El ex secretario de Estado de Seguridad José Antonio Nieto ha defendido durante su comparecencia en el juicio del procés que durante el 1-O no hubo cargas policiales “según su definición técnica”. Nieto separa esta definición de la “coloquial o lo que se diga en los medios”.
“No hubo una carga entendida como una actuación con el objetivo de disolver una manifestación o desalojar un lugar ocupado. Eso no se produjo”, ha asegurado este lunes el ex número dos de José Ignacio Zoido en el Ministerio del Interior, palabras que han generado indignación en sectores del soberanismo catalán. Nieto sí ha reconocido que hubo “empleo de la fuerza” y en algunos sitios “de una forma llamativa”.
Nieto también ha destacado que Policía y Guardia Civil hicieron un “uso mínimo imprescindible de la fuerza” el 1-O y ha definido la actuación como “proporcionada y ejemplar”. Sin embargo, cinco juzgados de instrucción catalanes mantienen abiertas causas contra agentes al no considerar proporcional su actuación.
eldiario.es publicó los vídeos incluidos en el sumario del 1-O que grabaron las cámaras de los antidisturbios de la Policía. En el primero y el tercero de los vídeos, correspondientes a las escuelas Mediterrània y Pau Claris, el mando del operativo y un subinspector están doblemente imputados en el juzgado de instrucción 7 de Barcelona por su actuación en ambos colegios.
El juez instructor, en el auto por el que imputó ambos agentes, tildó de “como mínimo indiscriminada y desproporcionada” su actuación porque los agentes intervinieron sin avisar a los votantes concentrados en la puerta de los colegios. La intervención policial inició, según el instructor, “una situación violenta” que fue en aumento “hasta el punto de observarse a personas empujadas por el suelo, una persona con la cabeza ensangrentada y un agente golpeando con su defensa [la porra] en la cara de las personas que ya están desalojadas”.
En el caso del Pau Claris, el juez consideró “desproporcionada” e “incluso peligrosa” la actuación de los agentes en el instituto Pau Claris, donde varios votantes fueron arrojados por las escaleras.