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Trabajadores penitenciarios catalanes retoman los bloqueos y vuelven a confinar en sus celdas a 4.000 presos

Protesta este lunes en Quatre Camins

Oriol Solé Altimira

Barcelona —

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La tregua ha durado solo 24 horas. Trabajadores penitenciarios han retomado este lunes desde primera hora de la mañana las protestas con barricadas que bloquean los accesos a los centros penitenciarios catalanas e impiden los cambios de turno previstos.

Los internos son, igual que el pasado viernes, los que más sufren el pulso de los empleados penitenciarios contra el Govern: según fuentes penitenciarias, en siete de los nueve centros penitenciarios catalanes, la falta de personal ha impedido abrir las celdas, lo que deja a unos 4.000 internos confinados en sus celdas e impide que salgan a trabajar o realicen las actividades previstas en prisión. En los otros tres centros (Quatre Camins, Brians 2, la prisión mas grande de Catalunya, y Joves) sí se han podido abrir las celdas pero permanecen sin actividad.

“Ni tan siquiera en pandemia se produjeron situaciones tan graves”, ha alertado la consellera de Justicia, Gemma Ubasart, que ha pedido a los representantes sindicales que abandonen el “bloqueo permanente” y se sienten a negociar con el Govern. Los sindicatos han rechazado acudir a la reunión con el Govern a primera de la mañana y han vuelto a ser citados para las 14.00h. “Es necesario y urgente reconducir la situación”, ha agregado.

Los centros penitenciarios catalanes habían recuperado este domingo la normalidad después de dos días de protestas de los funcionarios de prisiones, que habían tensionado la convivencia en el interior de los centros al confinar, en varias cárceles, a los internos por falta de personal para desarrollar la normal actividad en prisión. El sábado, además, en los centros de Quatre Camins, Joves y Wad-Ras, los funcionarios impidieron las visitas de los familiares a los internos. 

El conflicto se abrió el pasado miércoles, después del asesinato de una cocinera en la prisión de Mas d'Enric, en El Catllar (Tarragona), a manos de un preso que posteriormente se suicidó. El viernes los funcionarios bloquearon los accesos a las cárceles y dejaron en sus celdas a 5.000 internos, una situación que el Govern dijo que no podía repetirse pero que se ha repetido este lunes.

Sin embargo, las protestas se llevan a cabo formalmente sin una huelga convocada. Es más, los representantes sindicales se han negado a acudir a la reunión a la que a primera mañana de este lunes les había convocado el Govern para desescalar el conflicto y han amenazado con que solo se sentarán a negociar si antes dimite toda la cúpula del departamento de Justicia: la consellera de Justicia, Gemma Ubasart, y el responsable de las prisiones catalanas, Amand Calderó.

Los funcionarios también han hecho caso omiso de la carta conjunta que un nutrido grupo de exresponsables de prisiones catalanas de todos los partidos (desde el exconseller Josep Maria Vallès al exdirector general Albert Batlle) han publicado en el diario ARA en la que les solicitan no complicar más la vida en prisión. “Sería hacer pasos atrás si, aprovechando una desgracia, se entrara en derivas regresivas y modelos fracasados”, alerta la misiva.

El Govern sí se ha reunido (y ha logrado cerrar varios acuerdos) con responsables sindicales de los Centros de Iniciativas para la Reinserción (CIRE), la empresa pública en la que trabajaba la cocinera asesinada. Entre las medidas pactadas, propuestos por los compañeros de la cocinera asesinada y que se aplicarán “forma inmediata”, según fuentes de Justicia, figura incrementar el personal funcionario destinado a la vigilancia de servicios básicos de las cárceles, como las cocinas.

También se reforzarán los sistemas de emergencia mediante dispositivos de comunicación y pulsadores de alerta en el personal, además de incrementar el número de trabajadores en cocinas.

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