La cuestión de confianza a la que se someterá Carles Puigdemont ya tiene fecha: el 28 de septiembre, cuando se cumplirán un año y un día de las elecciones que llevaron a Junts pel Sí al Govern de la Generalitat. El presidente catalán ha defendido este miércoles en la sesión de control del Parlament que esta fecha es la apropiada para un debate “sereno desligado de otras consideraciones”.
En respuesta al diputado de Junts pel Sí Jordi Turull, Puigdemont ha expresado que de esta cuestión de confianza depende “culminar el proceso” independentista, unas palabras que sirven para pasar la presión a la CUP. Fue la negativa de los anticapitalistas a aprobar los presupuestos de 2016 lo que empujó a Puigdemont a anunciar una cuestión de confianza para calibrar su grado de apoyo al Ejecutivo.
Al poner esta fecha Puigdemont cierra la puerta a que la cuestión de confianza se pudiera celebrar antes del 11 de septiembre, tal como pidió Joan Tardà, para afrontar la Diada con “alegría y optimismo”. Ese mismo día la coordinadora general del PDC, Marta Pascal, ya desautorizó el líder de ERC y le pidió no “despistarse”.