Rentabilidades astronómicas por invertir en cannabis: el turbio negocio de JuicyFields
Los dos Lamborghini se hacían notar en los aledaños de la feria del cannabis de Barcelona celebrada el pasado marzo. Uno blanco, otro dorado, ambos tenían grabado el mismo lema en inglés: “Fomenta el futuro”.
Los vehículos formaban parte de la agresiva campaña en redes sociales y eventos cannábicos que está llevando a cabo por todo Europa JuicyFields, una empresa que promete rentabilidades astronómicas por invertir supuestamente en plantaciones legales de cannabis repartidas por el mundo. La semana pasada abrió su nueva oficina en Valencia.
La compañía no cuenta con la debida autorización para operar en España de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el regulador financiero holandés ha alertado a esta redacción de que es una “posible estafa”. La compañía también ha anunciado en más de una ocasión acuerdos comerciales con grandes empresas del cannabis que resultaron ser falsos.
Radicada en Países Bajos y con oficinas en siete ciudades, JuicyFields se presenta como una “plataforma de cultivo colectivo”. Según el proyecto, el dinero de cada inversor se destina a cultivar marihuana en recintos que cuentan con autorización legal. Al cabo de 108 días se cosecha la planta, se vende y se devuelve la inversión inicial con unos intereses que oscilan entre el 33 y el 66%, lo que supone como mínimo más de un 130% anual.
“Son rentabilidades absolutamente desmesuradas”, señala Luís Garvía, economista, abogado y director del máster de riesgos financieros de ICADE, que recuerda que una de las primeras “banderas rojas” que deberían hacer sospechar sobre un producto de inversión es el hecho de que te ofrezca rentabilidades tan altas garantizadas. “He conocido esquemas piramidales que ofrecían menos intereses”, añade.
En un par de clics y sin ni siquiera solicitar un solo documento de identidad (basta con facilitar un correo electrónico), la plataforma permite invertir hasta 180.000 euros que se pueden abonar mediante transferencia bancaria o criptomonedas. Solo hay que elegir el número de plantas que se quieren financiar y enseguida llega una orden de pago. “Sin complicaciones, sin papeleo, completamente legal”, señala la empresa, que asegura que la inversión está garantizada “en un 99%”. El destino del dinero es un banco en el paraíso fiscal de Chipre.
“La elección de un banco en Chipre fue una decisión de la empresa”, responde al respecto Zvevda Lauric, directora de comunicaciones de JuicyFields. “No tiene nada que ver con que sea un paraíso fiscal”
La promesa de enriquecerse rápidamente está atrayendo a miles de personas a la compañía. Aseguran que tienen 300.000 usuarios registrados, aunque no precisan si todos ellos han invertido dinero. El grupo de Telegram en el que están los inversores de habla hispana crece rápidamente y cuenta con más de 23.000 personas. En el grupo en inglés hay más de 25.000 inversores que comentan a diario el estado de su inversión y preguntan dudas al resto de participantes.
La actividad en estos grupos es frenética, con más de 1.500 mensajes diarios. Algunos comentarios, sin embargo, no están bien vistos. Los mensajes de usuarios que cuestionan la legitimidad del proyecto o que sugieren prácticas ilícitas son rápidamente eliminados por los administradores, que trabajan a sueldo de JuicyFields. Los autores de estos mensajes suelen ser expulsados del grupo o bien se les retira la posibilidad de seguir comentando.
“Solo se borran mensajes si ha habido algún insulto”, aseguran desde la empresa, a pesar de que este periódico ha podido comprobar cómo se borran sistemáticamente mensajes críticos que no contienen ningún insulto.
Advertencias de los reguladores
Son varios los reguladores financieros europeos que han advertido de la poca fiabilidad de JuicyFields. En España la CNMV ha incluido a la compañía en su listado de advertencias de entidades que no cuentan con la debida autorización y recomienda no invertir en proyectos de este tipo. “Si ya han enviado dinero, pónganlo en conocimiento de las Fuerzas y Seguridad del Estado”, señalan fuentes oficiales del organismo al ser preguntadas por esta empresa. “Las [entidades] no autorizadas no solo no pueden prometer rentabilidades, es que no pueden ofrecer productos financieros”, remachan.
El hecho de que la empresa no cuente con la autorización de los reguladores financieros significa que los inversores están totalmente desamparados. “Los inversores están asumiendo un riesgo altísimo”, señala el economista y abogado Garvía. “No tienen ningún tipo de protección legal si la empresa desaparece”.
La empresa está actualmente registrada en Países Bajos, pero ahí tampoco cuenta con la debida autorización para operar, según confirma a este periódico la AFM, el regulador financiero holandés. “Es probablemente una estafa”, señala a elDiario.es Yolanda Bieckmann, portavoz de la AFM, que alerta de que JuicyFields tampoco está dada de alta en la Cámara de Comercio de Países Bajos.
“Operamos con la licencia que tenemos que operar”, apunta la portavoz de la compañía al ser preguntada por la falta de licencia para ofrecer productos de inversión. “Si quieres saber un poco más te invito a que entres a la página”, responde cuando se le pregunta cuál es la licencia concreta con la que operan.
La empresa también reivindicaba, como prueba de fiabilidad, que estaba registrada en Alemania. Recientemente ha cambiado su sede social a Países Bajos después de que el regulador del mercado financiero alemán alertara el pasado febrero de que la compañía no había presentado la documentación necesaria para operar legalmente.
