La Universitat Autònoma de Barcelona aumenta la atención psicológica a estudiantes tras dispararse la demanda

Pau Rodríguez

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La Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) arranca el curso académico 2023/2024 con la mirada puesta en la salud mental. Así lo ha proclamado este jueves el rector Javier Lafuente, que ha anunciado que la institución doblará la atención psicológica a sus estudiantes –de 40 a 80 horas semanales– después de detectar en los últimos años que se ha disparado la demanda dentro del campus. 

El Servicio de Psicología de la UAB, que presta servicio a todo el mundo –desde alumnos hasta profesores o administrativos– registró el curso pasado 1.281 visitas. Pero desde la institución han detectado más demanda por otras vías: en concreto, los problemas de ansiedad, estrés o depresión que afloran a través del servicio de acompañamiento académico, más orientado a las necesidades curriculares y de estudio de los estudiantes.  

“Las consultas de estudiantes que manifiestan estos cuadros se han triplicado respecto a los registros de hace cuatro años”, ha detallado Esther Zapater, secretaria general de la UAB y responsable de Políticas de Igualdad. El servicio se ha visto desbordado en algunos momentos, ha advertido Zapater, de ahí la ampliación anunciada. Pero también ha señalado que este recurso es de carácter “preventivo” e “inicial” y que no puede sustituir el trabajo de la red pública de asistencia psicológica. 

La UAB dedicará a la salud mental su lema del actual curso, que arranca el 12 de septiembre. El eslogan es La salud mental está en juego y la campaña incluirá charlas, jornadas de debate o talleres formativos. “Nos preocupa que sea la punta del iceberg; lo que queremos es que el problema se visibilice para poder actuar, ayudar y que no se llegue a situaciones límites”, ha expresado el rector Lafuente. 

Al margen de la campaña, la UAB ha anunciado también este jueves que dará un impulso a los estudios vinculados a la salud con la habilitación de un nuevo edificio para la facultad de Psicología, para que esté junto a Medicina. El proyecto, que se prevé que esté acabado en una primera fase a partir del curso 2026-2027, consistirá en la construcción de cuatro módulos que darán cobijo también al Instituto de Neurociencias. Actualmente la Facultad de Psicología es una de las más grandes de la UAB, com 2.000 estudiantes de grado y máster y tiene una altra demanda: 3.000 solicitudes anuales por 360 plazas.

En el primer curso con la Ley de Universidades en vigor, el rector Lafuente ha valorado también las exigencias que supone en cuanto a estabilización de las plantillas y reducción de profesorado temporal. De entrada, ha explicado que la UAB ha reducido este año de 1.702 a 1.379 el número de docentes asociados –llegaron a suponer el 60% de la plantilla durante la crísis económica– y que lo ha compensado con un aumento de profesorado titular y sustituto.

De acuerdo con su objetivo de contratar 120 profesores al año, Lafuente ha explicado que para este curso se han firmado 170 altas entre docentes agregados, lectores y otras modalidades (sin contar las coberturas de jubilaciones). A ello se le suman 200 plazas más de profesorado sustituto. “Estamos deshaciendo el camino equivocado que se había recorrido”, ha valorado el rector, en referencia a la acumulación de profesorado asociado –algunos de ellos, pervirtiendo el modelo– debido a la imposibilidad de contratar nuevos docentes durante años por las restricciones económicas. 

Por último, los responsables de la UAB se han referido también a los casos de acoso sexual y laboral que afloraron durante el curso pasado, varios de ellos destapados por elDiario.es. Actualmente, ha informado Zapater, hay cuatro docentes expedientados y sin empleo y sueldo de forma temporal. Aunque no ha cerrado la puerta a revisar el protocolo para casos de acoso, que fue criticado por algunos sindicatos estudiantiles pese a que se acababa de modificar en 2022, sí ha anunciado algunas otras medidas para mejorar la convivencia en el campus en relación a estos abusos.

Zapater ha prometido “más trabajo comunitario”, un nuevo buzón ético anónimo para denunciar irregularidades en el campus –y que puede incluir estos casos– y un programa que se está diseñando para gestionar la reincorporación de los acosadores al campus, algo que reconoce que no pueden eludir. “Una vez cumplida la sanción vuelven al puesto de trabajo, y lo que hemos de trabajar con la comunidad es crear el ambiente, con formación específica y mecanismos de tutela, para que no se repitan esas situaciones”, ha recalcado.