Nadie quiere quitarle importancia, porque la tiene y mucha: es la primera vez que los diputados del PSC en el Congreso han votado distinto a sus compañeros del PSOE y además lo han hecho de forma completamente opuesta y sobre un tema de fondo, como es el derecho a la autodeterminación. El paso ya está dado. Pero las alarmas que se han activado en el PSOE no han asustado demasiado al PSC. Por una vez, los socialistas catalanes están unidos y convencidos de que han obrado bien y de que no llegará la sangre al rio.
El apoyo en el Congreso a la resolución presentada por CiU e Izquierda Plural les ha supuesto una multa de 600 euros a los diputados díscolos y a José Zaragoza, uno de los pesos pesados, le ha costado el cargo de secretario general adjunto el grupo parlamentario. Pero los socialistas catalanes están seguros de que no pasará nada más.
El portavoz del PSC, Jaume Collboni, ha pronosticado que “si se rompe la unidad del socialismo en el conjunto del Estado y en Catalunya, tenemos PP y CiU para años”. Esta realidad, que ahora mismo es indiscutible, permite dormir tranquilos a los socialistas catalanes, a pesar de haber dado un paso sin precedentes. Se tensará la cuerda, dicen, pero no se romperá. “Hay tensión, pero es la misma tensión que se vive en todo el país”, explicó Collboni que está convencido que muchos otros partidos tendrán problemas similares. El PSC no tiene ninguna duda en que hace falta reformar la Constitución, preparar la sucesión del rey Juan Carlos y apostar por una regeneración democrática comparable con la Transición. Teniendo en cuenta todos estos cambios, “pactar un protocolo nuevo entre el PSC y el PSOE es lo de menos”, consideró el portavoz socialista.
El monopolio de la voz propia
La mejor jugada que ha hecho CiU en toda su historia ha sido presentarse como el único partido capaz de defender los intereses de los catalanes en el Congreso de los Diputados, donde se deciden las cuestiones importantes. Con un PSC silenciado en el Congreso, los convergentes han tenido mucho campo para correr libres de marcaje. Con los vientos que soplan desde hace tiempo en Catalunya, esta sumisión es letal para el PSC.
Fuentes del partido han asegurado que desde hace un año los socialistas catalanes están intentando negociar con el PSOE algún sistema que permita dar voz propia al PSC en el Congreso y que, en caso de discrepancia, se pueda votar de manera distinta sin dramas. Pero como suele suceder, los hechos se han adelantado a la política y la votación que tenía que separar a los socialistas ha llegado antes de que PSOE y PSC hayan pactado un nuevo protocolo. Cabe recordar que Pere Navarro logró ser elegido primer secretario del PSC en el último congreso gracias a este compromiso. No lograr un acuerdo –o ni tan siquiera un inicio serio de las negociaciones– en este sentido era un claro fracaso de Navarro, que no tiene toda la fuerza que querría dentro de su partido.
El PSC tiene claro que sufre una grave enfermedad y que el único tratamiento posible para curarse es muy agresivo y tiene efectos secundarios. Pedirle al rey que abdique (aunque sea para dejarle el trono a su hijo) y romper su silencio en el Congreso forma parte de este tratamiento. La medicina no siempre lo cura todo, pero cuando la enfermedad se llama cuarta fuerza política en Barcelona no hay más remedio que jugársela.