Desde JuicyFields explican que el cambio de sede se trata de un tema de “estrategia” y no tiene nada que ver con las advertencias del regulador alemán. “En Ámsterdam hemos visto otras maneras de hacer negocio y hemos podido desarrollar algo muy interesante”, apuntan. “No tiene nada que ver con esto que dices”.
Falsos acuerdos comerciales
La supuesta credibilidad de JuicyFields se ha construido sobre una serie de falsedades que le dan un halo de respetabilidad frente a determinados inversores. La empresa se jacta de tener acuerdos con empresas autorizadas del sector del cannabis a las que o bien financian los cultivos o bien les venden la marihuana cosechada. Algunos de estos acuerdos resultaron ser falsos, según ha podido comprobar elDiario.es.
En 2020, la empresa aseguraba que tenía acuerdos de colaboración con Canopy Growth y Aurora, los dos principales gigantes mundiales de la industria del cannabis. Ambas compañías cotizan en Bolsa y están valoradas en cientos de millones de euros. Las dos empresas han asegurado a elDiario.es que en ningún momento han tenido ningún acuerdo con JuicyFields, que retiró las referencias a estas empresas de su web.
“No tengo entendido esto que me mencionas”, responde la portavoz de la empresa. “No he visto ningún anuncio al respecto y no puedo hablar de algo que no he visto”. Al mostrarle las evidencias, ya no respondió más.
Entre los principales reclamos en la documentación que ofrecían a sus inversores era que su CEO, Alan Glanse, había sido reconocido por la revista Forbes. Las únicas referencias a Glanse en Forbes son dos publireportajes pagados y una breve mención en otro artículo, en el que se asegura que se hizo rico al comprar un centenar de bitcoins en 2012.
Otro elemento que genera recelos entre los expertos consultados es la ausencia de un sistema de identificación de los inversores tal y como obliga la ley de prevención del blanqueo de capitales. Es lo que en argot financiero se conoce como protocolo KYC (Know Your Customer) y obliga a identificar debidamente a cada inversor. JuicyFields se jacta en sus redes sociales de que ellos no tienen ningún protocolo KYC para atraer a nuevos clientes.
“Los protocolos elegidos son los más óptimos”, responden en JuicyFields al ser preguntados por una presunta vulneración de la ley de prevención del blanqueo de capitales. “Creemos que tenemos todo lo necesario y los procedimientos adecuados para la plataforma”.
Los números que ofrece la empresa también son inauditos. Para justificar su alta rentabilidad, la compañía asegura que obtiene el gramo de marihuana a apenas 20 céntimos de dólar, una cantidad irrisoria comparada con el precio que logran las multinacionales del sector, que oscila entre los 80 céntimos y los 2,8 dólares.
Varias fuentes del sector del cannabis aseguran que veinte céntimos por gramo es un precio “difícil de creer” incluso en el mercado negro, donde no se contrata a los empleados ni se cumplen los requisitos sanitarios y de seguridad necesarios para disponer de una licencia.
“No divulgamos públicamente cómo se alcanzan estas cifras porque involucra estrategias comerciales”, responden desde JuicyFields a la pregunta de por qué obtienen un precio tan barato cuando en principio tienen los mismos requisitos de licencias y seguridad que sus competidores.
La empresa también asegura que dispone de 80.000 metros cuadrados de plantaciones de cannabis y cosecha 100 toneladas de marihuana. Los cultivos que muestran a los inversores, sin embargo, son mucho más pequeños y sin los avances técnicos que presentan las principales empresas del sector.
Pagos a youtubers y ostentación
Los Lamborghini en la puerta de la feria del cannabis de Barcelona han sido uno más de los elementos que la empresa ha utilizado para presentar una imagen de riqueza y prosperidad que despierte el interés de posibles inversores. En algunos vídeos corporativos han llegado a mostrar helicópteros con el logo de la compañía.
Durante los días que duró el evento en la capital catalana, JuicyFields celebró dos eventos privados para centenares de personas con robots, camareros, azafatas disfrazadas y todo incluido en el lujoso Hotel Arts, de cinco estrellas y situado frente a la playa de Barcelona. Días antes ofrecieron otro evento en el restaurante Gatsby, en la calle Tuset de la zona alta de la ciudad. “La sensación era que querían demostrar que se están haciendo muy ricos”, señala una persona que estuvo en uno de los dos eventos privados.
La otra vía para captar nuevos clientes -según ellos, cada día entran una media de 500 nuevos inversores en la plataforma- ha sido mediante una extensa campaña a través de canales de Youtube sobre inversiones financieras. Este periódico ha podido comprobar cómo decenas de youtubers e influencers ofrecen información benévola y positiva sobre JuicyFields a cambio de una comisión por cada nuevo cliente que aportan a la empresa.
“Lo que mantiene el proyecto vivo es la entrada constante de nuevos inversores y que los clientes más antiguos están reinvirtiendo sus ganancias”, explica un experto en productos financieros, que pide el anonimato para analizar la situación. “Me consta que los inversores están recuperando su dinero y obteniendo ganancias”, remacha este analista. “Pero estas cosas funcionan durante un tiempo hasta que un día estallan”, pronostica.
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