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Salvador Illa ata los apoyos de ERC y Comuns y despeja el camino para convertirse en president

Salvador Illa acompañado de dirigentes del PSC, en una ejecutiva

Arturo Puente

2 de agosto de 2024 22:51 h

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La decisión de las bases de ERC no ha sido fácil y el apoyo al acuerdo ha salido con un margen mucho más estrecho del que a la dirección le hubiera gustado: 53% contra 44%. Pero, finalmente, Salvador Illa ha atado los apoyos suficientes de los 20 diputados independentistas, que puede sumar a los 6 de los Comuns, para someterse a una sesión de investidura que le convierta en el próximo president de la Generalitat.

El camino está despejado, pero no exento aún de posibles accidentes. El más temido en este momento es la decisión que debe tomar la organización juvenil de ERC, Jovent Republicá, que ya han anunciado que este lunes resolverán sobre el voto de su diputada en el Parlament.

Aunque en ERC ni siquiera contemplan la posibilidad de que sus juventudes puedan optar por una decisión que vaya contra la opinión del conjunto de la militancia, lo cierto es que el voto de la diputada Mar Besses podría tener la clave de la investidura de Illa: su rechazo al acuerdo entre republicanos y socialistas, e incluso una abstención, frustraría la elección del líder del PSC.

“Tenemos el máximo respeto por el debate interno del Jovernt Republicà, pero confío en que haya acuerdo”, despachó Marta Rovira el viernes. Pero, pese a la cautela hasta que la organización juvenil decida, ni en ERC ni en el PSC creen que este contratiempo sea probable una vez pasado el examen de la militancia republicana, e incluso algunas voces en ERC lo comparan con un “tamayazo”.

Más allá de ese posible último contratiempo, este viernes ha habido suspiros de alivio a la vez en la sede de los republicanos y en la de los socialistas. Ambos han evitado, por la mínima, una situación que abocaba a Catalunya a una incierta repetición electoral y que dejaba tocada la posición de ambos, ERC por las malas perspectivas y, el PSC, porque afrontaba una campaña en la que debía defender el acuerdo alcanzado.

Todo eso se ha evitado en una consulta interna de ERC con una alta participación y en la que el sí se ha impuesto por la mínima. “Es un sí vigilante”, ha resumido Marta Rovira, que ha remarcado que la dirección lee la división de la militancia como una muestra de la dificultad del momento y la distancia política con el PSC.

Illa formará un Govern en minoría

Salvador Illa tiene ahora por delante la responsabilidad de someterse a una investidura y, si nada se tuerce, ser investido como el primer president no independentista tras el procés. El socialista llegará al Palau de la Generalitat con la fuerza de quien sabe que no tiene una mayoría alternativa en el Parlament, pero también de quien comienza su andadura con un Govern en minoría y obligado a defender un acuerdo muy ambicioso con ERC.

Los socialistas catalanes eran conscientes de que el acuerdo para investir a Salvador Illa no cosecharía precisamente halagos fuera de Catalunya. Siempre es complicado para el PSOE defender tocar la financiación autonómica en favor de Catalunya, como lo había sido hasta ahora hablar de cualquier cosa que sonase a extender el concierto económico a comunidades diferentes a Euskadi y Navarra.

Pero en el PSC también entendían que, por un lado, debían suscribir un acuerdo que convenciese sin dudas a la militancia de ERC porque ninguno de sus ejecutivos, ni en Madrid ni en Barcelona, puede sostenerse con una aritmética que los deje fuera. Y, por el otro, también creen que las conquistas del PSOE o del PSC son momentos idóneos para dar pasos hacia la descentralización del Estado.

Fue así como se llegó a un documento que ha dado mucho que hablar, tanto entre socialistas como entre sus detractores, y que también ha generado muchas dudas sobre su cumplimiento en las bases de ERC. Sin embargo, tanto el PSOE como el PSC han optado por defenderlo, aunque han mantenido silencio bajo el pretexto de respetar la deliberación de los republicanos. Este sábado finalmente Illa se pronunciará por primera vez y hará explícita su interpretación sobre lo acordado.

Investidura rápida pero pendiente de Puigdemont

Tanto socialistas como republicanos tienen interés en no demorar la investidura de Illa y, en la medida de lo posible, desean fijarla en los próximos días. Pero ambos miran de reojo hacia Carles Puigdemont, que ha prometido volver a Catalunya para el debate que elegirá al próximo president. Una situación que, de ocurrir, podría suponer la detención del expresident, a quien el Supremo rechazó amnistiar.

Los republicanos aseguran que la espada de Damocles tendida por el líder de Junts de ninguna manera les hará cambiar el sentido de su voto. Pero sí podría hacer que todos, incluido el propio Illa, tratasen de buscar unas fechas idóneas para la investidura y para solapar lo menos posible la detención de Puigdemont con la entrada del socialista al Palau de la Generalitat.

El PSC está dispuesto a ser generoso en el calendario, como reiteran que lo han sido con el acuerdo firmado. Un gesto hacia una dirección de ERC que se ha quemado a lo bonzo para pilotar la nave hacia la orilla que, consideran, es el mal menor. El partido no ha naufragado, pero casi, y pocas fotografías son más explícitas de una formación partida en dos que ese 53% contra 44% que ha arrojado la consulta sobre Illa.

Ahora Marta Rovira, Pere Aragonès y el resto de la dirección esperan que ERC salga del foco público durante unos meses, tiempo necesario para celebrar un congreso, a finales de noviembre, y que las bases elijan una nueva dirección. En él, competirá Oriol Junqueras, que ha optado por borrarse, al menos en público, de la decisión de investir a Illa. Pero lo más probable es que también surjan liderazgos alternativos. Y todos ellos llegarán con una estrategia nueva sobre cómo relacionarse con el Govern en minoría del PSC.

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