El Sónar asume que no podrá celebrar la edición de este año

No habrá Sónar en junio de 2020. El festival más prestigioso de música electrónica del país ha asumido que no podrá celebrar la edición de este año, prevista para el 18, 19 y 20 de junio en Barcelona mientras espera –al igual que el resto de eventos de este tipo del país– a que el Gobierno tome una decisión sobre el futuro inmediato de los festivales que permita a la organización reducir los altos costes de la cancelación.

A pesar de que todavía no se ha anunciado oficialmente, el certamen ya ha comunicado a algunos de los artistas del cartel que el evento de junio no se celebrará. Fuentes del departamento de producción del festival también confirman a eldiario.es la decisión, que se hará oficial durante los próximos días. El festival ha explorado con el Ayuntamiento de Barcelona la posibilidad de celebrar un evento sustitutorio en septiembre, con un formato más pequeño, pero esa opción también genera dudas y es vista como una posibilidad con poco recorrido.

Faltan menos de dos meses para el festival –que el año pasado reunió a más de 100.000 personas– pero el Sónar sigue posponiendo la cancelación para intentar minimizar los costes de una decisión que afecta a cientos de contratos: desde los artistas del cartel (a los que en muchos casos se les ha avanzado hasta el 50% de su caché) hasta proveedores, patrocinadores, montadores y demás personal implicado.

Si el Gobierno prohibiera la celebración de festivales o dijera en qué términos se podrán celebrar, la factura de la cancelación bajaría sustancialmente. Por eso el Sónar, junto al resto de festivales del país, presiona al Gobierno para saber urgentemente de qué manera y hasta cuándo estarán prohibidas las aglomeraciones antes de anunciar nada.

Tal y como sucedió en las reuniones entre la organización del Mobile World Congress (MWC) y la administración para cancelar el congreso del pasado febrero, la palabra “fuerza mayor” vuelve a ser una de las más repetidas, ahora entre los responsables de los festivales musicales.

“No es lo mismo cancelar por decisión propia que por una prohibición del Gobierno”, explica una persona que participa en las reuniones con el Ministerio de Cultura y el de Consumo, en las que también se discute sobre qué hay que hacer con las entradas que ya se han vendido y cómo deberían devolverse.

Ayuntamientos como el de Madrid ya han cancelado todas las fiestas populares hasta octubre, pero los festivales todavía no han recibido ninguna directriz clara del Ejecutivo sobre qué se podrá hacer y qué no durante los próximos meses en las ciudades que suelen albergar estos eventos.

“Toca tomar medidas de una vez”, señala Patricia Gabeira, portavoz de la asociación de festivales de música FMA, que este fin de semana emitirá un comunicado pidiendo medidas al Ejecutivo. “No podemos empezar a cancelar unilateralmente los festivales porque a lo mejor nos estamos cargando de golpe el sector en todo el país”, prosigue. “Si aún no está habiendo cancelaciones es por un ejercicio de responsabilidad empresarial”.

Contactados por eldiario.es, desde el Sónar se han remitido a un comunicado del 16 de marzo y han explicado que durante los próximos días habrá un nuevo anuncio del festival. Desde la Fira de Barcelona, el espacio donde se celebra el evento, tampoco han querido hacer declaraciones y se remiten a lo que informe próximamente la dirección del certamen.

En Barcelona, de momento solo ha cancelado el CaixaBank Polo Festival -–previsto del 22 de mayo al 7 de junio, 13.139 asistentes en 2019– pero hay dos eventos destacados que todavía esperan a tomar la decisión: el Primavera Sound –200.000 asistentes el año pasado– y el Cruïlla, que cerró la última edición con 77.000 entradas vendidas.

En el Ayuntamiento de la capital catalana explican que la decisión corresponde a las autoridades sanitarias y que también están a la espera de lo que diga el Gobierno central. En la concejalía de Cultura no precisan si se van a poder celebrar estos eventos y se limitan a responder que el Ayuntamiento está haciendo un “acompañamiento” a los promotores “facilitandoles un calendario viable para su ejecución, atendiendo siempre al formato final que dicte la autoridad sanitaria”.

El Primavera Sound ya anunció que se celebraría a finales de agosto, aunque esta posibilidad todavía está en entredicho tanto por la posible prohibición de las aglomeraciones en ese momento como por la dificultad para viajar de público y artistas. El Cruïlla, agendado para el 2,3 y 4 de julio, está en una situación parecida a la del Sónar y espera novedades de la administración antes de anunciar cualquier decisión.