Uno de los últimos conflictos sociales más intensos de Barcelona ha sido el que suscitó el derribo de Can Vies, en mayo de 2014. Casi un año después, hoy se estrena en Can Batlló (19:30) el documental Temps de CanVi(e)s, una crónica de los hechos que sacudieron la ciudad durante unos días tensos y confusos. Cargas policiales, política y modelos alternativos de construcción comunitaria se mezclaron en un cóctel en el que los estigmas afloraron generado bandos y prejuicios.
Ahora, una iniciativa de cinco autores –cuatro alumnos y un profesor— de la asociación y escuela de comunicación DateCuenta quiere poner luz a los hechos con un documental que llega cuando todavía persiste la resaca del impacto provocado por Ciutat Morta. “Nos queremos preguntar qué se entiende por violencia y qué modelos de ciudad pueden convivir en Barcelona”, explica Mar Valldeoriola, una de las autoras del proyecto, estrechamente vinculada a los movimientos vecinales del Poble Sec y el Paral·lel.
La crónica sobre los hechos y las grandes manifestaciones que tuvieron lugar durante una semana posterior al desalojo del centro autogestionado de Sants, son el pretexto para una reflexión amplia y plural sobre la autogestión, entendida no sólo como una forma de organización vecinal, sino también como una “escuela de vida” para muchas personas, cuenta Valldeoriola. El documental incluye entrevistas a personas cercanas a Can Vies; como Ferran Aguiló, David Fernández o Elba Mansilla; pero también representantes vecinales contrarios, y miembros del Ayuntamiento, como el concejal de Sants-Montjuïc, Jordi Martí.
La cinta, de 50 minutos, se adentra en la historia de Can Vies, con 17 años a sus espaldas, y en su “fructífera relación” con el barrio de Sants. Tras la emisión, se abrirá un debate entre público y los autores de la obra, que está previsto que recorra el territorio en las próximas semanas. De momento, hay previstos pases en el Casal Popular Independensita del Pla de l’Estany (28 de marzo); en el Ateneo Popular Esplugues (10 de abril); a la Asociación Cultural Baix Montseny (26 de abril); en el Ateneo La Base del barrio del Poble Sec (21 de mayo) y en el Ateneo Armonía (23 de mayo).
La pantalla rebelde
La pantalla rebeldeDe este modo, ‘Temps de CanVi(e)s’ se suma a un puñado de documentales que han hecho aflorar la Barcelona silenciada en los últimos años. El relato institucional de una ciudad abierta y amable ha colisionado con la Barcelona oscura de unos vecinos que luchan por no ser desahuciados, en Siete días con la PAH de Barcelona; que abandonan sus barrios debido a la gentrificación, en Bye Bye Barcelona; o la ciudad donde la impunidad policial, judicial y política se imponen por la fuerza, como Ciutat Morta.
Ha sido precisamente el impacto de esta última obra, dirigida por Xavier Artigas y Xapo Ortega, la que ha levantado las faldas de la Barcelona de postal dejando a la intemperie sus vergüenzas. “El documental nos permite llegar al espectador desde espacios de percepción más sensoriales que no racionales”, reflexiona Artigas, que contrapone la rigidez de los datos del periodismo con las virtudes del lenguaje audiovisual, con un pie en el mundo del arte. En la misma dirección se manifiesta Eduardo Chibás, director Bye Bye Barcelona, un retrato desgarrador de los riesgos de la masificación turística. “Los documentales son especialmente útiles para mostrar las caras ocultas de las cosas, despertar conciencias y abrir debates”.
Las dos cintas, de la misma manera que Temps de CanVi(e)s —pero también MACBA, la derecha, la izquierda, y los ricos; Barcelona era una fiesta; o Morir de día— los autores parten de un vacío informativo y coinciden en señalar a los medios convencionales como responsables de haber dado la espalda al servicio ciudadano. “Nosotros creemos en el periodismo de investigación y sorprende como los medios de contrainformación, de barrio o alternativos, nos fueron mucho más útiles que los medios tradicionales”, explica Artigas, que cita los ejemplos de La Directa, Masala o La Burxa.
