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La protesta contra el turismo masivo vuelve a Barcelona: vecinos bloquean el acceso al Park Güell

No ha llegado el verano y los tambores contra la masificación turística ya se escuchan en Barcelona. Una protesta vecinal ha discurrido este sábado alrededor de una nueva atracción turística que ha ganado popularidad a golpe de TikTok, los búnkers del Carmel, y un clásico turístico de la capital catalana, el Park Güell. La manifestación ha bloqueado durante unos pocos minutos el acceso a la obra de Gaudí. 

Lejos queda ya la época postconfinamiento, en que los barceloneses volvieron a hacerse suyos espacios que habían ganado los turistas. El Park Güell es seguramente uno de los ejemplos más significativos de la paulatina victoria de los usos privados en espacios públicos y comunitarios. Pero también ocurre en el día a día en zonas donde la convivencia entre visitantes y autóctonos es difícil, como las calles y plazas del Gòtic.

Tras la Sagrada Família, el Park Güell es el segundo lugar de Barcelona que recibe más visitantes. Ante el alud de turistas (llegaron a entrar nueve millones de turistas al año), en 2013 se puso en marcha un sistema de venta de entradas para acceder al parque, que redujo las visitas a alrededor de cuatro millones. Con todo, los barceloneses siguen evitando el espacio, convertido más en un parque de atracciones para turistas que el parque que un día fue.

Este sábado, vecinos de los barrios de Vallcarca, La Salut y el Carmel se han manifestado conjuntamente para reclamar medidas contra la masificación turística. La marcha ha salido de distintos puntos y las columnas han confluido en el acceso principal del Park Güell. Tras el breve bloqueo en la entrada, sin incidentes, la manifestación se ha desplazado a la plaza Sanllehí, donde ha finalizado la protesta.

Los vecinos han denunciado que la presión turística en sus barrios se está haciendo “insoportable” y han exigido al Ayuntamiento “políticas reales para revertirla”. “Se está haciendo 'mobbing' a los vecinos para que nos vayamos y no lo permitiremos”, ha criticado David Mar, del Consejo Vecinal del Turó de la Rovira.

Tampoco ven ninguna solución los vecinos en el cierre de los búnkers que el consistorio llevó a cabo hace unos días para intentar frenar las borracheras y las fiestas ilegales (DJ incluido) de los turistas a la puesta de sol en un nuevo icono para los visitantes de la ciudad. Los habitantes del Carmel han constatado que los jóvenes visitantes bien saltan el muro instalado por el Ayuntamiento bien trasladan la fiesta al parque de al lado.

Mar ha denunciado la “pasividad” del Ayuntamiento al no poner freno a la masificación turística impacta en el día a día de los vecinos de la zona de Els Tres Turons, que ven cómo el transporte público está saturado y circular con sus vehículos por la zona es cada día más complicado por la cantidad de buses turísticos y taxis.

Los vecinos han reclamado que se habilite una parada de taxis única para el Park Güell y el Turó de la Rovira, de forma que solo puedan acceder a estos espacios los taxis o VTC que lleven vecinos a su casa.

La protesta ha incidido que el cobro de entradas en el Park Güell no ha mejorado la calidad de vida de los vecinos del entorno, que se siguen enfrentando a la masificación turística y a los problemas de movilidad que les supone. La única solución, a su juicio, pasa por un decrecimiento turístico que haga de Barcelona una ciudad más habitable.