Era un secreto a voces que no precisaba de gran corroboración, pero Carles Puigdemont ha querido oficializarlo este jueves: se presenta a las elecciones catalanas del 12 mayo como candidato a la presidencia de la Generalitat. Su objetivo es lograr su “restitución” como president, ha dicho el líder de Junts en una conferencia en Elna (Francia) en la que las menciones a su destitución como president por el 155 en 2017 tras la declaración unilateral de independencia han sido constantes.
Puigdemont ha querido dejar claro que va a por todas el 12-M con otro anuncio: su renuncia a encabezar la candidatura de Junts a las europeas el 9 de junio, lo que le deja sin el escudo de la inmunidad europea. “No podría explicarme a mí mismo que después de seis años no buscará la restitución de la presidencia ilegalmente destituida por el 155 por razones de comodidad”, ha aseverado.
Por primera vez, además, Puigdemont ha dado pistas de sus planes de futuro, que ligan con los intereses electorales de Junts. El expresident ha anunciado que volverá a Catalunya si tiene mayoría para ser investido aunque no esté amnistiado, por lo que, salvo giro de guion, Puigdemont volverá a realizar toda la campaña desde Waterloo (Bélgica).
Se repite así el “para que vuelva el president, hay que votar al president”, lema de Junts en los comicios catalanes de 2017, tras los que Puigdemont no logró ser investido a distancia y descartó volver a España porque hubiera sido detenido. En 2024, el primer debate de investidura deberá celebrarse, como tarde el 21 de junio, tras lo que se abrirá el plazo de dos meses para investir a un president y evitar la repetición electoral.
Es tan posible la ley de amnistía como el referéndum de autodeterminación
El anuncio del expresident se ha producido, como es habitual, mediante una comparecencia sin aceptar preguntas de los medios de comunicación. Puigdemont no da una rueda de prensa desde el pasado mes de julio, y las únicas preguntas que ha respondido brevemente en los últimos días son las que, de pie y a bocajarro, le formulan los periodistas en los pasillos del Europarlamento.
El expresident ya ocupó el primer lugar de las listas de Junts en los comicios al Parlament en 2017 y 2021. Pese a dar el mismo mensaje de “restitución” que ahora y prometer su retorno en 2017 si los catalanes le votaban, no volvió debido a su situación judicial, toda vez que si pone un pie en España será detenido. Esta vez, según Puigdemont, es distinto, porque ya puede “trabajar sin la amenaza de la represión” gracias a la amnistía
No hay dos sin tres, pero esta vez hay una amnistía que, sobre el papel, garantiza a Puigdemont un retorno seguro sin pisar la cárcel. Al menos eso marca la norma (pendiente de aprobarse definitivamente a finales de mayo, después de la campaña catalana).
Con su anuncio de este jueves, el líder de Junts dibuja lo que quiere que sea el eje principal de su campaña: su retorno a España ya no solo como ciudadano libre y amnistiado sino como president para culminar la independencia. “Es tan posible la ley de amnistía como el referéndum de autodeterminación”, ha mantenido Puigdemont.
Aunque ha priorizado la negociación con el Gobierno, Puigdemont ha insistido en que Junts se guarda en la cartera un retorno a la vía unilateral: “Si vemos dilación en la negociación no renunciaremos a alcanzar la plena independencia, si es la voluntad de los catalanes”.
Su objetivo es intentar reconectar con unas bases independentistas desmovilizadas y quedar por delante de ERC, en un contexto de más fragmentación partidista en el lado de la derecha independentistas (al 12-M se presentará el partido de la eurodiputada Clara Ponsatí, muy crítica con Junts). Otra pista de la campaña presidencialista que Junts prepara para el 12-M estaba en el escenario del Ayuntamiento de Elna donde Puigdemont ha dado su conferencia este jueves: ni una referencia a las siglas del partido y un solo lema, “President Carles Puigdemont”.
El polo Puigdemont rivalizará con el marco que quiere fijar el PSC de cara al 12-M: pasar página del procés con Salvador Illa, que lidera los sondeos, como president y centrar el debate en los servicios públicos y la gestión. En medio quedará ERC, que con Pere Aragonès quiere reivindicar su primera presidencia sin olvidar la negociación con el Gobierno sobre un nuevo modelo de financiación y un referéndum.
"Estoy dispuesto a la negociación, como lo estaba en octubre de 2017
El expresident ha dado el pistoletazo de salida a la precampaña situando a los electores en una disyuntiva de cara al próximo 12-M. Según Puigdemont, los catalanes tendrán que escoger entre los partidos que buscan “hundir a la nación” o los que quieren “terminar el trabajo para que Catalunya sea reconocida en el concierto de naciones independientes del mundo”. Sin término medio.
Pese a pedir una lista unitaria, ha admitido que es un objetivo difícil y no ha tenido problemas para cargar contra la estrategia de ERC, reivindicando los logros de Junts en la negociación con el PSOE, en especial la negociación con mediador internacional frente a la mesa de diálogo que pactaron la Generalitat de Aragonès y La Moncloa. “No sé cuántas veces se ha reunido la mesa de diálogo, sí sé las veces que nos hemos reunido en Suiza”, ha lanzado.
También ha sacado pecho Puigdemont de otros pactos con el PSOE, como la oficialidad –pendiente de aprobar– del catalán en Europa. “Nunca me habría creído la convicción con la que el ministro Albares defiende el catalán”, ha afirmado. “Queremos negociar, y estamos muy lejos, pero la democracia consiste en el acuerdo entre los que están de acuerdo”, ha reivindicado en el tramo más pactista de su discurso.
“Estoy dispuesto a la negociación, como lo estaba en octubre de 2017”, ha apostillado Puigdemont, que ha celebrado la disposición del PSOE a negociar frente a su “cobardía”, ha afeado, en la fase crítica del procés, en la que según el expresident los socialistas dejaron, junto al PP, la respuesta al proceso soberanista en manos de los jueces. “Hoy empiezo la cuenta atrás del retorno”, ha concluido.