Primera crisis del Govern de Carles Puigdemont a 24 horas de presentar los detalles del referéndum. El president de la Generalitat ha cesado al conseller de Empresa y Conocimiento, Jordi Baiget, después de que este haya admitido este lunes que “probablemente” el ejecutivo no podrá organizar el referéndum sobre la independencia de Catalunya anunciado para el 1 de octubre. A Baiget le sustituirá el conseller de Cultura, Santi Vila, hasta encontrar otro titular para el departamento.
Con el cese fulminante de Baiget por, según fuentes del Govern, “pérdida de confianza”, Puigdemont da un golpe sobre la mesa de cara al tramo decisivo de la legislatura: tener sillón en el Govern y no defender el 1-O será incompatible.
Tal y como ha recordado toda la oposición este lunes, Baiget, en la entrevista en El Punt Avui que le ha costado el cargo, ha verbalizado en público las dificultades para llevar a cabo el referéndum que otros consellers y dirigentes convergentes reconocen en privado. Baiget, además, había lamentado en la entrevista no formar parte del “núcleo duro” de decisiones del Govern.
También había reivindicado el 9-N, precisamente una fecha de la que huye el Govern de Puigdemont al buscar que el 1-O sea una votación vinculante y con resultados y no una mera movilización como fue el proceso participativo impulsado por Artur Mas. Sin pedir su dimisión en público, el vicepresident Oriol Junqueras había recordado a Baiget este lunes que la diferencia entre el 1-O y el 9-N “es enorme”.
Puigdemont ha echado del Govern a un compañero de partido del PDECat, pero también a un hombre de la vieja guardia de Convergència y cercano a Mas. De hecho Baiget, como secretario del Govern en el 2014, leyó el decreto de convocatoria del 9-N. El sustituto de Baiget será el primer conseller elegido por Puigdemont, ya que todos los miembros del Govern actual los decidieron Artur Mas y Oriol Junqueras en virtud del acuerdo por el que se formó Junts pel Sí.
La destitución fulminante de Baiget, comunicada a través de las redes sociales a última hora de la tarde de este lunes, también es un gesto de autoridad de Puigdemont sobre su partido, el PDECat. La coordinadora de los neoconvergentes, Marta Pascal, había salido este lunes a defender al ahora exconseller y había puesto la mano en el fuego por el “compromiso inequívoco y sin ninguna fisura” de Baiget con el 1-O.
Asimismo, Pascal había afeado a la CUP que se pusiera a “señalar” a consellers por el cese de Baiget que habían reclamado los anticapitalistas. Paradójicamente, el sustituto de Baiget, el conseller de Cultura, Santi Vila, también había criticado a los anticapitalistas horas antes de conocer su nombramiento por la destitución de Baiget. Vila había asegurado que lo que le haría abandonar al Govern “sería ver que estamos al dictado de la CUP”.
Es la primera petición de cese de un conseller hecha por la CUP que Puigdemont atiende. Los anticapitalistas habían reclamado sin éxito la destitución del conseller de Interior, Jordi Jané, por las detenciones que los Mossos d'Esquadra habían practicado contra, por ejemplo, la alcaldesa cupaire de Berga, Montse Venturós.
Tras meses de reproches entre PDECat y ERC, que se acusan mútuamente de no querer correr riesgos con el referéndum, la decisión de Puigdemont supone un último aviso para el resto de miembros de su Ejecutivo, en especial a los de su propio partido: a quien dude del 1-O se le agradecerán los servicios prestados, pero no tiene lugar en el Govern.