La presión policial dificultó anoche los habituales botellones en playas y plazas de Barcelona. La pasada madrugada ha sido la primera con el botellón, que ya no estaba permitido en varios municipios, prohibido en toda Catalunya, con sanciones que van desde los 3.000 a los 15.000 euros.
Los días anteriores ya había una alta presencia de agentes de la Guardia Urbana en la playa de Barcelona, pero esta madrugada algunas personas han explicado que la presión ha sido mayor. En la playa de la Barceloneta, entre las diez y las once de la noche muchas familias y grupos de amigos ya se habían ido por iniciativa propia.
A medianoche una línea policial de diez agentes ha obligado a marcharse a los que quedaban. A esa hora decenas de grupos seguían haciendo botellón. Luego han pasado los tractores de la limpieza. En la plaza Universidad y delante del MACBA algunas patrullas también han desalojado grupos de jóvenes que querían beber o patinar antes de la medianoche.
La medida del Govern llegó después de que el viernes se anunciara la suspensión de la actividad de todos los locales de ocio nocturno y la limitación del horario de restaurantes y bares en Barcelona y una sesentena de municipios más.
El cierre de los bares y demás espacios de ocio nocturno empujó el pasado viernes a muchos jóvenes a acabar bebiendo en la calle o en las playas, una actividad que pretende eliminar ahora la Generalitat