Un guardia civil, primer condenado en España por publicar 'fake news' xenófobas en Twitter
Un agente de la Guardia Civil se ha convertido este martes en la primera persona condenada en España por difundir noticias falsas xenófobas. El agente ha aceptado una condena de quince meses de cárcel por publicar en Twitter un vídeo falso que atribuía a un menor inmigrante no acompañado la autoría de una agresión que en realidad había sucedido en China
El caso se ha cerrado con un pacto de conformidad entre la defensa del agente y el fiscal contra los delitos de odio de Barcelona Miguel Ángel Aguilar, que hace dos años abrió de forma pionera la vía penal contra dos usuarios de la red social por difundir noticias falsas de corte xenófobo. El otro caso es el de una mujer, todavía pendiente de juicio.
La primera condena de España por la difusión de 'fake news' se ha pactado ante el tribunal de la sección sexta de la Audiencia de Barcelona. El procesado ha reconocido los hechos y ha aceptado una condena por un delito contra los derechos fundamentales (incitación al odio) que incluye una multa de 1.620 euros así como la prohibición de ejercer actividades docentes o deportivas durante cinco años.
La defensa del procesado, J.M., un agente de la Guardia Civil, ha pedido al tribunal que suspenda su ingreso en prisión, a lo que la Fiscalía se ha mostrado favorable dado que carece de antecedentes penales y ha aceptado cerrar sus perfiles en redes sociales, aunque exige que siga un curso de igualdad para librarse de la cárcel.
El Ministerio Público, que solicitaba inicialmente una pena de dos años de cárcel para el procesado, también ha pedido como condición para suspenderle el ingreso en prisión que durante dos años no utilice perfiles en redes sociales “con contenido de odio”.
El acusado ha admitido que colgó el 1 de julio de 2019 un vídeo de una brutal agresión a una joven, haciendo creer que se trataba de imágenes de una violación que había ocurrido recientemente en Canet de Mar (Barcelona).
El vídeo, de 45 segundos y que fue visualizado 21.900 veces, mostraba a un hombre agrediendo brutalmente a una mujer, a patadas y puñetazos, tras lo que intentaba bajarle los pantalones para acabar agarrándola del pelo y arrastrándola por el suelo.
“Aquí tenéis el vídeo del MENA marroquí de Canet de Mar, a esos que le vamos a dar la paguita hasta los 23 años, los niños de Pedrito Piscinas. Por cierto, luego para más INRI la viola, estos energúmenos y estas manadas de marroquíes no saldrán en los medios”, rezaba el tuit que acompañaba el vídeo.
La grabación, no obstante, no tenía relación alguna con la agresión sexual ocurrida en Canet de Mar, sino que era un vídeo de una paliza ocurrida en China en junio de 2019 que había sido difundido por las autoridades de ese país para lograr identificar a su autor mediante la colaboración ciudadana.
Tal y como mantenía la Fiscalía, el agente ha admitido que actuó “movido por su animadversión y rechazo a los inmigrantes extranjeros de origen marroquí, y entre ellos a su sector más vulnerable, como son los menores no acompañados”.
De hecho, el perfil de Twitter del acusado incluía numerosas publicaciones xenófobas e informaciones deformadas o falsas sobre los inmigrantes en general, además de símbolos como la cruz celta -habitualmente utilizada por ultras, nazis y supremacistas- y el lema del Ku Klux Klan “debemos asegurar la existencia de nuestra raza y un futuro para los niños blancos”.
Por orden judicial tras la presentación de la querella, se cerraron los perfiles de Twitter y Facebook del acusado, quien la semana pasada aceptó también cerrar su Instagram con el fin de facilitar la conformidad que se ha formalizado este martes.
Las discriminaciones que se suceden en las redes sociales mantienen en alerta al servicio contra los delitos de odio y discriminación de la Fiscalía de Barcelona. Dentro de éstos, en los últimos años se ha constatado un aumento de las 'fake news', noticias falsas que tienden deliberadamente a aprovechar incidentes de actualidad de fuerte impacto para trasladar a la audiencia prejuicios o intentar desprestigiar a algún colectivo, en muchas ocasiones acompañado de material audiovisual inveraz o tergiversado.
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