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Veintidós meses en lista de espera para morir antes de hora

Manuel López tenía que ser sometido a una operación por una hernia abdominal. Seguía su caso una doctora del Hospital de Bellvitge, que lo puso, el 9 de enero de 2013, en lista de espera para ser sometido a cirugía. 22 meses después, y a pesar de las quejas e insistencia de los familiares, aun no había sido operado. “La hernia, que primero era como una pelota de tenis de mesa, se había convertido en una pelota de baloncesto”, ha explicado, hoy, su hija Sonia. La inflamación estalló. Manuel López fue operado de urgencia, pero ya era tarde. Murió en el hospital de Bellvitge el pasado 14 de enero.

Sonia López ha anunciado hoy la interposición de una querella contra esta doctora, que se ampliará a la del hospital, con la acusación de ‘homicidio por imprudencia' y de ‘omisión del deber de socorro'. Lo ha hecho en un acto en el que la han acompañado los responsables de la Oficina del Defensor del Paciente en España y Cataluña, Carmen Flores y José Aznar.

La denunciante ha explicado que se fió de las promesas que recibía de que su padre sería operado en un futuro más o menos inmediato, pero que pasaban los meses y la operación se retrasaba. Consultó a la clínica privada Dexeus que les costaría tratarlo allí. “Nos dijeron que o éramos millonarios o no podríamos pagar la intervención y los controles posteriores”, ha dicho Sonia López, que ha descrito la sorpresa del personal de la Dexeus al ver el tamaño de la hernia.

José Aznar ha lamentado que se llegase a esta situación límite: “Es indecente. A esto no se ha de llegar. Es una política criminal. Cuando la consejería da órdenes de retrasar las listas de espera pasan estas cosas. La espera mata. Mata a los pobres que no pueden ir a la privada”.

En términos similares se expresó Antonio Barbará, de 'Dempeus per la Salut Pública', que responsabiliza también a la consejería y a los recortes en el presupuesto de Sanidad de la muerte de Manuel López. Pero considera que no se trata de un caso único y que sólo afecte al hospital de Bellvitge. Para Barbará, “el departamento camufla, oculta información sobre las listas de espera, que son abusivas, injustificables, acaban matando y pretenden derivar los pacientes hacia el sector privado”.

Muy dura ha sido también la presidenta de la Oficina del Defensor del Paciente a nivel español, Carmen Flores, que ha dicho que la situación de la sanidad es, hoy, “vergonzosa y humillante, para los pacientes, y denigrante para el personal”. “No sólo es que la gente muera mientras está en listas de espera sino que queda incapacitada o pierde el puesto de trabajo”, ha denunciado. También ha dicho que muchas enfermeras le comunican las condiciones de estrés en las que trabajan: “Están al borde del ataque de nervios”.

Dos trabajadores del hospital de Bellvitge, Manuel de los Riesgos y Tuyes Ramón, miembros del sindicato CGT en este centro, han corroborado esta denuncia. Ramón ha explicado que se encontró sola una noche durante dos horas en la unidad de trasplante y hemodiálisis con seis pacientes, a los que no podía atender. En su desesperación telefoneó al juzgado de guardia que la redirigió los mozos de escuadra, que optaron por no intervenir. Antonio Capilla, de la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C, ha participado, asimismo, en el acto para denunciar lo que considera un reparto arbitrario y aleatorio de los medicamentos que necesitan perentoriamente estos enfermos para curarse.

Dos vídeos de la asociación SICOM y How Audiovisual recogen el caso de Manuel López y la denuncia pensal presentada por su hija Sonia y la denuncia de la enfermera Tuyes Ramón.