Los problemas crecen para Driss Oukabir. Un testigo protegido ha situado a Driss Oukabir, el segundo acusado del juicio a quien la Fiscalía pide más pena, en el chalé de Alcanar (Tarragona) donde la célula de Ripoll (Girona) fabricaba explosivos, al contrario de lo que mantiene el joven, que alega que estaba en Marruecos durante los días previos a los ataques.
Hasta este miércoles el papel de Oukabir en la célula terrorista era más bien etéreo. Varios testigos, entre ellos su exnovia, habían respaldado la tesis defensiva de que Oukabir no tuvo relación alguna con el imán ni con los jóvenes de la célula, a la que sí pertenecía su hermano menor, abatido en Cambrils. El retrato que hicieron estos testigos de Oukabir fue el de un joven sin interés por el Islam y mucho más interesado en consumir drogas y alcohol, en línea con lo que declaró el acusado al inicio del juicio.
El tribunal presidido por el magistrado Félix Alfonso Guevara ha advertido en numerosas ocasiones a las partes que para emitir sentencia se centrará solo en los hechos y no en el modo de vida de Oukabir. Son dos los hechos que sostienen la petición de 36 años de cárcel de la Fiscalía contra el joven. Según la acusación, prestó una de las furgonetas de los ataques a Younes Abouyaaqoub, el terrorista de la Rambla, y Youssef Aalla, fallecido en la explosión del chalé –la versión de Oukabir y de dos testigos de Ripoll es que los chavales le dijeron que era para una mudanza. En segundo lugar, su presencia en los días previos de los ataques en el chalé de Alcanar –Oukabir lo niega y dice que por aquellas fechas estaba en Marruecos.
Un vecino de la urbanización en la que estaba el chalé de Alcanar donde los terroristas preparaban el explosivo conocido como 'la madre de Satán' ha contradicho la versión de Oukabir y ha relatado que lo vio llegar a la casa “cada día” entre julio y principios de agosto de 2017. Driss Oukabir, según el testigo, conducía un Audi A3 negro con matrícula francesa, y “no hacía nada en particular”. “Llegaba y se cerraba en la casa. Las noches dormía en la terraza de la casa”, ha recordado el testigo.
El testigo tenía desde su casa una vista privilegiada del chalé, que voló por los aires el 16 de agosto, segando la vida del imán Es Satty e hiriendo a otro de los acusados en el juicio, Mohamed Houli, lo que a la postre precipitó los atropellos de la Rambla y Cambrils. Ha recordado que Oukabir iba “a menudo” acompañado de otra persona, y que lo veía dormir en la terraza cuando él se marchaba a la playa a primera hora de la mañana. Precisamente era Driss la única persona del grupo que no evitaba el contacto con los vecinos, pues el resto, según ha dicho, “no hablaba con nadie”.
Además del Audi A3 que conducía Oukabir, el testigo ha explicado que frente al chalé aparcaban una motocicleta, un Peugeot 306 y una camioneta alquilada. De la furgoneta el testigo ha rememorado que vio a varios chicos descargar productos, pero que los ocupantes de la casa la aparcaban de una manera que hacía imposible ver qué transportaban.
La defensa de Oukabir ha intentado desacreditar al testigo con un examen sobre el aspecto del chalé de Alcanar que no ha gustado al tribunal. Así, el abogado de Oukabir ha cuestionado al testigo acerca de cómo era la valla del chalé, si era metálica, qué altura tenía, para después contraponerlos con una fotografía de la casa. El juez Guevara ha reprendido a la defensa por “examinar” al vecino: “Poner trampas a ver si el testigo cae en ellas es impertinente, sugestivo y capcioso”.
El resto de testigos de la sesión de este miércoles poco han aportado al esclarecimiento de los hechos. La mayoría eran turistas o trabajadores de la urbanización de Alcanar. Una visitante francesa ha relatado que la noche en que explotó el chalé vio una furgoneta blanca salir de la casa “dos o tres minutos después” de la deflagración, sin más concreciones, mientras que otros testigos han recordado haber viso en Alcanar a otros miembros de la célula que fueron abatidos por los Mossos.