Con gritos, expresiones de rabia, miedo o impotencia, o incluso cantando. Las cargas y entradas de la Policía Nacional en los colegios el pasado 1 de octubre de 2017 provocaron diversidad de reacciones entre los votantes, aunque todas ellas bajo la premisa de la resistencia pacífica. Así lo registraron las propias cámaras de los agentes, que ahora permiten ver las reacciones de los votantes durante su salida de varios centros tras requisar las urnas y papeletas.
La rabia es uno de los sentimientos que los votantes expresaron durante esa jornada, que cristalizó bajo la consigna “fuera las fuerzas de ocupación”, como se ve en este vídeo, captado en el instituto Jaume Balmes del Eixample barcelonés.
Junto a la rabia, otro de los gritos que se extendió aquel día expresa la incomprensión por lo que estaba pasando. “Solo queremos votar”, grita en tono desgarrado un hombre tras una carga de la Policía en el exterior del colegio Aiguamarina, en pleno centro de Nou Barris. De fondo, otra consigna icónica, el “no tengo miedo” que nació tras los atentados de la Rambla y se recicló en el referéndum.
Pero si algún grito hizo fortuna durante los meses previos al 1-O y también durante la propia jornada fue el “¡votaremos!”. Un cántico contundente y con el que los votantes se daban ánimos los unos a los otros, por ejemplo en esta escena del centro Projecte que quedó registrada en las cámaras policiales, en la que la gente avanza haciendo retroceder a la Policía.
La consigna extendida entre los diversos grupos que habían abierto colegios desde la noche anterior era la no-violencia. Por esta razón, las cámaras policiales captaron numerosas escenas de resistencia pacífica, por ejemplo en el colegio Ramon Llull, uno de los puntos en los que las cargas fueron más contundentes. Allí se gritó otra de las frases de la jornada, “somos gente de paz”, con la que se pretendía calmar a los agentes.
En el mismo sentido que en el Ramon Llull, en el Pau Romeva de Les Corts las reacciones también fueron para recordar la actuación pacífica. Tras un intenso “fuera, fuera”, la gente decide sentarse ante las furgonetas de la Policía y es en ese momento cuando cantan “no violencia”. De esa forma consiguen, al menos momentáneamente, contener la acción policial.