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Catalunya dará libertad a las escuelas para diseñar el contenido del 20% de las clases

Pau Rodríguez

1 de febrero de 2022 10:19 h

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La reforma del currículo avanza en España y, tras la aprobación del decreto estatal que fija unos mínimos, cada comunidad autónoma está desplegando su propia organización de asignaturas y horarios. En Catalunya, la Generalitat ha repartido un borrador entre los directores para que lo valoren y, entre sus medidas más destacadas, está el hecho de que reserva hasta un 20% del tiempo escolar para que las escuelas e institutos decidan autónomamente a qué dedicarlo.

Esta parte del horario, junto a las clásicas materias de Matemáticas o Conocimiento del Medio Natural y Social, recibe el nombre de Horas de Gestión Autónoma. En la etapa de Primaria, ocupará 1.050 horas de las 5.250 disponibles. Por comparación, es el doble que las horas destinadas a Lengua Catalana o Lengua Castellana (525). En Secundaria, sin embargo, este margen se reduce y pasa a ser de 525 horas sobre las 3.150 que hay de 1º a 3º de la ESO, lo que supone el 16,6%. En 4º, el porcentaje vuelve a ser del 20%. 

El borrador distribuido por la Generalitat, que responde al nombre de Decreto de ordenación de las enseñanzas de educación básica, y que está todavía sujeto a cambios, no aclara cómo los centros deben distribuir este tiempo escolar. Son unas horas que las escuelas pueden destinar a reforzar determinadas materias en las que su alumnado vaya atrasado, o por ejemplo dedicarlas a proyectos educativos interdisciplinares, es decir, que integren distintas materias. De hecho, ni siquiera se especifica que estas horas se deben llevar a cabo todas las semanas, con lo que se abre la puerta a que algunos centros las agrupen para hacerlas todas seguidas. Es algo que ya hacen algunas escuelas que trabajan por proyectos. 

Los centros “pueden organizar proyectos globalizadores de carácter transversal haciendo uso de las horas de gestión autónoma”, precisa el texto. “Las medidas organizativas, metodológicas y curriculares que adopten deben personalizar el aprendizaje y basarse en el diseño universal para el aprendizaje”, prosigue el borrador. En este sentido, de hacerlo así, también se especifica que los centros deben tenerlo en cuenta en su evaluación. “Estos [los proyectos] constarán como un área o materia independiente y se deberá definir las competencias específicas y los criterios de evaluación correspondientes”, recoge.

Este porcentaje es un avance más en la llamada autonomía de centros, un principio educativo que recoge la Ley de Educación de Catalunya (LEC) desde 2009 y también la nueva ley educativa estatal, la LOMLOE. De hecho, en el despliegue curricular a nivel estatal ya se tenía en cuenta. Los decretos para las distintas etapas permiten a las comunidades autónomas completar el 50% del currículum y, dentro de este porcentaje, ya se contempla que se dé margen a cada escuela

El decreto que propone la Generalitat para todas las etapas supone también seguir la línea de las enseñanzas competenciales, un modelo pedagógico que se viene impulsando desde hace casi un lustro. Como curiosidad, se cambia también la terminología de las calificaciones. Si hace años se dejaron atrás los números del 1 al 10 en Secundaria, ahora se tratará de “Logro excelente”, “Logro notable”, “Logro Satisfactorio” y “En proceso de logro”. Este último sustituye a lo que ahora era el “no logrado”. Es decir, el suspenso. 

Qué pasa con modelo lingüístico

Más allá del reparto horario de materias, todas las miradas están puestas estos días en el modelo lingüístico, puesto que coincide la redacción y distribución de este borrador con los días decisivos en que la Generalitat debe decidir cómo aplica la sentencia del 25% de castellano en todos sus centros. El Departamento de Educación, que insiste en que preservará el modelo de inmersión lingüística, ha explicado en más de una ocasión que trabaja en una nueva norma que le proporcione cobertura legal, pero no aclara si será con este decreto de currículos. 

En este sentido, el borrador no recoge el 25% de clases en castellano. De hecho, recalca que la lengua vehicular de las enseñanzas es el catalán, pero sí describe el sistema educativo como plurilingüe y abre la puerta a que los centros flexibilicen su modelo en función de su realidad territorial (algo que, de facto, ya hacen muchos). “Los criterios para la organización de la enseñanza y el aprendizaje de las lenguas y para su tratamiento y uso se determinarán, en el marco de la autonomía de centros, teniendo en cuenta la composición lingüística del alumnado y la realidad sociolingüística del entorno de cada centro”, señala el borrador, que recuerda que el objetivo es el pleno dominio de las lenguas catalana y castellana. 

Aquí podría entrar en juego también las horas de gestión autónoma, ese 20% del tiempo escolar que, si el centro lo cree necesario, se podría impartir en castellano como lengua vehicular. Son opciones que permitirían a Educación tratar de convencer a la Justicia de que esta es su forma de aplicar la sentencia, dado que ya no existe en la práctica una organización horaria rígida en la que se puedan establecer porcentajes como el del 25%.