El Colegio de Periodistas de Catalunya y el Consejo de la Información recomiendan no usar el acrónimo 'mena'
El Colegio de Periodistas de Catalunya y el Consejo de la Información (CIC) de esta misma comunidad han pedido a los medios que utilizan el término 'mena' para designar a los menores extranjeros no acompañados que dejen de hacerlo y busquen otras expresiones que definan “con más sentido” la realidad de los niños y adolescentes que han llegado aquí sin familia.
Como órgano de autorregulación de la profesión, el CIC hace esta recomendación para evitar el uso de unas siglas que “la ultraderecha ha convertido en un término xenófobo, que deshumaniza a los chicos y chicas de este colectivo, los asocia a una supuesta delincuencia y los convierte en el blanco del discurso de odio”.
“El periodismo siempre hace suyos los neologismos que sintetizan un concepto. Fijan la idea y, sobre todo, ayudan a describir con brevedad nociones que requieren de varias palabras. Esto es especialmente importante en los titulares de la prensa escrita y por eso los medios han usado el acrónimo 'mena' desde que la inmigración entró en la agenda informativa”, señalan ambos entes en un comunicado.
Tanto el Colegio de Periodistas como el CIC consideran que utilizar el concepto 'mena' despersonaliza la realidad de unos menores en una situación de máxima vulnerabilidad y lo vinculan al hecho de que la ultraderecha ha conseguido otorgar al término la connotación de delincuencia y de falsos privilegios. Vox no se refiere nunca a menores no acompañados sino que de manera despectiva siempre utiliza la palabra 'mena'.
Los menores migrantes no acompañados son el objetivo de la mayor parte de los discursos de odio en las redes sociales, con contenidos que les deshumanizan y les presentan como una amenaza para la sociedad.
El informe Anual de Monitorización del Discurso de Odio en Redes Sociales que presentó hace unas semanas la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, señala que el 45,5% del discurso del que son objeto les vincula directamente con la inseguridad ciudadana. Se usa además hacia ellos un lenguaje agresivo (en el 65,09% de los contenidos en los que se les menciona) que pasa por alto que se trata de niños y niñas sin la tutela de sus progenitores o familiares y en una situación de extrema vulnerabilidad.
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