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El fentanilo ni está ni se le espera en España: por qué los expertos descartan una crisis de este opiáceo en nuestro país

Pol Pareja

Barcelona —

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La única crisis de fentanilo que ha habido en España ha sido mediática. Solo en 2023 se publicaron en nuestro país más de 1.000 noticias con el nombre de este opiáceo en el titular —muchas de ellas con tono apocalíptico— e incluso la Fundéu nominó el término como posible vocablo de 2023. Ningún dato, sin embargo, indica que en España pueda haber una crisis de salud pública relacionada con este potente analgésico. 

Así lo asegura un detallado informe financiado por el Ministerio de Sanidad presentado este miércoles. Los resultados del estudio, dirigido por el doctor en psicología social David Pere Martínez-Oró, descartan que en España se pueda vivir una situación similar a la de EEUU e incluso reprocha a los medios de comunicación la alarma informativa sobre la sustancia.

“Del fentanilo se ha hablado demasiado sin que represente una amenaza real”, esgrime una de las conclusiones. “España mantiene unos estrictos controles en la dispensación de fármacos opioides y los desvíos hacia los mercados ilegales son, por ahora, anecdóticos”.

El fentanilo ni está ni se le espera en España, concluye el informe, que cita diversos motivos para descartar la alarma acerca de una droga que solo en 2021 generó más de 70.000 muertes por sobredosis en EEUU. El estudio incluso apunta a que la sustancia va en retroceso en Europa en detrimento de otros opiáceos sintéticos.

Los principales motivos que esgrime el informe son cuatro: la persistencia de la oferta de heroína procedente de Afganistán, el retroceso de los fentanilos y la irrupción de otras alternativas, la casi nula demanda de opioides sintéticos en nuestro país y el factor de protección que supone la robusta red española de atención a las adicciones.

El fentanilo no está sustituyendo a la heroína

El estudio asegura que, a diferencia de lo que puede haber ocurrido en EEUU, la heroína “tradicional” procedente de Afganistán continuará abasteciendo el mercado europeo y las bandas organizadas que la introducen disponen de suficientes reservas de opio. 

La reducción del 95% de los cultivos de opio en Afganistán que se anunció tras el retorno de los talibanes al poder se está revirtiendo, asegura el texto, y los campesinos afganos han vuelto a cultivar la adormidera con la que producen opio durante esta temporada. 

Por esto el autor descarta que se lleve a cabo una sustitución de la heroína por este opioide sintético entre los consumidores españoles. “La reconversión del negocio de la heroína hacia opioides sintéticos es una quimera mientras dispongan de heroína con la que traficar”, afirma el texto.

“El objetivo era evaluar si habría una sustitución de una sustancia por la otra y si estábamos en la antesala de una crisis de salud pública”, explica Martínez-Oró, autor del informe, en conversación telefónica. “Es algo que vemos muy improbable”.

Cada vez se detecta menos fentanilo

El segundo motivo que esgrime el informe es el retroceso del fentanilo en los principales mercados mundiales, consecuencia de la fiscalización internacional y de la prohibición en China, a partir de mayo de 2019, de la sustancia y de sus principales precursores. 

“El desplazamiento de toda la producción a industrias ilegales ha provocado que los escasos fentanilos y precursores que produce China se empleen para abastecer los mercados norteamericanos”, apunta el informe. 

El estudio alerta, sin embargo, de otros opiáceos sintéticos que podrían sustituir al fentanilo y suponer una amenaza mayor. Los reportes a las autoridades de presencia de fentanilo van a la baja pero suben otros como el nitazeno, cuyos precursores son de uso habitual en economías lícitas y por tanto es a día de hoy más fácil de producir.

“Las detecciones de nitazenos en Europa han sido una constante desde junio de 2023, especialmente en las islas británicas, Países Bajos, las repúblicas bálticas y algunos países de Europa oriental”, explica el texto, que sin embargo considera que en España el espacio para opioides sintéticos “es mínimo” mientras el mercado esté abastecido de heroína afgana.

El documento pone como ejemplo el caso de Estonia, donde hace 30 años que circula el fentanilo, con graves consecuencias para la salud pública, y otros opioides sintéticos como el mencionado nitazeno. “Sirve para evidenciar que el fentanilo circula hace décadas por Europa sin haber impactado en los mercados españoles”, afirma.

El autor del estudio, en conversación con elDiario.es, alerta sin embargo del aumento de la presencia de otros opioides sintéticos alternativos. “El fentanilo es una sustancia de los más de 400 opioides sintéticos que existen”, avisa. “Lo hemos tenido mucho en la cabeza, pero hay que estar atentos a otros productos similares”.

Martínez-Oró avisa de que, más que el fentanilo, la sustancia a la que hay que seguir de cerca durante los próximos años es la metanfetamina. “Conecta con los distintos fenómenos a nivel mundial”, señala. “Emerge mucho en África, en Asia central y oriental, en EEUU y también en el cono sur y en Europa aumenta el consumo”.

Ausencia de sobredosis y red asistencial fuerte

Otros de los elementos que se destacan para rechazar la presencia de fentanilo en nuestro país es el número de sobredosis por opiáceos, que se mantiene estable en España desde hace años. “Es un indicador clave para afirmar que las calles españolas están libres de fentanilo y otros opioides sintéticos”, reza el texto. 

El perfil de los consumidores de opioides —60.000 en España, 50.000 de ellos en situación de extrema marginalidad— también podría influir en evitar la crisis. La mayoría de ellos son policonsumidores, explica el estudio. “Si se producen alteraciones de la heroína, las personas podrían emplear otras drogas y rechazar los consumos de heroína”.

El informe también considera que, en caso de que llegara este analgésico al mercado español, la “excelente red española de atención a las adicciones” puede ofrecer respuestas “eficaces, efectivas y de calidad” a los retos que puede suponer la llegada de estas sustancias.

“La mayoría de las personas adictas mantienen contacto con la red asistencial”, prosigue el texto, “que está atenta a las innovaciones de los mercados de drogas y a las necesidades emergentes de las personas usuarias”. En EEUU, por ejemplo, los toxicómanos apenas tienen contacto con redes de este tipo.

Tres hipótesis de la llegada del fentanilo

Para acabar, el documento plantea tres hipótesis de cómo el fentanilo podría llegar a España. La primera es la de personas que demandan heroína y se les vende adulterada con fentanilo o directamente una sustancia con opioides sintéticos. “Este escenario es remoto porque los mercados de heroína están desconectados de los mercados de opioides sintéticos”, sostiene el autor. 

El segundo escenario es el de la compra de estimulantes (cocaína, éxtasis, metanfetamina…) que sin saberlo están adulterados con opioides sintéticos. Esta hipótesis es “muy improbable” porque en estos mercados tiene más valor el fentanilo proporcionalmente que la cocaína. 

El tercer escenario, que se define como el más probable, es el de personas consumidoras que demandan explícitamente fentanilo y compran a algún traficante una sustancia cuya composición es desconocida, aunque en mayor o menor porcentaje contiene algún opioide sintético. 

El documento apunta respecto a este escenario a los medios de comunicación. “La tormenta mediática ha provocado que algunas personas quieran consumir esa droga tan potente de la que tanto se habla”, apunta. “Algún pequeño traficante puede pensar que es sensato empezar a vender fentanilo porque piensa que las personas consumidoras lo demandan”.

El estudio concluye que estos pequeños camellos, sin embargo, solo pueden conseguir el fentanilo en la dark web o mediante desvíos de fármacos. “Descartamos, por el momento, que el crimen organizado proporcione opiáceos sintéticos a los mercados españoles de drogas ilegales”.