Torra saca pecho por la gestión del coronavirus y acusa a los tribunales de provocar la inestabilidad en Catalunya

Arturo Puente

16 de septiembre de 2020 11:19 h

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Sin haberse cumplido medio año desde su llegada a la presidencia, en octubre de 2018 el president de la Generalitat se presentó ante el debate de política general, el pleno en el que se marcan los objetivos de curso, avisando: “Yo no he venido a gestionar autonomía. He venido a hacer República Catalana. El día en que no pueda hacer esto, me iré”. Mucho han cambiado las cosas desde entonces. No solo en la política catalana y en un mundo aquejado por la pandemia, sino también en el propio Torra que, dos años después, en el debate de política general de este 2020 ha pronunciado un discurso casi monográfico sobre la gestión autonómica.

En un momento en el que tanto su futuro político como la continuidad de la legislatura penden de un hilo a la espera de la decisión del Tribunal Supremo sobre su inhabilitación, Torra ha optado por no despejar las dudas sobre que pasará si los tribunales acaban apartándole. En cambio, el president ha preferido sacar pecho por la gestión de la crisis del coronavirus hecha por la Generalitat, además de la administración ordinaria. El jefe del Govern ha reconocido errores y ha subrayado aciertos de su Ejecutivo pero, sobre todo, ha prometido que la pandemia es su “absoluta prioridad”, en la que trabajan “24 horas al día”.

“La gestión de esta legislatura no se puede desligar de la COVID-19. Todo ha cambiado”, ha explicado el president al inicio de su intervención. “La COVID nos ha mostrado la fragilidad, la imprevisibilidad, pero pese a todo esto, los gobiernos tenemos que avanzarnos y ofrecer certezas. Nos hemos dejado la piel desde marzo hasta hoy. Pero para ser efectivos, cuantas más herramientas mejor, cuanta más responsabilidad, mejor, cuantos más recursos, mejor”, ha apuntado.

Según los datos ofrecidos por el jefe del Govern, en Catalunya han muerto 13.173 personas desde el inicio de la pandemia, y 124.000 han resultado contagios confirmados. Esta cifra de fallecidos, ofrecida por Catalunya, incluye el total de personas que han perdido la vida por el virus, a diferencia de las contabilidades de otras comunidades y la del conjunto del Estado, que solo incluye los fallecidos con prueba PCR positiva. Por esta razón Torra ha pedido al Gobierno que cuente fallecidos con la metodología de la Generalitat. “Es básico que la ciudadanía conozca la situación real. Si en Catalunya hay muerto más de 13.000 personas, en España son más de 50.000”, ha destacado.

Tras ofrecer estos datos, Torra ha hecho un repaso de la evolución epidémica en Catalunya desde abril hasta la actualidad. Según ha explicado, el 6 de abril se alcanzó el pico de la pandemia, cuando 1.629 personas estuvieron ingresadas en cuidados intensivos. Desde ese momento y hasta el 8 de julio la remisión de los contagios fue abismal, pues cayeron hasta los 40 hospitalizados a mediados del verano. “Desde finales de julio nos encontramos con una situación de estabilidad, entre los 120 y 140 hospitalizados críticos. Pero la estabilidad no es una buena noticia, tenemos que bajar”, ha reiterado.

“La lucha contra la COVID es la principal prioridad de mi Gobierno, todas las consejerías tienen el mandato de dedicarse absolutamente a este tema. Nada nos hará desviarnos de la dedicación absoluta por la vida y la salud de las personas, y también miedo sobre puestos de trabajo”, ha asegurado el jefe del Govern.

El president ha descrito a su Govern como un ejecutivo empeñado desde marzo pasado y ahora en paliar los efectos de una crisis que ha descrito como “sanitaria, económica, laboral y educativa”. “Hoy Catalunya es el quinto territorio con una incidencia acumulada más baja, pero esto no es ningún consuelo”, ha dicho. Según ha considerado, en las zonas de España donde la expansión del virus es peor “gobiernan todos los colores políticos”, lo cual a su juicio demuestra que la gestión de la enfermedad no depende del partido al frente del Gobierno. “Yo sé que todos los gobiernos están haciendo lo que pueden”, ha subrayado, “pero hay que tomar decisiones, y cada vez que no se toman es una nueva irresponsabilidad”.

Habiéndose presentado como un mandatario absolutamente centrado en la lucha contra la pandemia, Torra ha lanzando una breve pero contundente acusación contra el Estado y los tribunales, de quienes ha dicho que buscan “abrir un periodo de inestabilidad en Catalunya en plena gestión de la pandemia”. “Esta legislatura está marcada por un círculo perfecto de la represión. Comienza con el veto del Gobierno de Mariano Rajoy a que el Parlamento eligiese a un president que desease. Y ahora, bajo un Gobierno de Pedro Sánchez y Podemos, podemos ver cómo se destituye a otro president”, ha indicado.

“Les he explicado el trabajo que hemos hecho y es el que quisiéramos seguir haciendo”, ha continuado Torra, “pero mañana tengo que declarar ante el Supremo por una pancarta, por haber defendido la libertad de expresión”. “Pero que sepan que nada nos hará desviarnos de nuestra tarea contra el coronavirus”, ha dicho. Unas palabras con las que ha remarcado ante el Pleno que no tiene ninguna intención de convocar elecciones o de dar por acabada la legislatura y que, por tanto, no se avanzará a la decisión que pueda tomar el Supremo.