El president de la Generalitat, Quim Torra, conocía desde el pasado viernes que el Síndic de Greuges –defensor del pueblo catalán– era partidario de retirar los lazos amarillos y banderas independentistas de los edificios públicos tal y como reclamaba la Junta Electoral Central (JEC). Pese a eso, el Govern aseguró el martes que Torra dejaba en manos del Síndic la decisión final sobre obedecer o no a la JEC, tras asegurar que le había reclamado un informe y dando a entender que no conocía la decisión final. Finalmente, Torra ha confirmado este miércoles que retira los lazos.
Con esta maniobra, Torra ha tratado de desembarazarse de la decisión sobre quitar los símbolos, algo que generaba cierta controversia tanto entre algunos sectores independentistas como en el propio Govern. El president deseaba evitar la imagen de que era él quien acataba la orden de la Junta Electoral, por lo que el pasado martes la portavoz del Govern, Elsa Artadi, aseguró que los consellers harían lo que el Síndic recomendara en un informe que, según dijo Artadi, Torra había reclamado.
Pero la realidad era otra. Según ha explicado este miércoles el propio Síndic de Greuges, Rafael Ribó, aportando los documentos ante la prensa, fue él mismo quien el viernes emitió una resolución de oficio sobre el requerimiento que había hecho la Junta Electoral Central, procedimiento habitual en su institución según ha explicado Ribó. Ese documento se envió a Torra el propio viernes, y era categórico sobre la recomendación del Síndic a favor de retirar los lazos.
Tras recibir la resolución del defensor del pueblo, el president mantuvo una reunión con él para reclamar algunas aclaraciones. Torra le reclamaba estas aclaraciones sobre cuestiones secundarias, como qué hacer en el caso de que los símbolos fueran colocados por los propios trabajadores públicos o el periodo durante el que, a su juicio, debía efectuarse la retirada de símbolos. Pero en ningún caso cuestionó el fondo de la cuestión planteada por el Síndic, que era cumplir con el requerimiento de la JEC.
Fuentes del Govern han explicado que Torra se volvió a reunir con el Síndic este martes. Antes, varios consellers, según las mismas fuentes habían propuesto a Torra cortar el conflicto con la JEC buscando “soluciones imaginativas” para cumplir con la retirada de los lazos amarillos y seguir mostrando el apoyo a los presos. Entre las alternativas barajadas figura la sustitución del amarillo por lazos blancos y rojos que simbolizan la democracia, que según la Cadena Ser es la solución por la que se ha decantado el Ejecutivo catalán.
Este miércoles, por tanto, el Síndic ha trasladado al Govern la respuesta a sus aclaraciones, que no difieren en lo fundamental del mandato de la Junta Central y que se remiten al informe que ya va trasladar el pasado viernes. Indica el defensor, entre otras cosas, que el cumplimiento de la obligación de neutralidad de los edificios oficiales deben extenderse a todo el periodo electoral y al conjunto de edificios de la Generalitat.
Según ha explicado Ribó, él no se ha sentido utilizado por el president, debido a que ha cumplido con su mandato de forma rigurosa. El Síndic ha recordado además que se ha posicionado en diferentes momentos sobre la capacidad de los poderes públicos para exhibir mensajes políticos de todo tipo, considerando que pueden hacerlo de forma general, excluidos los periodos electorales.
El Govern, si acaba cumpliendo la condición que él mismo se impuso, debe retirar los símbolos políticos de su fachada en las próximas horas. Con su maniobra, Torra ha conseguido desvincularse personalmente de la retirada de los símbolos, pero ha conseguido que, en estos momentos, el descuelgue del lazo sea la fotografía más buscada.
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