un encaje satisfactorio a ojos de los ecosocialistas. En caso negativo sería cuando se procedería a abordar, de nuevo, la opción independentista.

Ahora, la corriente interna trabaja contrarreloj para elaborar manifiesto, aún en construcción, que se vestirá de largo próximamente. En el borrador fijan el verano y el 27-S como el horizonte en el que ICV deberá afilar su posición sobre el eje nacional. Según avanza Mira el manifiesto partirá de una premisa: “Compartimos la esperanza de que el Estado sea leal con lo que decida el pueblo catalán, pero no compartimos la candidez actual de la dirección de ICV”. Es por este motivo, según Mira, no se puede “abandonar” el debate soberanista después de la Convención, sino que hay que reforzarlo para evitar que el debate decaiga. Además, la portavoz saca gravedad al asunto, dado que los mismos estatutos de ICV contemplan la creación de corrientes internas y plataformas en el seno del partido.

ICV hace un llamamiento a la inclusión

ICV hace un llamamiento a la inclusiónEntre las bases de ICV estos días existe la sensación de que el debate nacional está distrayendo los retos primordiales de la formación, como lo es el rescate de la agenda social. Para los ecosocialistas, la marcha de Romeva o la emancipación de un sector en una corriente interna, aunque alternativa, supone una decepción. Sobre todo porque predomina la convicción de que en el último gran encuentro han ido más lejos que nunca. En palabras de la portavoz Dolors Camats, “la propuesta que ha hecho ICV parte de la soberanía, deja atrás propuestas del pasado, habla de proceso constituyente y de una nueva relación con el Estado y, si no funciona, no cierra la puerta a la independencia”.

Una nueva mirada de la situación que, en palabras de la diputada, “es superadora e inclusiva”. Haciendo una lectura del texto aprobado en la Convención, vale la pena destacar algunos elementos. Y es que a pesar de la reacción interna del partido, nunca antes ICV había reconocido la opción de la independencia como “una opción legítima y que se puede plantear si persiste el estancamiento por parte del Estado”. En caso de que el Estado se “negara a negociar un nuevo estatus” los ecosocialistas volverían a debatir su posicionamiento y abordarían, en una nueva votación, la opción independentista.

La baja de Romeva, que ha negado cualquier fichaje en ninguna otra lista, sumado a la creación de la corriente interna no son las primeras heridas para la formación a raíz de la explosión nacional. Aunque hasta ahora el juego de equilibrios –ambigüedad desde la óptica independentista– había funcionado, al menos si lo comparamos con la fuga de dirigentes del PSC; hace un año, el ex fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo ya dejó la formación a causa de la cuestión nacional. En ese caso, sin embargo, el motivo era el contrario. Según Villarejo, ICV se había plegado a CiU por apoyar la consulta del 9-N.

Sea por exceso o por defecto, el caso es que el vendaval que ha supuesto el proceso soberanista para el catalanismo político ha puesto a prueba la flexibilidad de los partidos. Unionismo e independentismo han polarizado un mapa en el que las formaciones atrapadas en medio de estas dos montañas han sufrido tensiones y, en los peor de los casos, grietas. En poco tiempo sabremos en cuál de los dos casos se enmarca ICV.