Sexta noche de movilizaciones por el desalojo del centro social okupado Can Vies. Esta vez una multitudinaria manifestación con columnas procedentes de diferentes barrios ha tomado el centro de Barcelona, que a pesar del carácter pacífico de la protesta ha acabado convertido en escenario de correderas entre Mossos y manifestantes. Grupos aislados han provocado disturbios en algunos puntos, como la quema de contenedores o destrozo de cajeros.
Cerca de la medianoche, y después de caóticos movimientos de la manifestación, más de un centenar de manifestantes fueron rodeados por un amplio dispositivo de los Mossos en la Gran Vía de Barcelona, a la altura de la calle de Rocafort, cuando se dirigían de vuelta a Can Vies, en el barrio de Sants. La policía los ha identificado a todos individualmente en un proceso que ha durado casi tres horas. Cuatro furgones de la policía han salido llevando parte de los retenidos a comisaría.
Algunos de los afectados denuncian que los Mossos, tras identificarlos, los grababan con toda la ropa que llevaban encima. Al llegar el abogado del colectivo antirepresivo Retaguardia en Movimiento, reprochó a los responsables de la policía que se trataba de una práctica ilegal. El responsable negó que los agentes estuvieran tomando imágenes de los detenidos, aunque vecinos desde los balcones y los retenidos que salían afirmaban lo contrario.
Activistas de diferentes barrios
En la protesta han participado miles de activistas de toda la ciudad, que se han querido solidarizarse con la lucha de Can Vies, que pide poder recuperar su espacio ahora derribado. Sin ir más lejos, esta mañana el colectivo ha empezado a reconstruir este edificio propiedad de Transportes Metropolitanos de Barcelona, con la ayuda de vecinos de Sants y en un ambiente notablemente festivo.
La manifestación ha salido de Sants en dirección a plaza Universitat, donde se ha encontrado con las columnas de diferentes barrios. Desde allí, han dibujado un trazado que les ha hecho pasar por delante de casas okupadas emblemáticas –ya desalojadas– como la Carbonería o la Rimaia. Así, se han dirigido al Raval y, de allí, a la parte baja de la Rambla, donde un fuerte despliegue policial les ha impedido recorrer la principal arteria turística de la ciudad. La barrera formada por los Mossos ha sido lo que ha generado las primeras tensiones entre el grueso de manifestantes. Después de un rato de resistencia, con la manifestación partida por el cordón policial, los manifestantes han retrocedido para reencontrarse en Drassanes. De entre ellos han salido algunos encapuchados que han cometido los primeros actos vandálicos, como la quema de contenedores.
Allí la protesta se ha dividido en dos partes, que han recorrido el Raval y el Gótico hasta la plaza Sant Jaume con la cabecera, respectivamente. En el caso de esta última, los manifestantes se han plantado ante el Ayuntamiento para denunciar la situación de Can Vies, y luego han disuelto la protesta. Una parte de los manifestantes ha vuelto hacia las Ramblas para reencontrarse con los que habían estado en el Raval, donde el incendio de un contenedor acabó por tomar un coche aparcado.
La situación ha sido caótica en muchos casos, dado que los manifestantes hacían un recorrido laberíntico por una zona de la ciudad, el centro turístico, que no está aconstumada a acoger manifestaciones. Los turistas observaban curiosos la situación mientras la protesta criticaba, precisamente, el modelo de ciudad turística.