El PSC y el propio Salvador Illa han defendido en muchas ocasiones la necesidad de “corregir la anomalía” de que los catalanes tengan un Estatut diferente del que votaron en 2006. Pero, a tenor de la conferencia pronunciada por Illa este jueves, ese momento de reformar la norma básica del autogobierno catalán aún no ha llegado.
El candidato socialista a las elecciones del 12M y al que la mayoría de encuestas pronostican una victoria propone desplegar las posibilidades que ofrece el actual Estatut. Un margen que considera que lleva una década sin exprimirse pero que, en sus manos, incluso le permitirá realizar una “transformación” equiparable a la recuperación de la Generalitat en 1978, poniendo en el centro la mejora de los servicios públicos.
El líder de los socialistas catalanes ha querido tomarse un tiempo antes de meterse de lleno en la campaña para explicar su visión sobre el momento político, tanto global como catalán. “Pertenecemos a Europa, a la Unión Europea y a la OTAN. Suerte que pertenecemos a un espacio suficientemente grande para hacerse valer”, ha asegurado Illa, en un acto bajo el lema de “Unir i servir”.
En una coyuntura que ha descrito como “un punto de inflexión de la historia”, el socialista ha indagado en el papel que debe jugar Catalunya, que no puede permanecer “quieta ni parada” sino ocupar posiciones de liderazgo.
Illa ha pronunciado su discurso en las Atarazanas Reales de Barcelona acompañado por la plana mayor de su partido y con un aire claramente presidencialista. Tanto que ha formulado sus promesas electorales más en futuro que en condicional. La principal de todas ellas, relanzar los servicios públicos catalanes, sobre todo en el ámbito de la sanidad, la educación y la seguridad. Para ello, ha prometido que creará la figura de un comisionado para hacer una auditoria de cómo se encuentran esos servicios.
En la misma línea, el líder del PSC considera que es prioritario que Catalunya se enfoque en impulsar los recursos, centrándose en el agua y en la energía. Sobre lo primero, en el contexto de la sequía histórica que vive Catalunya, Illa ha asegurado que el Govern se ha demostrado poco preparado para afrontarla y ha prometido un gran decreto ómnibus tan pronto como se instale en el Palau. Sobre la política energética, el candidato cree que la situación de las renovables es la misma que hace 10 años, algo que debe revertirse con urgencia.
Todo ello dentro de una agenda mucho más extensa de despliegue de la actual autonomía de la que disfruta la Generalitat, esto es, sin superar los topes impuestos por el Constitucional en el año 2010. Illa ha puesto como ejemplo que hay 14 ámbitos de competencia exclusiva catalana, que incluye la posibilidad de una ley electoral propia o las normas de caza. Además, ha indicado, hay una cincuentena de competencias que se negocian en este momento con el Gobierno central.
Con estos argumentos Illa ha descartado, sin citarlo, cualquier nueva intentona por repensar el encaje catalán en el Estado. “Nos hemos centrado demasiado en lo que nos separa, es hora de centrarnos en lo que nos une”, ha asegurado Illa, que además ha apuntado a que nada de lo que han hecho los partidos independentistas en ámbitos como el de la financiación.
Precisamente sobre la cuestión de las finanzas catalanas, y dado que el programa del líder del PSC es exprimir las competencias actuales, Illa ha recordado que Catalunya tiene la competencia para establecer un consorcio tributario con el Estado, que incluso le permitiría recaudar buena parte de los impuestos. “¿Por qué no se ha intentado? ¿Por que es difícil?”, se ha preguntado Illa.
En el marco de la financiación autonómica, el socialista ha hecho suyos algunos de los argumentos del actual Govern, cuando ha calificado de anomalía que Catalunya pierda hasta 11 puestos en la ordinalidad entre lo que aporta y lo que recibe. Por eso Illa se compromete a buscar un nuevo pacto de financiación, eso sí, no bilateral como propone Pere Aragonès sino junto a todas las comunidades.
“Hace falta hacer planteamientos viables para no generar frustración”, ha lanzado en dirección a la propuesta de la llamada “financiación singular” que abandera el president. Un campo, el de los planteamientos viables, en el que Illa se siente especialmente fuerte para hacer aterrizar en la realidad una Catalunya frustrada tras una década de procés irresuelto.