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“Hay que evitar las terceras elecciones pero nunca con la abstención del PSOE a un Gobierno del PP”

Núria Parlón, alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet y candidata a la primera secretaria del PSC

Arturo Puente

Considerada un eterno valor en alza en el PSC, ahora ha dado por fin el paso para tratar de liderar su partido. La alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, Núria Parlon, competirá contra el actual primer secretario del partido, Miquel Iceta, en las primarias que se celebrarán el 15 de octubre, solo una semana antes que la fecha señalada este lunes por Pedro Sánchez para convocar las primarias del PSOE.

Parlon, considerada en el sector cercano a Madina, apunta a la necesidad de someter a las bases la decisión sobre el nuevo candidato en caso de terceras elecciones. Su receta para el PSC pasa por disputar a los comunes iconos como la plurinacionalidad o el proceso constituyente, por reubicarse en la centralidad con una personalidad claramente de izquierdas y por reavivar la ambición de su partido, atreviéndose a señalar incluso una posible vuelta del PSC al Govern de la Generalitat.

Pedro Sánchez ha anunciado este lunes la celebración de un congreso inmediato. ¿Considera que el PSOE debería permitirle intentar un Gobierno alternativo al PP?

Primero, yo soy muy respetuosa con los procesos congresuales de otros partidos, porque el PSC es un partido independiente del PSOE. Pero buscar un gobierno de cambio es una obligación del PSOE con la mayoría social del país, esto no es simplemente aritmética parlamentaria. Un gobierno del PP son recortes, desahucios y dolor para los más débiles, inmovilismo institucional, conflicto con Catalunya y lavada de cara de la corrupción. El PSOE debe intentar evitarlo.

Y si se no consigue formar ese gobierno, ¿terceras elecciones o abstención al PP?

Hay que evitar por todos los medios unas terceras elecciones, pero esto nunca puede pasar por una abstención del PSOE a un Gobierno del PP.

Si Sánchez busca formar un Gobierno, no lo consigue y vamos a terceras elecciones, ¿debería repetir como candidato?

Si fracasa el intento de formar gobierno por parte de Pedro Sánchez, siendo legitima su aspiración a volver ser el candidato, creo que sería necesario abrir de inmediato una elección entre las bases socialistas con libre presentación de candidatos y candidatas.

Usted votó en abril contra el pacto entre PSOE y Ciudadanos que impulsaba Sánchez.

Expresé que el pacto con Ciudadanos nos alejaba de la oportunidad de gobernar. Porque no daba mayoría y porque nos ataba a un socio que tenía mucho interés en llevarnos a la gran coalición con el PP, como se ha visto después. Aquí perdimos oportunidades importantes de liderar un Gobierno de cambio presentando un pacto tanto a Ciudadanos como Podemos y las confluencias. Es verdad que Podemos entonces puso muchas trabas, porque consideró que ir a elecciones le permitiría dar el sorpasso.

Ahora nos encontramos en una situación donde es más difícil llegar a estos pactos, pero también es verdad que necesitamos un gobierno de cambio en España y que hay un mínimo común entre muchas fuerzas, aunque no estemos de acuerdo en muchas cosas, como puede ser el eje nacional. A pesar de ello, todo el mundo está de acuerdo en que Rajoy no puede seguir como presidente de España. Por eso debemos hacer posible este Gobierno de cambio.

Las tres opciones del PSOE siguen siendo: algún tipo de apoyo a un Gobierno del PP; pacto PSOE-C's-Podemos o pacto PSOE-Podemos-independentistas. ¿Cuál es su favorita?

Como digo, ahora mismo estamos en una situación más complicada que en la anterior legislatura. No será fácil sumar a Podemos al Gobierno, no será fácil que Rivera se abstenga a un Gobierno del PSOE y de Podemos y, por otra parte, no será fácil que las fuerzas independentistas opten por hacer una tregua en relación a su línea roja del referéndum de independencia y se sumen. Todo esto hace muy complicado que podamos formar el Gobierno y, si no es posible un Gobierno de cambio, tendremos que ir a terceras elecciones. Nuestro país no se puede permitir cuatro años más de Partido Popular.

¿Cómo debería llevarse a cabo ese intento de formar Gobierno?

