El Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha una cadena de producción propia de mascarillas con el objetivo de ser menos dependientes de los mercados exteriores y para aprovechar el tejido económico de la ciudad. La red abastecerá de mascarillas textiles a personal de servicios esenciales no sanitarios. Estas mascarillas se suman al material que la capital catalana está recibiendo estos días procedente del extranjero.
Las mascarillas se han hecho con diferentes tejidos específicos y homologados, que en la mayoría de los casos, se pueden reutilizar una vez lavadas. Gracias a esta iniciativa compartida se confeccionarán 300.000 mascarillas. Participan 200 puntos de costura (particulares y talleres de confección), lavanderías y empresas industriales y de transporte.
El proyecto de las mascarillas ha movilizado una red de personas anónimas y entidades solidarias toda Barcelona y del área metropolitana que, con una máquina de coser propia o en pequeños talleres, han dedicado su tiempo a hacer las mascarillas siguiendo el protocolo asignado y un tutorial que ilustraba cómo hacerlas.
El Ayuntamiento de Barcelona ha aportado parte del material y los costes de producción, por un valor de 400.000 euros, que ha permitido mantener el empleo y la actividad económica. Hasta ahora, el Ayuntamiento ha adquirido 17.500 metros de tejido para la producción de las mascarillas a tres empresas proveedoras que han colaborado con la aportación del tejido.
Tras confeccionar el material, las lavanderías participan con el lavado de las mascarillas, que se realiza a una temperatura de más de 60 grados. Una vez usadas, algunas de estas mascarillas se pueden reutilizar volviéndolas a lavar a esta temperatura hasta 30 o 100 lavados.