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Los usuarios del transporte público critican el nuevo tren lanzadera entre el Aeropuerto y Barcelona

Barcelona-El Prat / JOF

Oriol Solé Altimira

Barcelona —

La colocación de la primera piedra del tren lanzadera que debe unir la terminal 1 del aeropuerto de El Prat y la estación de Passeig de Gràcia no ha sentado bien a los usuarios del transporte público. La ministra de Fomento Ana Pastor y el conseller de Territorio Santi Vila han defendido que la lanzadera es una infraestructura necesaria, pero los usuarios del transporte público no lo ven tan claro, más en un contexto de retrasos continuos y mal servicio de Rodalies. Consideran que los 268 millones que Fomento tiene previsto invertir en la lanzadera deberían dirigirse hacia actuaciones que mejorasen el servicio de Rodalies y que al mismo tiempo sirvieran para conectar el aeropuerto con el centro de Barcelona.

A grandes rasgos, la asociación Promoción del Transporte Público (PTP) ha identificado tres problemas de la nueva lanzadera: operará en un tramo muy congestionado, se solapará con otras infraestructuras sin aprovechar las actuales, y no estará integrada dentro del sistema tarifario público al estar gestionada por un operador privado. “Es un tema de prioridades”, resume el presidente de la PTP, Ricard Riol, en conversación con Catalunya Plural.

La PTP ve prioritario mejorar la señalización y actuar sobre el túnel de Paseo de Gracia antes que cargar la zona con una nueva circulación de trenes que generen más inestabilidad y retrasos. De hecho, el propio conseller Vila admitió hace unos meses que las obras de la lanzadera afectarían al día a día de los usuarios de Rodalies, pero que se buscaría “minimizar y explicar bien” las incidencias.

Riol también señala que el túnel de la nueva lanzadera irá prácticamente en paralelo al túnel de la línea 9 del metro entre El Prat de Llobregat y la terminal T-1, cuya inauguración está prevista para el próximo mes de febrero. Riol considera que la lanzadera busca esconder los beneficios que traería un intercambiador entre Rodalies y la L-9 en El Prat, que también podría prestar un servicio competitivo. “Se gastarán más de 200 millones en un túnel por ahorrarse diez minutos de trayecto [la diferencia de la conexión entre El Prat y Passeig de Gracia mediante la lanzadera o el intercambiador]”, asegura Riol. Además, la PTP denuncia que el Plan de Rodalies 2008-2015 no incluía una lanzadera de este tipo.

Por otro lado, la lanzadera privada no estará incluida en el sistema tarifario integrado. La principal carga financiera de la lanzadera al aeropuerto -la construcción de un túnel- correrá totalmente a cargo de los presupuestos públicos. No obstante, las estaciones, la construcción de las vías y las instalaciones de seguridad y las eléctricas, así como la explotación del servicio, saldrán a concurso. Además, la nueva lanzadera privada hará que tanto el sistema de acceso al Aeropuerto a través de Rodalies como la Línea 9 de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) pierdan potenciales validaciones de billetes y, por lo tanto, ingresos.

“Parece que no se entiende que el tren no es un juguete, que el tren y la vía son algo indisoluble y que no sale más barato con un operador privado”, asevera Riol, que recuerda que un mismo tipo de explotación público-privada ha terminado en fracaso hace cinco días. Se trata del túnel del AVE que cruza los Pirineos: la empresa TP Ferro (filial de ACS y la francesa Eiffage), concesionaria del túnel, presentó el pasado viernes la solicitud de concurso voluntario de acreedores debido al escaso tráfico de trenes por el túnel, que ha supuesto que la empresa no pueda hacer frente a una deuda de más de 400 millones de euros. Previsiblemente el Estado tendrá que salir al rescate de la empresa al estar cubierta con una garantía similar a la de otras infraestructuras como las autopistas radiales de Madrid.

Otra de las críticas de la PTP hacia la lanzadera es que el proyecto no se ha sometido a información pública, lo que ha impedido a los usuarios formular alegaciones. “La lanzadera tendría que ser la guinda del pastel, un proyecto a largo plazo”, concluye Riol.

A quién tampoco ha gustado el proyecto es a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que ha considerado prioritarias las inversiones en Rodalies, la estación de la Sagrera y los accesos al Puerto, y ha optado por la Línea 9 como enlace entre Barcelona y la T-1. Los datos de la Generalitat prevén que la lanzadera transporte entre 7 y 9 millones de pasajeros.

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