Cuando la estafa piramidal del cannabis Juicy Fields colapsó en julio de 2022, miles de inversores de todo el mundo se preguntaron dónde estaban los responsables de que se hubieran quedado sin cientos de millones de euros.
Una parte de ellos, incluido su presunto cabecilla, estaban escondidos en Tenerife y se dedicaban a la construcción de villas de lujo que se podían comprar con criptomonedas, según ha podido comprobar elDiario.es.
Un dispositivo policial internacional de cientos de agentes, llamado ‘operación Stoner’ detuvo a principios del pasado abril a una docena de personas en distintos países vinculadas a esta estafa piramidal, que prometía grandes retornos —de hasta un 120% anual— por invertir en supuestas plantaciones de cannabis medicinal que después se vendían a las grandes empresas del sector.
Según reveló elDiario.es en mayo de 2022, los acuerdos que Juicy Fields aseguraba tener con las grandes compañías mundiales del cannabis eran falsos y todo apuntaba a una estafa piramidal. Dos meses después, los responsables desaparecieron con todo el dinero de los inversores.
La Oficina Europea de Policía Europol estima que la cantidad defraudada asciende a 645 millones de euros, aunque este organismo admite que podría ser mucho más alta porque muchas víctimas no han denunciado. Se calcula que en total hay unos 186.000 inversores afectados. En España, donde el caso sigue bajo secreto de sumario, hay casi 1.800 querellantes y el importe sustraído superaría los 24 millones.
Al menos dos de los detenidos en la ‘operación Stoner’ estuvieron residiendo en Tenerife antes de que colapsara el sistema piramidal y durante los meses posteriores. Fuentes próximas a Juicy Fields, sin embargo, sostienen que además en esta isla canaria se reunieron media docena de los perpetradores del fraude después de quedarse con todo el dinero.
Fue en el municipio de Adeje, sostienen las mismas fuentes, donde se grabó un vídeo en el que aparecen seis hombres enmascarados defendiendo que el proyecto de Juicy Fields iba a volver a funcionar a pesar de que el dinero se había esfumado.
Dos detenidos con negocios inmobiliarios en la isla
Dos de los detenidos en la operación internacional están vinculados a negocios inmobiliarios en Tenerife. El primero es el ciudadano ruso Sergey B., al que la Europol considera uno de los líderes de la estafa. Sergey estuvo residiendo en Tenerife durante un largo periodo de tiempo y posteriormente huyó a República Dominicana, donde fue interceptado por la policía y está pendiente de su extradición a España.
El segundo detenido vinculado a Tenerife es el letón Roman S., uno de los socios más próximos al líder de la trama, que vivía en la isla canaria con un alto nivel de vida y conduciendo coches de alta gama.
Sólo seis meses antes de que quebrara Juicy Fields, Roman S. creó una empresa de compraventa de inmuebles en el municipio de Adeje, según consta en el registro mercantil. En enero de 2024, poco antes de ser detenido, creó otra sociedad con un nombre similar en el Reino Unido. En el organigrama de la empresa española también figuró como apoderada la expareja de Sergey, uno de los supuestos líderes de la estafa.
La compañía se dedicaba a la construcción de nuevas villas de lujo en el sur de Tenerife para venderlas después por altas sumas de dinero. Ofrecía, a su vez, la posibilidad de comprarlas con criptomonedas y recordaba a los inversores que los precios en Tenerife “siguen subiendo de manera sostenida”.
Según el último balance de cuentas de la compañía, la sociedad disponía de 2,2 millones en activos. La sede de la empresa fue registrada por agentes de la UDEF durante la operación policial, según ha podido saber elDiario.es. Esta redacción ha llamado de manera reiterada a la empresa para ofrecer la posibilidad de hacer algún comentario y no ha obtenido respuesta.
El otro sector en el que invirtieron el dinero los dos detenidos fueron los clubes de cannabis de las Canarias, según aseguran diversas fuentes del sector en las islas. Las fuentes consultadas explican que era habitual ver a Sergey B. y a Roman S. en estos espacios en Tenerife. “Iban con buenos coches, fajos de billetes y ropa cara”, recuerda una persona que los trató en más de una ocasión.
Vínculos con la mafia rusa
Cuando detuvieron al líder de Juicy Fields en República Dominicana, le encontraron varios cargadores para pistolas de 9 milímetros, decenas de miles de euros en metálico en diferentes divisas y criptomonedas así como múltiples pasaportes con distintas identidades.
Sergey se ha presentado con distintos nombres a lo largo de la última década. En Juicy Fields se hacía llamar Paul Berkholtz y así figuraba en uno de sus pasaportes. En el pasado, sin embargo, se presentó como Mark Konwal y presuntamente lideró otra estafa online muy parecida.
La empresa se llamaba Reciclyx, se creó a finales de 2015 y ofrecía a inversores online comprar residuos de plástico que después la empresa transformaría en granulado reciclado y reportaría un 40% de rentabilidad a los pocos meses.
En 2017 los responsables de Reciclyx desaparecieron con todo el dinero, alegando que la fábrica había sido destruida por un incendio. Al igual que ha ocurrido con Juicy Fields, después del robo también se mantuvo abierta la web y se aseguró a los inversores que podrían recuperar su dinero. Nunca ocurrió.
Algunos de los investigadores consultados por esta redacción sospechan que tanto Sergey como otros líderes de la trama mantienen vínculos con la mafia rusa. Un arrepentido que formó parte del organigrama de Juicy Fields ha estado revelando información del fraude a través del abogado sueco Lars Olofsson, que representa a cientos de acusados, y aportando indicios de los vínculos entre los cabecillas y el crimen organizado.
Este delator ha declarado que le ordenaron asesinar a uno de los miembros de la estafa ante el riesgo de que colaborara con la policía alemana. Cuando se negó a llevar a cabo el crimen fue expulsado del grupo, siempre según su relato.
Pocos meses después de empezar a colaborar con el citado abogado sueco, al arrepentido de Juicy Fields le intentaron asesinar poniéndole una bomba en su coche, que quedó reducido a cenizas.