La Audiencia Nacional cita a Trapero como imputado por un delito de sedición
La jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ha citado como investigado al mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, por su posible responsabilidad en las concentraciones y manifestaciones de los días 20 y 21 de septiembre a raíz de las detenciones y los registros en Catalunya y que impideron, según el fiscal, “por la fuerza la actuación de las autoridades y sus agentes”. Así lo ha adelantado El Español y lo ha confirmado el portavoz del Govern Jordi Turull en TV3.
Junto a él, declararán el próximo viernes también como investigados en la misma causa la intendente de los Mossos, Teresa Laplana; y los presidentes de las entidades Omnium Cultural y ANC Jordi Cuixart y Jordi Sánchez.
La magistrada Lamela admitió a trámite hace una semana la denuncia que presentó la Fiscalía por estos hechos en un auto en el que explicaba que las conductas de los manifestantes podían encajar en el artículo 544 del Código Penal que sanciona el alzamiento tumultuario, dirigido a impedir por la fuerza o fuera de las vías legales la aplicación de las leyes o a cualquiera de las personas que el mismo se relacionan en el ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus acuerdos o de las resoluciones administrativas o judiciales.
Tras admitir a trámite la denuncia del Ministerio Público, Lamela acordó librar oficio a la Guardia Civil para que elaborase el atestado sobre las actuaciones que se produjeron en el marco del operativo judicial desplegado contra altos cargos de la Generalitat responsables de la organización del referéndum del 1-O.
Dichas concentraciones, que se saldaron con varios coches de la Guardia Civil destrozados, buscarían “tratar de cambiar ilegalmente la organización territorial del Estrado y declarar la independencia de una parte del territorio” quebrantando “el principio de la unidad de la Nación española”, según expuso la juez de la Audiencia Nacional en su auto.
También se hizo eco de la denuncia de la Fiscalía que apuntó que la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium montaron en La Rambla un puesto para voluntarios desde donde se organizaban los turnos de relevo para las concentraciones ante la Consejería de Economía.
“La planificación de estas actuaciones llegó al punto de contar con voluntarios que repartían bebidas y comida a los concentrados”, subrayaba Miguel Ángel Carballo en su escrito, donde concretaba que a las 20.20 horas, el líder de la ANC, Jordi Sánchez, se dirigió a los 40.000 concentrados para decirles “que nadie se vaya a casa, será una noche larga e intensa”.
Como resultado, la comisión judicial que supervisaba el registro ordenado por un juez no pudo abandonar el edificio y tuvo que salir, para sortear la concentración, “ya de madrugada a través de la azotea del edificio”, mientras en la puerta de la Conselleria el presidente de Omnium Cultural, Jordi Cuixart, pedía que la movilización no se detuviera.