Primero, hacer un pacto con Podemos y después intentar que Ciudadanos se abstenga. Es difícil que Ciudadanos lo aceptara, y por tanto hay otro camino que es llegar a un acuerdo con las fuerzas nacionalistas e independentistas para priorizar un Gobierno de cambio. Esto, siempre que ellos hagan una tregua política y eliminen la línea roja del referéndum de independencia.

Pongamos que ERC y CDC se sientan en una mesa y aceptan olvidarse del referéndum. Pero piden algo a cambio. ¿Qué les podría ofrecer?

Creo que aquí es muy importante abrir automáticamente un espacio para reformar las relaciones entre Catalunya y España. Abrir el marco para hacer una reforma constitucional y empezar ya esta cuestión, de donde pueda salir un acuerdo. Sobre todo porque sabemos que sin cambiar el Gobierno también será imposible resolver la situación de relación Catalunya-España.

Se postula para tomar las riendas de un PSC con los peores resultados electorales de su historia. ¿Qué cambios organizativos necesita el partido para ser competitivo?

El partido necesita hacer cambios en diferentes direcciones. Debemos modernizar nuestra organización para poder reconectar con sectores de la sociedad que no tienen ninguna empatía hacia el programa político del PSC. Por lo tanto, cambios respecto a cómo el PSC se proyecta hacia afuera, una estructura mucho más horizontal, flexible y territorializada, en el sentido de estar pendientes de los agentes sociales del territorio. Por eso propongo la creación de una figura de activista, aparte del simpatizante o militante. Esto debe venir acompañado, por un lado, de una mejor formación de cuadros, de militantes y activistas, y, por otra, mejorar los mecanismos de participación activa en el partido.

¿Y en cuanto al campo ideológico?

Necesitamos un rearmamiento ideológico a la izquierda, a la hora de defender nuestros planteamientos. Y eso significa defenderlos desde la política de la proximidad, de la cotidianidad y de la calle. En eso, el espíritu municipalista del partido debe estar impregnando la dirección y los modos de hacer.

Tomando los ejes de la política tradicional, izquierda-derecha y nacional, ¿diría que el PSC debe reubicarse en ellos?

Debe reubicarse en ambos precisamente porque la centralidad política del país se ha movido. Nosotros ya no estamos en la centralidad. Éramos un partido de amplio espectro, que representábamos el catalanismo político y la socialdemocracia. A día de hoy, en el eje nacional nosotros hemos quedado desdibujados, por la situación que se ha dado de suma cero entre la posición inmovilista y la posición rupturista del independentismo. Por lo tanto, aparte de un rearme ideológico de la izquierda, que es un aspecto clave, necesitamos ser capaces de formular una propuesta de modelo federal, reforma constitucional y hacer unos nuevos pactos porque los del 78 se han agotado.

¿Estas son las decisiones que se deberían tomar en el “proceso constituyente” de lo que usted ha hablado últimamente?

Sí, la vertiente territorial y la social. Le podemos llamar proceso constituyente porque nos debe llevar a una nueva Constitución. Esto nos permitirá redefinir las relaciones Cataluny-España en un marco plurinacional, que reconozca la singularidad de Catalunya en una España moderna que, además, haga una apuesta por una economía al servicio de las personas y un servicios de bienestar como pilar basico. Todo ello debe concretarse en una nueva propuesta, que debe ser un nuevo marco constitucional. Para llegar a ello no es suficiente con decir que haremos una modificación, hay que ponerla sobre la mesa. Y como el instrumento por el que todo el mundo apuesta es el referéndum, que es un instrumento que tiene sus ventajas pero también sus inconvenientes, nosotros apostamos por votar un acuerdo. Es la única forma de desbloquear la situación.

Habla de proceso constituyente, de plurinacionalidad, de blindar el estado social... ¿es un discurso pensado para competir con la nueva política de Podemos y los comunes?

Nosotros hace mucho tiempo que desde la municipal hacemos política para los nuevos tiempos. La llamada “nueva política” es en realidad buena política, aquella que es capaz de retroalimentar su ideario para transformar la realidad a partir de lo que está pasando. Como partido socialista necesitamos reforzar este perfil y a nivel generacional es un cambio que debemos hacer, porque la nueva política ya lo ha hecho. Ada Colau y yo tenemos la misma edad, casualmente, y representamos una generación que tiene que hacer frente a una nueva realidad y que podemos trabajar para reforzar las alianzas de la izquierda.

