El president de la Generalitat, Quim Torra, ha anunciado este miércoles su intención de convocar elecciones después de que el Parlament apruebe los presupuestos. Según ha asegurado, comunicará la fecha de los comicios cuando las cuentas salgan adelante, algo que se prevé que ocurra en un plazo de entorno a los dos meses. El president maniobra de esta forma en un intento de poder convocar elecciones antes de que el Tribunal Supremo confirme su inhabilitación definitiva, que de todas formas iba a llegar en unos meses y significaría el final de su Govern.
“Esta legislatura ya no tiene más recorrido político, llega a su final. Esta semana hemos podido constatar que los socios encaramos el camino hacia la independencia de una forma que ha deteriorado la confianza mutua”, ha asegurado Torra. “La presidencia del Parlament dejó a la intemperie la presidencia de la Generalitat”, ha cargado contra ERC, en relación a lo ocurrido este lunes, cuando se el Parlament el retiró el escaño por orden de la Junta Electoral.
Torra ha reprochado a sus socios la “desproteger la presidencia”, pero a renglón seguido ha asegurado que no será él “quien rompa ahora la unidad de este Govern”, pidiendo que se rehaga la confianza entre los socios. “Ahora es el momento de la máxima responsabilidad”, ha dicho, “este país y su gente necesita que aprobemos unos presupuestos”.
Junto a la importancia de las cuentas, Torra ha citado además su interés en “comprobar si el gobierno español tiene interés en poner fin a la represión y respetar los principios democráticos”. Por esta razón, el jefe del Govern ha anunciado que seguirá adelante con la reunión de Sánchez, fijada para el jueves de la semana que viene en Barcelona.
Torra ha comparecido en solitario desde la galería gótica del Palau de la Generalitat, en una intervención sin preguntas de la prensa que había sido convocada de sorpresa este martes al filo de la medianoche. Ante los rumores de que podía ejecutar una crisis de gobierno para expulsar a miembros republicanos del Ejecutivo, fuentes de ERC habían avisado de que si el presidente tomaba “una decisión unilateral, la formación se sentiría ”libre para tomar sus propias decisiones“.
El anuncio del president de la Generalitat llega después de la crisis abierta en el seno Govern este lunes, cuando la Mesa y los funcionarios del Parlament ejecutaron la orden de la Junta Electoral y privaron a Torra de su escaño de diputado. Una decisión de la que JxCat culpa directamente al presidente del Parlament, Roger Torrent, y a sus socios de ERC, a quienes el propio Torra reclamó el lunes que desobedecieran a los tribunales para “garantizar” sus derechos como diputado.
Los republicanos aseguraron que la decisión era técnica y afirman además que una desobediencia como la que planteaban sus socios hubiera sido “estéril” y hubiera puesto en riesgo las votaciones del Parlament. El choque entre los socios del Govern quedó patente en el pleno del pasado lunes, cuando el grupo y los consellers de ERC se mantuvieron sentados y sin aplaudir tras la intervención de Torra, mientras los de JxCat le ovacionaban en pie.
Las elecciones inminentes fueron la vía que tomó fuerza en las primeras horas tras el choque. Pero esta opción ha ido perdiendo peso a lo largo de las horas, sobre todo debido al rechazo que un gesto así suscitaba en los presos independentistas de JxCat y también en los cercanos de Carles Puigdemont. Tanto Jordi Turull como Joaquim Forn reclamaron este martes en el Parlament priorizar la “unidad de acción” entre los socios. “Les ruego que aparquen el orgullo y recuperen la bandera de la unidad”, reclamó el exconseller de la Presidència preso en Lledoners.
El escenario electoral ha planeado en Catalunya desde el mes pasado, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya dictó una condena de inhabilitación contra Torra por un delito de desobediencia a la Junta Electoral. Una vez el Tribunal Supremo confirme esta inhabilitación, Torra perdería también su condición de president de la Generalitat, momento en el que debería buscarse un nuevo candidato a la investidura o se convocarían elecciones automáticas. Esa decisión del Supremo se calcula que pueda tardar en llegar entre dos y cuatro meses.