La huelga general convocada por cuatro sindicatos: CGT, IAC, Intersindical-CSC y COS, se plantea como una movilización no estrictamente sindical sino ciudadana. El paro se ha pedido para el día 3 de octubre y su duración varia según las organizaciones peticionarias: en algún caso terminaría el 9 de octubre pero hay permisos pedidos hasta el 13 del mismo mes. Los sindicatos se han reunido con el Departament de Treball, que hará una propuesta de servicios mínimos en relación con los paros.
A la salida de la reunión, Luís Blanco, de la dirección de la IAC, con fuerte implantación en el ámbito público de la Generalitat, caracterizaba el paro como “una huelga contra la represión y en favor de las libertades, que se están vulnerando”. En este sentido ha explicado que las organizaciones convocantes, unas cuarenta, según las últimas estimaciones, valoraran el 1 de octubre a partir de las 8 de la tarde si se mantiene la huelga o el cariz que tendrá la movilización. Por tanto, en función de como se hayan desarrollado las votaciones se graduará la respuesta de las entidades sindicales y cívicas.
Además de las organizaciones que han convocado la huelga, ya se cuenta con la adhesión de Unió de Pagesos, el sindicato Cobas, l’Assemblea Pagesa, la Marea de pensionistas, el sindicato de músicos entre muchos otros.
“Si me preguntan sobre los partidos políticos, tanto la CUP, como Procés Constituent, como ERC o Podem, podrían unirse a las movilizaciones. En todo caso, los partidos no piensan pronunciarse antes de las votaciones para no desviar la atención de la opinión pública”, ha dicho Blanco.
Un aspecto que han destacado los diferentes sindicatos presentes en la negociación de los servicios mínimos es que todos plantean la huelga desde un punto de vista que supera el ámbito meramente laboral y se vé como una respuesta ciudadana a la represión.
“Hemos recibido el apoyo, de entidades no estrictamente laborales, como la Xarxa d’Economia Solidària (XES), que forman especialmente cooperativistas, lo que implica que en la convocatoria harían lo que se llama un Lok-out, o cierre empresarial”, explica Blanco. En el mismo sentido seria la participación del Centre Català de Negocis, (CCN), que agrupa empresarios y que han enviado su adhesión a la huelga.
Blanco ha sido duro al afirmar que los convocantes de la huelga no confían que CCOO y UGT se sumen “porqué han demostrado que no apoyan el referéndum”. Pero, al mismo tiempo no ha descartado que sectores de los sindicatos mayoritarios se unan a las protestas en función de la represión que se desate el 1 de Octubre.
Por su parte, Ermen Gassiot, secretario general de la CGT, ha querido caracterizar la participación de las organizaciones de tradición anarquista en la huelga. “Nosotros hemos visto como se da la represión sobre la mayoría de la población, pero además vemos que se está dando un indiscutible recorte de derechos cívicos y laborales” ha dicho. En este sentido ha valorado que “para nosotros la represión viene de lejos”. Por otra parte ha indicado que como trabajadores “nuestros afiliados han visto como se vulneran sus derechos: tenemos compañeros que cada vez que entran a trabajar son registrados o que tienen Guardias Civiles que les controlan durante su jornada laboral”. Para Gassiot existe un el peligro que “la represión llegue para quedarse”.
Por su parte, Néstor Sastre, de la dirección de la Intersindical-CSC ha abundado en la percepción de que la huelga supera los límites estrictamente laborales para ser una acción ciudadana, con lo cual no ha descartado que a la huelga se sumen sectores como los comerciantes o las pequeñas y medianas empresas, los consumidores o los trabajadores autónomos y los pensionistas : “la huelga no solo es laboral, es cívica”, ha dicho.
Finalmente la representante del sindicato Coodinadora Obrera Sindical (COS), ha afirmado : “nos sumamos a huelga contra la represión y la vulneración de derechos ciudadanos”.
Superar los límites sindicales
Por su parte, el secretario general del Departament de Treball, Josep Ginesta, dicho que el Govern valorará las diferentes convocatorias de huelga, “que representan de entrada más de 2.300 delegados y delegadas”. En este sentido, Treball trasladará el viernes a los sindicatos una propuesta de servicios mínimos, teniendo en cuenta, según ha remarcado, que los paros pueden sobrepasar los límites de las organizaciones convocantes si durante el 1 de Octubre la represión es notoria.