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El principal acusado por los atentados de Barcelona y Cambrils se declara “arrepentido”

“Siempre he colaborado y he mostrado arrepentimiento”. Así se ha expresado ante el tribunal de la Audiencia Nacional Mohamed Houli, el principal acusado por los atentados de Barcelona y Cambrils de agosto de 2017. En cambio, los otros dos procesados por los ataques, Driss Oukabir y Saïd Ben Iazza, han negado que formaran parte o ayudaran a la célula y se han desvinculado de los plantes terroristas.

En una primera sesión del juicio que ha estado marcada por la crudeza de los vídeos inéditos de la célula terrorista mientras fabricaban explosivos en el chalé de Alcanar (Tarragona), los acusados han coincidido en acogerse a su derecho de contestar tan solo a las preguntas de sus defensas. En el resto, han seguido estrategias opuestas: mientras Houli ha optado por mostrarse arrepentido, Oukabir y Ben Iazza han negado todas las acusaciones.

De los tres acusados, Houli es el que mayor protagonismo otorgan las acusaciones en la célula. Herido en la explosión de Alcanar que precipitó los ataques de la célula y trasladado al hospital, Houli reconoció que los terroristas querían colocar explosivos en los monumentos más importantes de Barcelona. Si bien admitió que conocía los planes desde hacía dos meses, el acusado negó que perteneciera a la célula. La Fiscalía, por contra, considera acreditado que formaba parte de la organización terrorista “seguidora de los postulados de Estado Islámico” y encabezada por el imán Es Satty y pide para él 41 años de cárcel.

De pie, detrás del cristal de la sala de vistas y junto al resto de acusados, Houli ha defendido su “colaboración” con la policía, tal vez en busca de un atenuante que le acorte la estancia en prisión. Los indicios que obran en la causa contra Houli son abundantes: no solo es el autor de la grabación de los terroristas mientras fabricaban los explosivos con los que pretendían volar la Sagrada Familia (la explosión en Alcanar frustró sus planes iniciales y les obligó a improvisar los atropellos en la Rambla y Cambrils). También está documentada su relación con el imán Abdelbaky Es Satty, líder espiritual de la célula.

“Mi arrepentimiento se basa en que todas las veces que me han llamado para declarar he declarado, incluso he declarado voluntariamente”, ha agregado Houli a preguntas de su abogada, María del Carmen González, quien le ha preguntado si era un sentimiento “sincero”. El presidente del tribunal, Alfonso Guevara, ha tenido que cortar varias veces las preguntas de la letrada porque inducía las respuestas a Houli.

Por contra, Oukabir ha negado que formara parte de la célula yihadista de Ripoll y ha afirmado que desconocía sus planes, aunque su hermano pequeño fuera uno de los atacantes en Cambrils. Uno de los argumentos de defensa de Oukabir ha sido que, al contrario que los miembros de la célula, él no seguía un estilo de vida religioso. “No soy religioso ni practicante, no conozco al imán, me gusta salir de fiesta”, ha dicho en su declaración, en la que también ha asegurado ser consumidor de “alcohol, cocaína y hachís” y haber tenido relaciones sexuales con prostitutas.

Según su versión, no se relacionaba con los jóvenes de la célula porque eran más jóvenes que él, algunos menores de edad o rondando los 20 años, y él tenía 28. Además, últimamente había perdido el contacto habitual con su hermano, que le insistía para rezar e ir a la mezquita, ha explicado. “No conocía al imán, jamás he ido a la mezquita de Ripoll y jamás he estado en Alcanar”, ha zanjado, aunque un testigo protegido le situó durante el mes de julio en el chalé donde se fabricaron explosivos.

Oukabir, a quien la Fiscalía pide 36 años de prisión, ha sostenido que pasó las semanas anteriores de los atentados en Marruecos porque en julio había mantenido una discusión con su pareja y un juez le impuso una orden de alejamiento. Volvió el 13 de agosto, ha agregado, porque el juez que llevaba el caso de la agresión a su pareja le había advertido de que si no se presentaba emitiría una orden de detención.

En la misma línea se ha situado Ben Iazza, a quien la acusaciones sitúan como colaborador de la célula y piden ocho años de cárcel. A preguntas de su abogado, Ben Iazza ha negado conocer al imán y ha asegurado que con el resto de miembros de la célula no habló “ni de bombas ni de religión”. Su relación con los miembros de la célula, ha recalcado, se limitó a que fueron clientes de la carnicería de Vinaròs donde trabajaba.

Objetivos: Sagrada Familia, Camp Nou y Torre Eiffel

Tras los acusados ha sido el turno del inspector de los Mossos d'Esquadra que instruyó los atestados sobre el grupo terrorista. Según ha relatado el agente, la célula de Ripoll tenía como primeros objetivos el Camp Nou, estadio del Fútbol Club Barcelona que iba a atacar el día 20 de ese mes con motivo de un partido del Barça, la Sagrada Familia de la capital catalana y la Torre Eiffel de París.

El testigo dirigió la investigación tras los atentados y ha corroborado que la explosión de Alcanar precipitó que los terroristas llevaran a cabo, al día siguiente, los atentados en Las Ramblas y en el paseo marítimo de Cambrils. Según se desprende del contenido de ordenadores de los terroristas y de la declaración de uno de ellos, su pretensión era cometer un atentado con furgoneta bomba, con granadas y con cinturones explosivos en el Nou Camp el 20 de agosto de 2017 con ocasión de un partido entre el FC Barcelona y el Betis, y según el jefe de la investigación también tenían como objetivos atentar contra la Sagrada Familia de Barcelona y la Torre Eiffel de París, ciudad que visitaron una semana antes de los ataques.

El agente ha detallado que la célula yihadista tenía una estructura piramidal, con el imán Es Satty en lo más alto ejerciendo de “líder espiritual”. En un segundo nivel, estaban Younes Abouyaqooub, el terrorista de la Rambla abatido días después por los Mossos, Youssef Aalla, muerto en la explosión de Cambrils, y Mohamed Hichamy, abatido en Cambrils, que según el agente eran los “más allegados” a Es Satty y sus principales colaboradores. Omar Hichamy y el acusado Mohamed Houli estarían por debajo de los tres jóvenes, mientras que el resto de miembros de la célula “participaron pero de forma no tan directa” en los planes terroristas, ha afirmado el agente.

El mosso ha detallado que todos los jóvenes de Ripoll radicalizados por Es Satty tenían “lazos de amistad y familia” –varios de ellos eran hermanos. Todos se conocían desde pequeños y habían ido al mismo colegio en Ripoll, lo que hacía al grupo “impenetrable” y “endogámico”. “Solo vivían ellos y para ellos”, ha zanjado el investigador.