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Puigdemont lanza una campaña de confrontación con Illa pero con la promesa de negociar con Sánchez

Albert Batet y Josep Rius enseñan el cartel electoral de Puigdemont

Arturo Puente

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Puigdemont o Illa. Esta es la dicotomía que quiere plantear Junts durante la campaña de las elecciones del 12 de mayo. Un dilema entre dos opciones con el que tratará de minimizar los votos a cualquier otra formación independentista, la principal de ellas ERC, y confrontar directamente con el PSC, al que las encuestas señalan como ganador más probable.

Junts ha presentado este miércoles su material de campaña, con un cartel multimensaje que mantiene fija una primera parte, “Catalunya necesita”, y añade diferentes palabras, como “liderazgo”, “menos burocracia”, “soluciones” o “independencia”, entre otras. La formación centra el contenido en la gestión, a la vez que se deshace del azul verdoso y opta ahora por un tono azul marino más oscuro que recuerda a Convergència.

El líder de la formación en el Parlament, Albert Batet, ha explicado que la campaña de Junts girará en torno a lo que “Catalunya necesita”, pero ha dejado claro que saldrán a batir al socialista y ganar las elecciones. “Illa gobernará bajo la supeditación a los intereses del PSOE”, ha asegurado, tras considerar que Pere Aragonès ni siquiera está en la carrera.

Pese a que Junts sitúa al PSC como su gran rival, la formación de Carles Puigdemont huye de cualquier referencia a la independencia unilateral que le caracterizó hasta el verano pasado y ahora apuesta por seguir llegando a acuerdos en Madrid. De hecho, el objetivo de Puigdemont en la presidencia, ha dicho Batet, no es otro que poder “negociar con más fuerza”.

“Nuestra voluntad siempre ha sido negociar, pero negociar de verdad, como hemos hecho con toda la fuerza de los siete diputados de Junts [en el Congreso]”, ha explicado Batet. “Lo que nosotros queremos ahora es tener más fuerza para negociar de tú a tú, desde la presidencia de la Generalitat, con el Estado español”, ha zanjado.

Esta idea está alejada de otros mensajes que ha pronunciado el propio Puigdemont, que ha hablado de que vuelve a Catalunya para “acabar el trabajo iniciado” en 2017 y que ha insinuado la posibilidad de romper la alianza con Sánchez si el PSC no facilita una investidura de Junts. La formación envía por mensajes en varias direcciones para tratar de contentar a la vez a su electorado más independentista pero tratando de reenganchar con el votante tradicional de Convergència.

Respecto a Aragonès, la apuesta de Junts es desdeñar su capacidad para conseguir la reelección y tenderle la mano para un futuro Govern, siempre como socio pequeño. Una forma de iniciar ya la presión para que, tras las elecciones, los republicanos se vean en la misma dicotomía entre Illa y Puigdemont con la que Junts pretende marcar la campaña.

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