El nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha oficializado hoy su renuncia a la alcaldía de Girona, que ha sido aprobada por el pleno del consistorio en una sesión extraordinaria y urgente y en la que ha reivindicado el municipalismo como “la verdadera escuela de la política”. Ha asegurado que sus cuatro años y medio en la alcaldía han sido el aprendizaje que le han ayudado y que han sido determinantes para aceptar la presidencia de la Generalitat
“Confío en que en las bases fundacionales del nuevo país que estamos dispuestos a construir la huella del municipalismo será fuerte, reconocible e imprescindible para ejercer según qué responsabilidades”, ha expresado durante su discurso.
Unas 250 personas, entre ellas consejeros en funciones como Santi Vila, Irene Rigau y Meritxell Borràs, han acudido a la sede del ayuntamiento para apoyar a Puigdemont, que aseguró que su experiencia municipalista se apreciará en su mandato al frente de la Generalitat.
El nuevo presidente catalán ha dicho que la cordialidad que le han manifestado los representantes de los diferentes grupos municipales en su despedida es un ejemplo de que “no es verdad que, en este país, las diferencias políticas dividan”. Y lamentó no haber podido terminar su mandato.
Puigdemont ha asegurado que asumir la presidencia de la Generalitat no formaba parte de su escenario de futuro y que no estaba previsto “de ninguna manera ni bajo ninguna circunstancia”. “Me siento leal al presidente Mas y al proyecto político de un gran número creciente de catalanes”, ha dicho. “Cuando el presidente Mas toma la decisión dolorosa, difícil e injusta de dar un paso al lado, no podía rechazar la propuesta de sustituirlo”, ha confesado.