El expresident de la Generalitat y candidato de Junts, Carles Puigdemont, ha tildado de “escándalo” la mejora de la financiación para Catalunya que negociarán el PSC y ERC de cara a una posible investidura de Salvador Illa y ha amagado con retirar el apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez.
“Los próximos presupuestos generales del Estado tienen que hablar muy claro si quieren contar con nuestro apoyo”, ha advertido el expresident en un mensaje en la red social X, en el que ha considerado que Sánchez tendría que “responder a varias preguntas” para mantener los apoyos de Junts que le permitieron ser investido.
Puigdemont ha reaccionado así al inicio de la negociación entre ERC y el PSC de cara a una eventual investidura de Salvador Illa. Las primeras conversaciones se producirán en paralelo a la ronda de consultas que el presidente del Parlament, Josep Rull, celebrará esta semana, pero que ante la falta de apoyos para que un candidato sea investido podrían terminar en un pleno que solo sirva para activar la cuenta atrás para la repetición electoral.
Tras reclamar los republicanos la implicación de Pedro Sánchez, este domingo el presidente del Gobierno rompió el hielo en una entrevista en La Vanguardia, en la que elogió el “liderazgo y compromiso” de ERC para la consecución de los indultos y la amnistía y abogó por “consolidar la relación estratégica” entre ambos partidos.
Aunque la negociación entre socialistas y republicanos está muy verde, el marco ya se ha fijado en una mejora de la financiación para Catalunya que dé a la comunidad algún tipo de singularidad aunque mantenga la solidaridad con el resto de comunidades. Es lo que, durante la campaña, Pere Aragonès reclamó como “financiación singular”.
Por su lado, el expresident ha acusado a Sánchez de “jugar con el bienestar y el futuro de los catalanes como moneda de cambio de beneficios para el partido”, algo que, ha mantenido, le parece “inmoral”. Según Puigdemont, los socialistas “solo se acuerdan de las injusticias cuando los afectados son ellos”.
Puigdemont también ha arremetido contra Sánchez por dar argumentos a aquellos que piensan que los catalanes reclaman un trato que no se merecen: “Es decir, que solo se nos concederá lo que reclamamos no porque sea justo, sino porque el partido que ahora mismo gobierna España necesita hacerse con el Govern en Catalunya al precio que sea”.
El expresident ha considerado que Sánchez debe contestar a varias preguntas, entre ellas si cree que la financiación de los catalanes “depende de si el candidato de su partido sea investido president” o si la falta de ejecución presupuestaria “se debe a que su partido no preside la Generalitat”.
“¿No cree que con su chantaje está dando argumentos a los españoles que piensan que los catalanes reclamamos un trato que no nos merecemos?”, ha inquirido Puigdemont al presidente del Gobierno.
La propuesta de mejora de la financiación ha monopolizado la jornada política de este lunes. La portavoz de ERC, Raquel Sans, ha subrayado que los republicanos apuestan por que Catalunya salga del régimen común de financiación autonómica, igual que Euskadi y Navarra, un recordatorio que ha lanzado ante “algunas maniobras para intentar liar” y para “evitar tentaciones de confundir”.
La propuesta de “soberanía fiscal plena” que defienden los independentistas, o como suelen decir los portavoces de ERC controlar “la llave de la caja” de los recursos, significaría un modelo propio con el que Catalunya recaudaría y gestionaría todos los impuestos hasta casi 52.000 millones de euros.
Desde el PSOE se ha continuado con la defensa de la reforma de la financiación que iniciaron el fin de semana Illa y Sánchez, si bien el partido ha evitado concreciones sobre el eventual nuevo modelo. “Quien tiene más competencias ha de tener también más medios”, ha defendido la portavoz socialista, Esther Peña.
Al PP esto la reforma del modelo de financiación (caducado desde hace casi una década) le parece un “disparate”, como lo ha calificado su portavoz en el parlamento madrileño, Carlos Díaz Pache. Y el expresidente del Gobierno José María Aznar, ha considerado que la mejora de la financiación para Catalunya supondría que millones de españoles “pagarían el golpe de estado” y y “financiarían la irresponsabilidad administrativa de los gobernantes separatistas catalanes”.