El PSC ha ganado las elecciones en Catalunya y el independentismo ha perdido la mayoría absoluta que ha ostentado la última década. Con un 95% de los votos contabilizados, el PSC de Salvador Illa se impone con el 28% de los votos y 42 escaños (nueve más que los que tiene ahora), sobre Carles Puigdemont, que logra el 21% de los sufragios y 36 diputados (cuatro más que los que tenía Junts). Es el peor resultado del independentismo en unas elecciones al Parlament desde el inicio del procés, mientras que los socialistas logran sus mejores números en casi dos décadas y por primera vez ganan en votos y escaños.
Además del ganador, para el resultado final era clave ver qué bloque podía alcanzar la suma de 68 diputados, claves para una investidura: la suma de las izquierdas, la unión de los independentistas (y si necesitaban a la extrema derecha de Aliança Catalana) o una opción más remota, una ‘sociovergencia’ de PSC y Junts. La suma de izquierdas entre PSC, ERC y Comuns sí logra, por la mínima, los 68 escaños, mientras socialistas y neonvergentes suman 77 representantes.
La derrota de la noche es la del independentismo: Junts, ERC y la CUP se han situado lejos de la absoluta y se han quedado en 59 escaños (hasta ahora tenían 74). La crisis independentista se explica por el retroceso de las dos fuerzas independentistas de izquierdas, ya que Junts suma cuatro diputados más. En cambio, ERC sufre una debacle y pasa de 33 a 20 diputados, mientras que la CUP pierde más de la mitad de sus parlamentarios y baja de 9 a cuatro escaños.
La extrema derecha de Aliança Catalana –con quien el resto de independentistas ha dicho no querer pactar– irrumpe en el Parlament con dos escaños, igualmente insuficientes para alcanzar la mayoría.
En la batalla por la cuarta posición de la noche, el PP (15 diputados, doce más que los que tiene ahora) se impone a Vox, que obtiene 11 representantes, los mismos que sus actuales. Por debajo de la derecha y la ultraderecha se sitúa Comuns–Sumar con seis escaños, dos menos que los que tenían hasta ahora.
Quien prosigue su camino a la desaparición definitiva es Ciudadanos, que se queda sin representación en el legislativo autonómico que le vio nacer y que era el único donde mantenía hasta ahora seis diputados.
Las elecciones de este domingo han estado marcadas por una baja participación, similar a la de los comicios de 2021, que debido a la COVID-19 registraron la menor afluencia a las urnas desde la recuperación de la democracia con un 51,29% de votantes. Este domingo, a falta de cerrar la cifra definitiva, la participación se ha quedado en un 54,48%. Lejos quedan los datos históricos de las elecciones de 2017 y 2015, en las que, al calor del procés, por primera vez más del 70% de electores catalanes acudieron a las urnas.