El malestar ha regresado a los centros de salud en Catalunya, si es que alguna vez se llegó a disipar. A las dificultades habituales de hospitales y Centros de Atención Primaria (CAP) para cubrir la carga de trabajo en verano, se le suman este año ajustes presupuestarios adicionales en grandes hospitales, como Vall d’Hebron o Clínic y la disminución de sustituciones en algunos centros de salud.
La falta de presupuestos para 2024, que ha obligado a prorrogar los de 2023, el fin de algunos refuerzos de la pandemia o la política de distribuir los recursos de los grandes centros hacia otros más pequeños están entre las razones de estos ajustes. Pero los sindicatos, que ya organizaron protestas antes del verano, consideran que se debe a una mala planificación del departamento de Salud y a un problema endémico de falta de personal.
Desde la Administración sanitaria, por su parte, defienden que el presupuesto para la sanidad catalana no ha dejado de crecer en los últimos años. El conseller de Salud en funciones, Manel Balcells, asegura que prevén cerrar 2024 con un gasto de 15.400 millones de euros, un 6% más que en 2023, y recuerda que el pasado ejercicio se alcanzó el III Acuerdo del Institut Català de la Salut (ICS) con los sindicatos que supuso una inyección de 320 millones.
Sin embargo, los representantes de los trabajadores les acusan de mala planificación. “No es que este año haya recortes, es que regresamos al escenario anterior al covid, cuando los presupuestos eran insuficientes y año tras año no se podían hacer las sustituciones y coberturas necesarias”, señala Xavier Lleonart, secretario general de Metges de Catalunya.
Ajustes en Vall d'Hebron y Clínic
El primer centro que dio a conocer la necesidad de ajustarse el cinturón fue el más grande de Catalunya, el Hospital Vall d’Hebron, con 11.000 profesionales y que atiende a casi un millón de pacientes al año. Su gerente explicó que debían reducir en 33 millones su gasto corriente, en parte dejando de prorrogar los contratos a unos 200 empleados eventuales correspondientes a la campaña de invierno.
“Se ha contratado a menos personal del que suele ser habitual para cubrir el verano, sobre todo de enfermería y técnicos sanitarios”, señalan fuentes sindicales del hospital. “Nos preocupa el día a día, porque ya vamos justos y puede ocurrir como en agosto pasado, que hubo un pequeño brote de covid, o hace dos años, que ocurrió lo mismo con uno de gastroenteritis”, añaden. “Si esto vuelve a ocurrir, se colapsará el hospital”, advierten.
Los planes de Vall d’Hebron para este verano contemplan un cierre de camas superior al de ejercicios anteriores, del 25% del total, así como una mayor reprogramación de operaciones no urgentes. Lo mismo ocurre en otros como el Hospital Clínic, también en Barcelona, o el Josep Trueta, de Girona.
El Clínic buscará el ajuste mediante el cierre en agosto –urgencias incluidas– de uno de los centros de su consorcio, el Hospital Plató. Y lo mismo hará el Hospital del Mar con el de l’Esperança. Los pacientes y la actividad se redistribuirán a los hospitales matriz.
“El personal del Hospital Plató que no haga vacaciones en agosto vendrá a trabajar al Clínic, a la casa madre, y así la gerencia se ahorra contratar a sustitutos y personal eventual”, señala Àlex Duque, de CCOO en el centro. Este sindicalista advierte que existe el riesgo de que aumenten las listas de espera.
No obstante, fuentes de Salud aseguran que la atención sanitaria no se verá lastrada y defienden que el presupuesto para hospitales como Vall d’Hebron o Clínic ha aumentado en 10 y 26 millones respectivamente. “Disponemos de más dinero que nunca y se ha hecho más actividad que nunca”, defendió Balcells a principios de verano.
Desde la Generalitat argumentan que la disminución de los recursos disponibles en verano ya se vio compensada por una actividad quirúrgica y una reducción de listas de espera superior a la habitual durante el primer semestre. Al mismo tiempo achacan la contención presupuestaria a la necesidad de repartir mejor el personal disponible.
“Estamos trabajando por la equidad territorial, y eso significa que los grandes hospitales deben permitir que los de tamaño medio o pequeño también tengan personal”, justifican fuentes de Salud. Pero a ello responden los sanitarios que en Vall d’Hebron y en el Clínic, por ejemplo, tienen que hacer frente a la misma carga de trabajo.
“El problema es estructural”
“En realidad, el problema no es el verano, porque casi siempre pasa lo mismo. El problema es estructural, porque no se invierte lo suficiente para las necesidades de la población”, denuncia Ignacio Montoya, del sindicato de enfermería SATSE. El portavoz reconoce mejoras recientes, como el acuerdo laboral con el ICS, pero advierte: “El dinero no lo es todo. Los trabajadores no tienen calidad de vida, se ven obligados a doblar turnos y están cada vez más expuestos a agresiones por el descontento creciente de la población”.
En el otro ámbito sanitario por excelencia, Atención Primaria, los ánimos están igual de caldeados, aunque en función del centro. Salud mandó una circular a algunos de sus equipos directivos para informarles de que no podían contar con refuerzos de sustitución para los meses de verano. Al no haber personal disponible, por falta de profesionales, estas bajas se cubrían con turnos extra de los propios sanitarios, lo que se conoce como autocoberturas, pero es eso lo que la Administración instó a recortar por falta de presupuestos de 2024.
“Estamos tan acostumbrados a la precariedad que ya no nos sorprende”, arranca Lleonart. Recuerda el secretario general de Metges de Catalunya que en general los médicos cubren las vacaciones con horas extra. “Entre guardias y quirófanos de tarde algunos acaban haciendo un 150% de jornada”, afirma. “No tenemos personal ni para salir a la calle a protestar”, se lamenta Montoya, de SATSE, que augura movilizaciones en otoño si no cambia el panorama.
Igual que en la atención hospitalaria, Salud también niega que vaya a notarse esa reducción de sustituciones en algunos centros. Sin detallar cuáles son, fuentes del departamento añaden que en conjunto la plantilla de profesionales aumentará este verano en 253 efectivos, destinados sobre todo a aquellas regiones con mayor presión turística.