CCOO y UGT han protagonizado una marcha multitudinaria en Barcelona para conmemorar el primero de mayo. El lema este año era simple: «incremento salarial a los convenios colectivos, por el empleo de calidad y las pensiones dignas». Este punto ha sido reivindicado por los líderes de CCOO y UGT, que han avisado que si no se recupera poder adquisitivo habrá conflictividad en las calles y las empresas.
A pesar de que la festividad se ha situado de un puente, cerca de 50.000 personas según los organizadores han acudido a la convocatoria. De hecho, cuando la cabecera de la manifestación entraba en la plaza de la Catedral, la cola todavía no había salido de plaza Urquinaona, lo que sitúa la longitud de cortejo en unos 800 metros por una anchura media de 20.
Al éxito de la marcha ha contribuido quizás el hecho de que las últimas semanas se ha presentado varios Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en empresas consolidadas, como Codorniu, Otis, o el conflicto al grupo editorial Zeta.
Este año la manifestación estaba marcada por la voluntad del movimiento sindical de cambiar de ciclo: pasar de una posición defensiva a la ofensiva. Y esto se ha visto en los discursos finales de los secretarios generales de CCOO, Javier Pacheco y de UGT, Camil Ros.
Pacheco, que se estrenaba después de ser elegido secretario general, ha centrado su discurso a reclamar un cambio a las patronales. En primer lugar respecto a los salarios, que están debatiéndose en la mesa de negociación y que parece que el acuerdo no llega. Por ello afirmó que si no se logra un pacto «habrá que llevar la reclamación a los convenios y tensar la situación en las calles». Todo ello lo ha vinculado Pacheco con la recuperación del orgullo y la dignidad de ser trabajadores.
Un segundo punto ha sido gritar contra los muros que afectan a Europa y que tienen el peor ejemplo en la crisis de los refugiados. Eso lo ha relacionado con la aparición de un neofascismo y de gobiernos como el de Trump en Estados Unidos.
El secretario general de CCOO ha constatado que los sindicatos han sido durante la crisis un baluarte de oposición. Y por eso, dijo, se han hecho leyes contra las libertades que hacen que haya todavía más de 300 sindicalistas encausados por ejercer el derecho de huelga.
En relación con los derechos democráticos, Pacheco ha reclamado la centralidad de la reivindicación de los derechos nacionales junto con los derechos sociales, y ha recordado que CCOO en Catalunya tiene entre sus fundadores personajes como Cipriano García y José Luis López Bulla, que siempre tuvieron clara la necesidad de que el sindicalismo fuera nacional y de clase. Por eso mismo ha reclamado el derecho a decidir como parte de la radicalidad democrática. Pero añadió: «queremos decidir y decidir sobre todo».
Como consecuencia, Pacheco instó a los concentrados en la plaza de la Catedral a «fortalecer la acción en las mesas de negociación, para recuperar lo que es nuestro» y advirtió que «o hay acuerdo, o sacamos la gente en la calle».
Un aspecto en el que ha hecho énfasis Pacheco ha sido a reclamar un pacto que haga de Catalunya líder en la protección social, es el pacto por la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC), para hacer que «ningún hogar en Catalunya esté sin ingresos, ha llegado el momento de la gente », afirmó.
Pacheco ha terminado refiriéndose a la corrupción y vinculante este fenómeno que se da en Catalunya, España y Europa, con los recortes, las listas de espera y la falta de servicios sociales.
Autocritica
Autocritica
Camil Ros, secretario general de la UGT de Catalunya ha comenzado su intervención preguntándose si la crisis había terminado. «Para ellos si, por nosotros no», ha respondido él mismo. Recordó que con un PIB similar al que había antes de la crisis, ahora en los bolsillos de los trabajadores hay 8.000 millones menos. Se preguntó también «¿qué pasa con las pensiones?». Recordó que hace un tiempo se afirmaba que el problema de las pensiones era la demografía, pero él mismo se ha contestado afirmando que «el problema de las pensiones es el gobierno del PP» y lo ha argumentado afirmando que antes de la crisis con el mismo PIB había superávit y ahora produciendo lo mismo hay déficit.
Al igual como había hecho antes Pacheco, Ros ha reclamado la derogación de todas las reformas laborales, como condición indispensable para mantener el Estado de bienestar, rasgo distintivo de la Europa social.
Grupo Zeta movilizado
En manifestación han participado en un número importante trabajadores de empresas en crisis. Entre estas por lo insólito, estaban los empleados del grupo Zeta de medios de comunicación, la empresa que, por sorpresa, les ha dicho que se descuelga del convenio, lo que sitúa las diferentes plantillas en una situación de incertidumbre extrema. En este sentido los empleados de la rotativa del grupo de Paredes, temen por su continuidad.
Como cada primero de mayo la manifestación ha sido lugar de encuentro de sindicalistas pero también de políticos de los partidos de izquierda, aunque este año se han podido ver también diputados de Ciudadanos. Entre los políticos que han participado estaba la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. La consejera de Trabajo, Dolors Bassa; la secretaria general de ERC, Marta Rovira. El portavoz de Catalunya Sí que es Pot, Joan Cocubiela, de ICV. El portavoz de Podemos, Dante Fachín, y la portavoz parlamentaria del PSC, Eva Granados, entre otros.