En 2014 tuvo la oportunidad de convertirse en la primera secretaria del PSC. Tenía grandes federaciones a su favor y, según dicen, le pusieron el puesto en bandeja. ¿Por qué entonces no, pero ahora da el paso?

Dije que no en ese momento, primero, porque estábamos a medio año de las elecciones municipales. Valoré que quizás la ciudadanía pensaba que dejaba a medias el proyecto de la ciudad, por el que hemos trabajado mucho. Y por otro lado veníamos de una situación traumática de escisión de una parte del partido, que requería de un liderazgo diferente de lo que yo podía ofrecer, el liderazgo que yo ofrezco no es de transición sino de reforma a fondo.

Dice que entonces podía parecer que dejaba el proyecto municipal a medias. ¿No lo deja ahora?

Yo creo que no, la ciudadanía está acostumbrada a verme en todos los actos, incluso ahora en campaña. Yo no haré nunca dejadez de mis responsabilidades en la alcaldía. El cargo de la primera secretaría, igual que se puede combinar con ser el presidente del grupo del Parlament, se puede combinar con una tarea de proximidad como la que hago ahora. No dejare la alcaldía de Santa Coloma, ni me lo planteo.

Cuando lanzó su candidatura apostó por una bicefalia en la que Iceta se quedara con el grupo parlamentario, al menos hasta el fin de la legislatura. Pero desde la candidatura de Iceta aseguraron después que usted había rechazado cualquier pacto. ¿Como ha sido el proceso de conversaciones?

Me duele que la candidatura de Iceta diga eso, porque es traicionar la verdad. Nosotros desde el primer momento planteamos una bicefalia, que se traducía en que los militantes pudieran votar tanto a Núria Parlon como a Miquel Iceta. Mi propuesta era que, como Iceta es el presidente del grupo parlamentario, la figura de la presidencia del partido quedara vinculada a la representación en el Parlament y las relaciones del grupo en el Congreso. Así no renunciábamos a la experiencia de Iceta pero, al mismo tiempo, el proyecto de renovación, al que ya llegamos tarde, lo lideraba yo desde la primera secretaría. No nos pusimos de acuerdo.

Ha propuesto un referéndum sobre una reforma federal de España en 24 meses. ¿Este plan pasa por cambiar la Constitución con el PP en contra o por convencer al PP?

No podemos obviar la realidad. Tenemos que hacer política para transformar la realidad, pero la aritmética es terca. Cualquier reforma de la Constitución que planteamos necesitará al PP. No hay otra manera de hacerlo. Por lo tanto avanzar en este marco de acuerdo para hacer federal este Estado se deberá hacer con el PP, aunque será muy difícil porque el PP tendrá grandes reticencias.

¿Cree que puede haber una reforma compartida desde la mayoría independentista catalana hasta el PP?

No es cuestión de creencia, es una cuestión de responsabilidad. Finalmente al PP no le quedará otra que venir hacia este espacio, porque es el de consenso, el de diálogo y en el que no hay ruptura. Y para poder recomponer el marco de diálogo es necesario avanzar en un acuerdo, en un proceso que acabe en un reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado, en el reconocimiento de Cataluña como una nación y por tanto, de un reconocimiento diferenciado de Cataluña en relación a su financiación, porque es una necesidad que tenemos.

Iceta ha venido proponiendo que, si esta reforma federal del Estado es rechazada en Cataluña, se pueda impulsar un referéndum sobre la independencia. ¿Qué le parece?

Saltar pantallas tan rápido nos genera cierta confusión. Ya se vio en el propio consejo nacional. Hay que trabajar en la línea de una reforma constitucional que reconozca el carácter plurinacional del Estado. Esta es la propuesta con la que se siente cómoda nuestra militancia. Formular la vía canadiense ahora no deja de generar un cierto vértigo. Pese a que yo lo vea bien, porque no tengo ningún problema en que esto se pueda hacer en un futuro si todo fracasa, plantear la vía canadiense es ponernos ya en un escenario donde nuestra militancia no se acaba de encontrar cómoda.

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