Entre los años 2007 y 2013 en España cayeron notablemente las rentas del trabajo, tanto asalariado como autónomo, y también lo hicieron los ingresos de las administraciones públicas, mientras que crecieron con fuerza las ganancias empresariales. En otras palabras, la crisis lo ha sido para trabajadores, autónomos y para los sectores públicos, mientras que los empresarios han obtenido más parte del pastel de la economia de la que tenían antes de la depresión. Un informe de CCOO pone cifras y razonamientos que razonan la afirmación.
Durante los años analizados, 2007 a 2013, la renta percibida por los asalariados ha caído en 30.852 millones de euros, o lo que es igual ha bajado un 5,9%. «Esta es una caída más intensa que la experimentada por el conjunto de la economía» explica Alfons Labrador, director de estudios de CCOO de Catalunya, que junto con el secretario general, Joan Carles Gallego, ha presentado el trabajo. Si se mira el peso que estos ingresos tienen en el pastel general, pasan del 49,6% que representaban en 2007 a un 47,2% en 2013.
La caída de la remuneración de los trabajadores es fruto de la disminución de las percepciones netas y de las cotizaciones sociales. Esto se ha producido por la devaluación salarial fruto de la reforma laboral. En este sentido se destaca que la productividad ha crecido por encima de lo que lo han hecho los salarios. A este efecto se debe sumar la disminución neta de renta resultado directo de la caída del empleo.
En tercer lugar está la evolución de lo que el informe menciona como rentas mixtas del trabajo autónomo, que han sufrido también durante la crisis un ajuste de 24.900 millones de euros, lo que supone un descenso del 18,6% en los seis años estudiados. En cuanto a las rentas salariales de este ámbito, el descenso se debe, especialmente en la reducción del número de personas que percibe renta de esta dedicación.
Por su parte, las rentas del sector público, un dinero que posteriormente revierte en forma de servicios y bienes públicos, se han reducido también de forma acusada en los años analizados. Concretamente, han perdido 19.940 millones de euros, lo que representa un retroceso del 15,4%. Hay que tener, además, en cuenta, que la tributación directa, no se contabiliza como renta del sector público, ha tenido un descenso más intenso, 32.875 millones de euros, con un retroceso del 23%. En un contexto de ajuste del déficit público, el publico ha visualizado la citada evolución a través de los recortes del gasto.
Pero en esta crisis no todo han sido pérdidas de renta y recortes. También ha habido quien ha ganado. Y mucho. Las rentas del capital han mejorado. Concretamente han ingresado un 23,6% más. Dicho en cifras 62.934 millones de euros más. Esto significa que el peso de los ingresos ha experimentado en la distribución global de la renta que pasa del 25,3% al 31,7%.
En resumen, bajan los ingresos de los trabajadores asalariados y trabajadores autónomos. También bajan los ingresos públicos. Y al mismo tiempo, como si fueran vasos comunicantes, suben las rentas del capital. Labrador explica que la mayor parte de los ingresos de las rentas del capital se han destinado al desendeudamiento de las empresas y que otra parte se ha distribuido como retribución a los accionistas. También aumentan las rentas destinadas a viviendas principales de la propiedad.
Comparación con la eurozona
El informe, un ejercicio interesante, ha comparando lo que ha pasado en España con lo que en el mismo período de tiempo ha sucedido en la Eurozona. Los datos recogidos muestran que el esfuerzo ante la crisis se ha afrontado de manera diferente a lo que ha pasado en países del sur como Irlanda, Portugal, España o Grecia.
En la Eurozona, durante este periodo, las rentas del capital han tenido un crecimiento más moderado que el conjunto de rentas de la economía y pierden peso relativo en la distribución global pasando del 31,5% al 30,2%. Esta reducción es especialmente destacada en las seis economías más ricas (Holanda, Austria, Finlandia, Alemania, Bélgica y Francia).
Contrariamente a lo ocurrido en España, en los países del norte de la Europa comunitaria, el saldo de las rentas de las administraciones públicas en la Eurozona mantiene un crecimiento más intenso que en el conjunto de la economía y ganan peso en la distribución de la renta. Este fenómeno se acompaña de un incremento de la recaudación de la tributación directa.
Las rentas salariales, las correspondientes a los emolumentos de los trabajadores de la Eurozona también han mejorado su peso en la distribución total de la renta durante la crisis, pasando de significar el 46,0% al 47,9%.
El informe destaca también que España y Eslovaquia, son los países en los que el incremento de las rentas distribuidas de las empresas en favor de una parte de los hogares (vinculadas a la propiedad de las empresas) ha sido más intensa, con un incremento del 49,6%.
Aproximación a Catalunya
El estudio hace también una aproximación a la evolución de la distribución de rentas en Catalunya. Lo hace aunque no hay datos equivalentes en el ámbito catalán con los que se utilizan tanto en España como en la Eurozona.
En el caso catalán se utilizan fuentes de datos similares pero no iguales: El Excedente Bruto de Explotación (EBE), que se comporta de forma similar a como lo hace el agregado español. Y lo mismo sucede con el agregado salarial. Ello es possible porqué España y Catalunya comparten factores estructurales en la distribución de la renta primaria. Sentadas las bases, el estudio permite a los investigadores afirmar que lo que se ha dicho respecto a España vale para Catalunya: en el Principado la productividad ha crecido también por encima de los salarios (con un incremento del 1,9% anual acumulativo frente al 2,7 % también acumulativo respecto a la productividad).
Por lo tanto, tomado como referencia los datos del Producto Interior Bruto (PIB) en lugar de la Renta Nacional Bruta, para la economía catalana la pérdida de las rentas salariales en el periodo 2007-2013 ha sido de 7.443 millones de euros, lo que significa una caída del 7,7%: más intensa pues que la que se produce en el conjunto del Estado (6,9%).