El virus, disparado en Val d’Aran: multiplica por cinco la incidencia catalana con dominio de la variante británica
Las cifras de contagios llevan disparadas desde hace semanas en la comarca de la Val d’Aran, en el Pirineo catalán. Aunque parecía que la curva se doblegaba hace unas semanas, los positivos han vuelto a crecer y en estos momentos la incidencia acumulada multiplica por cinco la que tiene Catalunya de media. En los últimos 14 días se han registrado 1.400 casos por 100.000 habitantes, cuando en Catalunya son 277.
Una de las explicaciones de que la Val d’Aran, con 10.000 habitantes, sea hoy la comarca más afectada es la expansión de la variante británica en el territorio. Un informe epidemiológico del último mes elaborado por el Departamento de Salud y remitido al Conselh Generau d’Aran apuntaba a que un 92% de los casos detectados corresponden a la nueva variante. La muestra era un análisis de 24 casos, de los que 22 resultaron ser de la variante aparecida por primera vez en Reino Unido.
Por ahora, esta podría ser una de las razones de la velocidad que ha cogido el virus. Pero cabe destacar que también se registraron porcentajes muy elevados de la variante en otras comarcas, como Osona (78%) o la Garrotxa. En la primera, los casos están repuntando, mientras que en la segunda siguen a la baja. Sin embargo, en ambas están lejos de las cifras disparadas de la Val d’Aran. Enric Álvarez, físico del grupo BIOCOMSC de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), añadía que tendrán que revisar también los datos de movilidad interior y exterior –Val d’Aran es una comarca muy concurrida en invierno–, pero lo decisivo será revisar el estudio de contactos.
“El problema de la Val d’Aran no es que tenga picos de incidencia muy elevados, lo que sería normal. En un territorio con una población muy pequeña, un brote puede hacer subir mucho los contagios. El problema es que nunca logra bajar, se sostiene siempre arriba y lleva así meses. Eso es lo que preocupa”, apuntaba Álvarez en declaraciones a Rac1. Aun así, desde el Departamento de Salud han descartado hasta ahora aplicar medidas restrictivas adicionales en la zona, como hicieron con el duro confinamiento perimetral de la Cerdanya y el Ripollès justo antes de las fiestas de Navidad.
Con un goteo de entre 10 y 15 casos diarios y 13 personas ingresadas en el hospital comarcal, las cifras pueden parecer moderadas, pero para una región tan pequeña supone unos índices incomparables con el resto de Catalunya. Si se coge el índice de riesgo de rebrote, la Val d’Aran se sitúa en 1.887 y la siguiente, el Solsonès, está en 1.172. La tercera peor es Pla d’Urgell, también en la provincia de Lleida, con 790.
La síndica de Aran, Maria Vergés, ha contactado esta semana con Salud para saber si tienen previsto adoptar medidas adicionales. “Si el aumento de la incidencia en Aran se consolida, la presión hospitalaria y la aplicación en nuestro territorio de posibles medidas de relajación de las restricciones se verán condicionadas”, ha manifestado a través de un comunicado.
La situación epidemiológica en Catalunya tampoco es buena. Tras doblegar la curva y ver cómo se desplomaban los contagios, los índices han vuelto a empeorar. La RT, el valor que indica la velocidad de las infecciones, ha vuelto a superar el 1, lo que indica que la epidemia volvería a entrar en fase de expansión. Esto ya provocó que la Generalitat frenase en su particular desescalada y alargase hasta el próximo 28 de febrero las actuales restricciones. El jueves deberán volver a evaluarlo.
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