En la misma línea se expresa el profesor de DateCuenta, uno de los autores de ‘Temps de CanVi(e)s’, Pablo Rogero, que pone sobre la mesa la relación con las instituciones. “Hemos hecho un pequeño documental con vocación de hacerse grande, y lo hemos hechos con cariño, esfuerzo y pasión para suplir la escasez de medios o soportes institucionales, que ni hemos buscado ni queremos”, explica antes de concluir: “Lo que será lo decidimos nosotros y el público hasta donde debe llegar”.
¿Versión oficial, versión real?
¿Versión oficial, versión real?En el caso de Ciutat Morta, la versión policial terminó por convertirse en la oficial. “El caso 4-F aparecía únicamente en las páginas de Sucesos, una sección en la que los periodistas dependen de la policía para obtener informaciones, lo que genera una afinidad entre ellos y sus informadores que les lleva a asumir como cierto todo lo que les lleg”, explica Artigas. Una falta de contraste que, tal y como describe el autor, “denota una gran mediocridad del periodismo de este país”.
Chibás insiste en la distancia que hay entre el relato triunfalista institucional y el popular. “Hasta hace poco, todo lo que se decía en torno al turismo en Barcelona era positivo y los medios sólo hablaban de las cuantiosas sumas que dejan en la ciudad”. Y es que sólo hay que recordar lemas como Barcelona, ponte guapa; Barcelona, la mejor tienda del mundo; o Barcelona, inspira –y los millones de euros que han supuesto— para entender hasta qué punto Barcelona ha compartido su identidad con la de una marca.
Con referentes como Welcome and Goodbye, sobre Berlín y Síndrome de Venecia, el director comenzó a trabajar con los testimonios de personas vinculadas a las asociaciones de vecinos, “fundamentales” para la obra. Chibás deja claro que no se trata de un relato contra la industria del turismo, ni mucho menos en contra de sus visitantes; sino “de un grito alarma” que muestra cómo el ciudadano va perdiendo cada vez más espacios públicos en beneficio del consumo rápido de Barcelona, el cuarto destino del mundo más decepcionante por su masificación.
Activismo e internet: nuevo paradigma
Activismo e internet: nuevo paradigmaCada vez es más habitual que las asambleas de barrio o plataformas ciudadanas incorporen recursos audiovisuales como material de sensibilización y de lucha. Un componente que tiene mucho que ver con la preparación multidisciplinaria de las nuevas generaciones de activistas que nutren el movimiento vecinal. Es fácil encontrar vasos comunicantes entre algunas de las últimas obras y este caldo de cultivo que representa el activismo 2.0, al tiempo que hay que poner en valor la aportación de cineastas autogestionarios que han ido más allá de los estereotipos urbanos.
La escuela libre DateCuenta, festivales de cine independiente como La Alternativa o los discípulos de “la autoproclamada escuela de documental de Barcelona” -en palabras de Artigas-, en alusión al máster de documental de creación de la Universidad Pompeu Fabra, son el vivero de una generación que trabaja con pocos recursos y al margen de la industria. Y con una complicidad absoluta con Internet y las redes sociales, el nuevo paradigma, según pronostican. “Los medios de comunicación tradicional, como los periódicos en papel o la televisión en parrilla cerrada, están en decadencia”, sentencia Artigas.
Una generación joven que tiene memoria y, por lo tanto, referentes. Y es que la mirada crítica del documental hacia la ciudad está al alza, pero no es nueva. Cineastas como Joaquim Jordà, Mercedes Álvarez o José Luis Guerín han servido de inspiración a una nueva hornada de creadores y periodistas que han hecho una lectura mordaz de los conflictos abiertos actualmente en Barcelona. Una ciudad con “mil perfumes, mil colores y mil caras”, como diría Serrat, pero no todas con la misma proyección. Quizás ahora la balanza empieza a estar más equilibrada que nunca.