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El religioso que violó a Alejandro Palomas recibe la primera denuncia por unos abusos que no han prescrito

La impunidad del hermano de La Salle Jesús Linares puede haber llegado a su fin. Una exalumna del centro que la institución religiosa tiene en Premià de Mar (Barcelona) ha denunciado al religioso por abusos sexuales cometidos entre los años 2007 y 2008. Ello permitiría, según fuentes jurídicas, bordear el muro de la prescripción del delito que ha salvado a Linares de ser procesado por las agresiones sexuales que cometió con varios alumnos de La Salle, entre ellos al escritor Alejandro Palomas.

En una investigación conjunta de elDiario.es y El Periódico de Catalunya, S. relató que, mientras cursaba parvulario, entre los años 2007 y 2008, el religioso le introdujo caramelos dentro de los pantalones. “Sé que me metió las chuches por ahí, pero no sé qué estaba pasando ni qué me dijo”, explicó la joven, a quien su madre instó a no volverse a acercar a Linares. Cuatro meses después de romper el silencio, S., que ahora es mayor de edad, ha denunciado los hechos ante los Mossos d'Esquadra, ha confirmado la policía catalana.

La Salle Premià es un escenario principal de los abusos cometidos por Linares. Allí empezaron tocamientos y violaciones a decenas de alumnos que siguieron a lo largo de casi cuatro décadas. El escritor Alejandro Palomas explicó públicamente los abusos a los que lo sometió Linares entre 1975 y 1977. Su familia lo denunció a la dirección de la época, pero esta ni siquiera apartó al profesor. La Justicia archivó en febrero el caso al estar prescritos los delitos.

La respuesta de la Salle a las denuncias de las familias fue trasladar al religioso de colegio en colegio. En cada centro Linares volvía a cometer nuevos abusos. Después de Premià, vino La Salle Montcada. Tras conocer el caso de Palomas, exalumnas de La Salle Montcada añadieron sus testimonios durante la década de los 80 y 90. Entre ellos, destacan las voces de cuatro adolescentes que entre 1987 y 1996 fueron sometidas a acoso, manipulación psicológica y tocamientos por parte de Linares. Una de ellas incluso lo denunció junto a su padre a la dirección del momento, en 1996. Pero la respuesta del centro fue cambiar de clase a la niña.

En 2003, tras una etapa de 18 años en una escuela de la institución en la localidad de Montcada, tal como deja constancia él mismo en el libro del centenario, Linares volvió a Premià como director de la Comunidad –el grupo de religiosos que residen en el centro– y se ocupó de nuevo de la enfermería. Tenía entonces algo más de 70 años y siguió abusando de alumnas. Hoy el religioso tiene más de 90 años y vive en una residencia de La Salle en Cambrils (Tarragona).

Hasta cuándo permaneció Linares en La Salle Premià antes de jubilarse en Cambrils no está del todo claro. En el libro del centenario sí aparece que fue homenajeado por su 50 aniversario al servicio de la institución, una “inolvidable fiesta” con amigos y hermanos que al parecer se celebró en 2010. En 2013, además, tocó la Lotería en el club de fútbol de la escuela, del que él era el gran valedor, y apareció en la prensa como el religioso que había repartido la suerte en Premià de Mar.

Premià, única investigación abierta a Linares

La Fiscalía de Mataró es la única que mantiene abiertas diligencias por los abusos de Linares, en su caso cometidos en el centro de Premià. El resto de investigaciones ya se han cerrado porque los delitos contra la libertad sexual de los menores cometidos por Linares han prescrito, lo que impide actuar contra el religioso.

Ello no implica que el Ministerio Público no haya escuchado a las víctimas. Tras entrevistarse con cuatro jóvenes abusados por Linares en Montcada durante los 80 y los 90 del siglo pasado, la Fiscalía de Sabadell, competente para lo ocurridos en esta ciudad del Vallès, concluyó que los hechos “serían constitutivos de cuatro delitos de abusos sexuales a menores de edad [...] de haberse perpetrado bajo la regulación actual”. Pero como tuvieron lugar entre 1987 y 1996, quedaron prescritos.

El pasado mes de febrero, la Fiscalía informó que mantenía abiertas 68 investigaciones por abusos en instituciones religiosas en toda España. La estadística incluye no solo los ocurridos en el seno de la Iglesia católica sino también, por ejemplo, en colegios religiosos o en el seno de otras congregaciones.

Las únicas comunidades autónomas donde no se detectaron investigaciones en marcha fueron Asturias, Cantabria, Navarra, La Rioja y Extremadura. La que más registró, con 14 casos, fue la Fiscalía de Catalunya. Madrid detectó ocho; Galicia, siete y Andalucía, seis. Se trató de la primera cuantificación oficial que se hace en nuestro país desde el ámbito judicial ya que ni el Registro de Penados ni los compendios del Ministerio Público recogen, hasta ahora, una estadística que diferencie entre los casos generales de abusos a menores y los que son cometidos por religiosos o en instituciones religiosas.

En paralelo a las pesquisas judiciales, el Defensor del Pueblo ha iniciado su propia investigación de los casos de pederastia en la Iglesia. El órgano encargado de realizar estas pesquisas contará con expertos en Derecho y en atención a las víctimas, psicoterapeutas, fiscales y también estará presente el coordinador del proyecto de la Archidiócesis de Madrid para asistir a los denunciantes de abusos. A pesar de que también fueron invitados a participar, los obispos se han desmarcado de la actuación del Defensor del Pueblo y han optado por llevar a cabo una auditoría particular liderada por el despacho de abogados Cremades & Calvo Sotelo, presidido por Javier Cremades, miembro del Opus Dei.

Si tienes información sobre casos de abusos y quieres facilitarla de forma segura puedes escribirnos a pistas@eldiario.es