“La concordia es también un valor económico y la discordia partidista o territorial, un lastre para la economía”. Con esta idea se ha presentado este viernes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante el empresariado catalán del Cercle d'Economia. El jefe del Ejecutivo acudía a Barcelona tras dos días en los que el Congreso, organizaciones empresariales y sindicales y hasta la Conferencia Episcopal catalana ha mostrado su apoyo a la llamada “agenda del reencuentro” con Catalunya, que pasa por la aprobación de los indultos a los presos independentistas en las próximas semanas. En su discurso ante los empresarios Sánchez no ha hablado de las medidas de gracia pero sí de la concordia, el reencuentro y el diálogo, un plan para el pedido el compromiso de toda la sociedad.
“Debemos emprender una agenda de reencuentro, volver al sitio en el que dejamos de escucharnos, porque hay muchas cosas que compartimos. En esos espacios debemos encontrar el acuerdo”, ha defendido Sánchez, que ha añadido que eso “no lo puede hacer solo un gobierno ni dos gobiernos” sino que es “una tarea de todas las sociedades”. “Por eso agradezco el paso del Cercle”, ha subrayado el presidente en relación a la defensa de los indultos y la negociación política que en los últimos días ha hecho la organización presidida por Javier Faus.
Faus, de hecho, había vuelto a reafirmar el beneplácito de los empresarios los indultos este mismo viernes, durante la presentación del presidente del Gobierno. Pero el presidente del Cercle ha ido más allá de las medidas de gracia y ha reclamado ante Sánchez una agenda de reformas territoriales que pase por “un reparto del poder en sentido federal, que responda de una forma inteligente al problema del centro-periferia”.
En un foro eminéntemente económico, Sánchez ha vinculado su iniciativa de apaciguamiento respecto al independentismo con la necesidad de generar un entorno idóneo para la recuperación. “Catalunya necesita sin demora el acuerdo y el pacto porque hablar de economia es hablar de futuro”, ha dicho, tras indicar que “la discordia política y territorial, el cuanto peor mejor, la polarización y el frentismo no llevan a ningún sitio” y supone un freno para el avance económico. Por eso el presidente ha apuntado que “necesitamos estabilidad y unidad política para que todo esto [el plan de recuperación] se materialice con la potencia que desea y necesita la sociedad española y catalana”.
Más allá de la candente cuestión de los indultos y el diálogo con la Generalitat, Sánchez llegaba al foro anual de los empresarios catalanes en la misma semana que la Comisión Europea ha dado el visto bueno al plan de recuperación, transformación y resiliencia del Gobierno, el primero que obtiene el aprobado de entre los países europeos. Con este éxito, Sánchez ha exhibido ante los agentes económicos unas expectativas brillantes para el crecimiento. “Desde la prudencia, les traslado: esta vez los optimistas van a acertar o se van a quedar cortos. España va a superar todas las previsiones”, ha proclamado Sánchez como introducción de su intervención.
En ese empeño de trasladar buenas noticias tras más de un año de pandemia, el presidente ha aprovechado su intervención en Barcelona para anunciar el fin de las mascarillas en el exterior a partir del 26 de junio. “Este será el último fin de semana con mascarilla en los espacios al aire libre”, ha proclamado Sánchez, que ha anunciado un Consejo de Ministros extraordinario para el próximo jueves para aprobar formalmente esa decisión.
Con el documento ya aprobado y apoyándose en las palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, con la que este miércoles se reunió en Madrid, el presidente ha desgranado algunos de los puntos del plan de recuperación y sus efectos previstos en la economía española. “Va a contribuir a reducir las vulnerabilidades de la economía española”, ha destacado, subrayando que se trata de “un plan de país, no de un gobierno”. Se trata además de un programa que, según ha considerado, “tiene muy en cuenta la cohesión, social y territorial”. “Tenemos que hacer que ningún ciudadano quede atrás pero también tenemos que evitar que ningún territorio se quede atrás”, ha apuntalado.
El inicio del despliegue del plan, junto a la buena marcha de la economía en los últimos meses, permiten que Sánchez mantenga la previsión de un crecimiento del del 6,5% para este año y de un 7% para el próximo. Unas cifras que ha asegurado que ya se están viendo en la creación de empleo. Esperamos acabar el mes de junio con 189.000 afiliados más en términos desestacionalizados“, ha dicho, después de destacar que solo quedan 446.000 trabajadores afectados por un ERTE, un tercio de ellos con el empleo suspendido solo parcialmente.
Ante los socios del Cercle d'Economia, Sánchez ha elogiado también el “talento empresarial”. “¿Alguien duda que España y Catalunya tiene esta capacidad de emprendimiento? Sabemos inventar, sabemos competir y sabemos conquistar mercados”, ha dicho, por lo que ha dado esta materia por descontada. En cambio, el presidente sí ha mostrado su preocupación por que España genere en los próximos años unos puestos de trabajo cualificados que el mercado laboral no pueda abastecer.
Por ello, el jefe del Gobierno ha recalcado la importancia de la Formación Profesional, recientemente reformada. “Queremos que muchísimos más jóvenes se incorporen a la Formación Profesional, que queremos que sea moderna, digna y que permita la prosperidad económica”. “Tenemos la ambición de acreditar las competencias profesionales de 3 millones de compatriotas en los próximo años”, ha prometido.
Con estas buenas previsiones, Sánchez ha tratado de insuflar confianza empresarial a los socios del foro económico catalán. “Hace dos años cuando intervine en el último Cercle d'Economia en Sitges dije que había llegado la ahora de dejar de adaptarse al mundo que se nos ofrece y comenzar a crearlo. Hoy quiero reafirmar esa idea. España y Catalunya será lo que nosotros queramos que sean. Tenemos todos los atributos para conseguir todas las metas que nos propongamos”, les ha trasladado.